Las joyas que hereda Letizia
- Victoria Eugenia pidió al morir que las joyas pasaran de reina a reina
- Son piezas que destacan por su valor histórico y sentimental
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Hay un conjunto de joyas de gran valor, sobre todo histórico y sentimental, que no pueden salir de la Casa Real española. Son las joyas destinadas a pasar de reina a reina.
Así lo dispuso en su testamento la reina Victoria Eugenia (Escocia 1887–Suiza 1969), reina consorte de España, casada con Alfonso XIII. Antes de morir, dejó estipulado que deseaba que parte de sus joyas fueran adjudicadas a su hijo don Juan y que éste las transmitiera a su nieto don Juan Carlos. Y así ha sido. Como la reina deseaba sus joyas siguen vivas.
Cuando el legado de alhajas regias cayó en manos de don Juan, fueron utilizadas por su esposa, María de las Mercedes, quién las acuñó en varias ocasiones como las joyas “de pasar”. En 1975 tras la proclamación de Juan Carlos como Rey de España, las joyas volvieron a cambiar de propietarios y empezarona a ser utilizadas por su esposa Sofía.
Se trata de un conjunto de diademas, collares, pendientes y broches que han pasado de generación en generación y que ahora, a partir del 19 de junio de 2014, le toca lucir como reina consorte a Letizia y en un futuro a su hija Leonor.
¿Cuáles son las ‘joyas de pasar’?
“La Casa Real española no es rica en joyas en comparación con otras colecciones europeas”, explica a rtve.es Fernando Rayón, autor, junto a José Luis Sampedro, del libro “Las joyas de las reinas de España”. "Aunque sí tiene algunas piezas muy especiales que han sido testigos de la historia y que guardan un gran valor sentimental", añade.
Diadema de tres flores de lis
Victoria Eugenia la llevó en su boda en 1906. Es una diadema que semejaba a una corona circular antes de modificarse en 1910. La diadema de las lises es una de las piezas más representativa del joyero real y fue encargada a la casa Ansorena por Alfonso XIII.
Esta excepcinal diadema ha pasado de generación en generación. Aquí podemos ver cómo la han lucido la reina Victoria Eugenia, la condesa de Barcelona y la reina Sofía.
La flor de Lis representa el emblema heráldico de la dinastía Borbón. Esta joya, que está realizada con platino y brillantes, pasó a manos de doña Sofía en 1977 y suele lucirla en grandes ocasiones.
Los collares de chatones
Victoria Eugenia dejó al morir al menos dos collares de chatones, una sucesión de grandes diamantes tallados con forma redonda.
A uno se refiere como “el más grande”, que recibió en usufructo de Alfonso XIII. El otro, de 27 piedras, fue subastado y cambió varias veces de mano hasta que cayó en el joyero de la reina Sofía.
El collar 'grande' fue un encargo de Alfonso XII a la casa Ansorena y comenzó siendo una gargantilla de 30 chatones que le regaló a su prometida Victoria Eugenia. El Rey comenzó a regalar cada año a su esposa por su cumpleaños dos brillantes similares a los del collar. A veces también la reina recibía este regalo en Navidad.
El collar fue creciendo y podía llegar a lucirse en un hilo que llegaba hasta la cintura o en dos vueltas. Según los autores del libro “Las joyas de la Reinas de España”, esta fue una de las joyas preferidas por Victoria Eugenia que incluso cuando no la lucía, “la acariciaba, la ponía ala luz, la retorcía entre sus dedos y se la ponía y quitaba continuamente”.
Doña Sofía, dado el gran tamaño de este collar, ha fragmentado las piezas para hacer varios collares más pequeños.
En esta imagen, la reina Victoria Eugenia luce el collar de chatotes hasta la cintura y al cuello con dos vueltas. La reina Sofía lo lleva en una versión más pequeña.
Collar de perlas rusas
El collar de perlas rusas fue un regalo de Alfonso XII para su mujer, María de las Mercedes que terminó falleciendo de tifus a los cinco meses de la boda (1978) con tan solo 18 años.
Este collar de 41 perlas gruesas con un broche compuesto de un enorme brillante lo llevó más tarde María Cristina -segunda esposa de Alfonso XII-, después Victoria Eugenia lo aligeró a 37 perlas para adaptarlo al gusto de la época. Siguiendo “las joyas del pasar”, lo han lucido más tarde la madre del rey Juan Carlos y la reina Sofía.
Aquí vemos a María de las Mercedes, la reina Victoria Eugenia y doña Sofía con el collar de perlas rusas.
La perla peregrina
La que la familia Real española llama la ‘Peregrina’ es una perla en forma de pera muy excepcional. Ligada siempre a la Corona española se ha escrito mucho de esta legendaria pieza que fue adquirida por Felipe II procedente de Panamá, llevada a Francia por José Bonaparte y subastada en 1969 en Nueva York. El actor británico Richard Burton la compró por 37.000 dólares de la época y se la regaló a su esposa Elizabeth Taylor.
Al día siguiente de la subasta, el duque de Alba, jefe de la Casa de la Reina Victoria Eugenia de España, salió a explicar en rueda de prensa que la perla vendida en la subasta no era la auténtica y que la verdadera 'Peregrina' estaba en poder de la reina, que la recibió de Alfonso XIII con motivo de su boda.
¿Cuál es la auténtica 'Peregrina' que trajo Felipe II a España y que ha formado parte de la joyas de la Corona de España? Según la investigación realizada por los autores del libro “Las joyas de las reinas de España”, la perla que vemos en estas fotos, que luce en primer lugar la reina Victoria Eugenia y después Sofia, no sería la 'Peregrina' original.
Los descendientes de la joyería Ansorena habría confirmado que la reina Victoria Eugenia tenía varias perlas en forma de pera, pero ninguna era la 'Peregrina' y se refieren a la perla real, que doña Sofia usa como broche o colgada de algún collar, como la falsa 'Peregrina' o la ‘Peregrina II’.
Pulseras de brillantes
En esta fotografía podemos ver a la reina Victoria Eugenia luciendo las pulseras de brillantes exactas que se hicieron con varias piezas que se quitaron a la corona Cartier, por resultar incómoda. La diadema Cartier fue encargada por Victoria Eugenia en 1920 y no está dentro del lote de las joyas "de pasar".
La reina Sofía luce en estas imágenes la falsa 'Peregrina' y las pulseras gemelas.
Pendientes y perlas
Victoria Eugenia también dejó en herencia una buena colección de perlas, además de la falsa 'Peregrina'.
En su testamento figura también un par de pendientes con un brillante grueso y brillantes alrededor, cuatro hilos cortos de perlas grandes y un broche de perla grande gris, rodeada de brillantes, del que suele colgar la 'Peregrina'.
La reina Victoria luce en esta foto los cuatro hilos de perlas en diferentes largos junto a 'La Peregrina'. Doña Sofía lleva el broche de perla gris, que tambien pasa de reina a reina.
El joyero de Doña Sofía
La reina Sofía guarda en su joyero privado varias diademas que ha prestado a sus hijas y nuera en varias ocasiones. Son joyas con gran carga sentimental que forman parte de su historia personal.
Fernando Rayón aclara que es un error muy común pensar que todas las joyas son propiedad de la reina Sofia. Algunas lo son, y ella decidirá si las reparte entre sus hijas, su nuera o sus nietas, pero hay otras, como la diadema 'Cartier', la 'Mellerio' y la diadema 'de María Crsitina' que son propiedad exclusiva de don Juan Carlos. Por ahora, se desconoce a quién pertenecerán en un futuro.
Diadema Cartier y diadema Mellerio (La Chata)
La diadema Cartier fue uno de los encargos más importantes de la reina Victoria Eugenia a la Casa Cartier. Creada en 1920, es una diadema de brillantes sobre montura de platino con siete perlas que pasó a manos de la infanta doña Cristina cuando murió la reina Victoria. Más tarde, don Juan Carlos se la compró a plazos a su tía Cristina.
Victoria Eugenia y Sofía lucen la lujosa tiara Cartier en estas imágenes. Letizia luce otra diadema con mucho peso histórico, conocida como diadema 'Mellerio' o de 'La Chata'.
La llamada 'La Chata' es una diadema que simula una concha marina de la que cuelgan perlas y brillantes en forma de lágrimas.
Esta joya data de 1867, año en el que Isabel II de España la encargó a la joyería Mellerio como regalo de bodas para su hija, la Infanta Isabel, conocida como ‘La Chata’. En 1962 llegó a doña Sofía como regalo de su suegro, Alfonso XIII.
La diadema floral y tiara de Victoria Luisa de Prusia
Otra pieza muy usada por Letizia en actos oficiales, y que queda excluida de las joyas "de pasar", es la tiara floral que Franco regaló a la reina Sofía en su boda. Es una pieza convertible que puede transformarse en diadema, collar o broche. Es la misma diadema que llevó en su boda la infanta Cristina en 1997 cuando se casó con Iñaki Urdangarín.
Más sobria es la tiara de Victoria Luisa de Prusia. Es una de las favoritas de doña Sofía porque se la regaló su madre al casarse y antes había pertenecido a su abuela. Es la misma diadema que usó Letizia en su enlace.
En la imagen vemos también los rubíes de Niarchos de la reina Sofía que podrían pasar a manos de sus hijas, las infantas Elena y Cristina.
La diadema 'Princesa'
Todas estas joyas pertenecen a los joyeros privados de la Casa Real, no son del Estado ni de Patrimonio Nacional. Una de las últimas piezas exclusivas que ha llegado al joyero de doña Letizia es la diadema ‘Princesa’ que Felipe regaló a su esposa por su quinto aniversario de boda. Esta joya, de la casa Ansorena, está realizada en oro blanco y lleva engastados 450 brillantes y 10 perlas australianas.
Se ha valorado en 50.000 euros y aún no hemos visto a Letizia lucirla en ninguna ocasión. La futura reina consorte sí ha usado una parte de la diadema, una flor de lis que funciona por separado como broche en alguna cena de gala.
*Fuente: 'Las joyas de las reinas de España', Fernando Rayón y José Luis Sampedro. Ed. Planeta. Archivo RTVE.
La flor de Lis representa el emblema heráldico de la dinastía Borbón. Esta joya, que está realizada con platino y brillantes, pasó a manos de doña Sofía en 1977 y suele lucirla en grandes ocasiones.