La niña de los cabellos blancos. Vida y obra de Ana María Matute
- Un repaso a la obra de una de las escritoras más célebres de la literatura
- Con los pasajes más emotivos y destacados en la vida de la escritora
- La escritora, Premio Cervantes, narra en tono íntimo y en primera persona
- Figuras destacadas de la cultura rinden homenaje a Ana María Matute
- El retrato de Ana María Matute, emitido el viernes, 27 de junio, en La 2
Imprescindibles
Se ha emitido el viernes 27 de junio, en La 2
FICHA TÉCNICAFICHA TÉCNICA
Título: LA NIÑA DE LOS CABELLOS BLANCOS
DURACIÓN: 57'20”
Direción y fotografía
David Fontseca Romanos
Guión
José Luis Gallego
José Luis Ibáñez Ridao
Producción ejecutiva
Julia Otero
Producción ejecutiva TVE
Rosa Pérez Roa
“La niña de los cabellos blancos” es ante todo un homenaje a Ana María Matute: considerada como una de las más grandes figuras de la literatura española de post-guerra.
La infancia robada por la guerra
Desde sus primeros recuerdos de infancia, anteriores a la guerra civil, hasta el dolor y el desgarro que produjo en su mundo el estallido del conflicto, el documental se inicia con un repaso a esa “infancia robada” para adentrarse poco a poco en los recuerdos más íntimos de esta mujer, cargada de coraje y vigor, que deberá hacer frente a los más duros avatares personales en un entorno de lo más hostil, siempre con un alto sentido de la dignidad.
Primeros cuentos
Ana María evoca aquí sus primeros cuentos publicados en la revista Destino. Eran los años 40, en aquella España en blanco negro dónde la penosa tarea de subsistir obligaba a menudo a la delación entre iguales, al hurto a los necesitados, a la mentira impía.
Algo que Ana María retrató impecablemente en sus primeras obras, retratos de la angustia y la ansiedad de los años de posguerra, casi siempre desde el espanto o el asombro: Los Abel (1948), Fiesta al Noroeste (1952), Pequeño teatro (1954), En esta tierra (1955) o Los hijos muertos (1958).
Entre amigas
Como nos recuerdan sus amigas personales, Ana María Moix y Ester Tusquets, el fracaso de su matrimonio, con la consecuente pérdida de la custodia de su hijo, la lleva a vivir una difícil situación personal que logra superar refugiándose en su talento, mientras se suceden los grandes reconocimientos a su obra dentro y fuera de nuestro país.
La llegada de un nuevo amor marca el inicio de su mejor etapa, unos años de plenitud en lo personal que, sin embargo y contra pronóstico, dan paso a un período sombrío, el de la depresión, que la sumirá en el más absoluto silencio creativo, desapareciendo de la escena cultural durante casi 20 años.
El bosque
Si existe un lugar común en la obra de Ana María Matute es la naturaleza, de la que se confiesa añorada amante y a la que ha permanecido estrechamente unida desde su infancia.
Una infancia que transcurrió en buena parte en el pueblo riojano de Mansilla de la Sierra, rincón de natura agreste y rodeado de frondosos bosques dónde había nacido su madre.
“El bosque esconde la historia de todas las historias que siempre quise contar... “
El bosque ha sido su principal fuente de inspiración, tal y como nos remarca el presidente de la Real Academia Española de la Lengua José Manuel Blecua, que alaba su discurso de ingreso: “El bosque es para mi el mundo que me ha fascinado desde la infancia, el espacio de la imaginación, dónde aprendí que los vuelos de los pájaros escriben en el cielo las palabras de donde han brotado todos los libros del mundo. El bosque esconde la historia de todas las historias que siempre quise contar...”
Dejar huella
Cargada de títulos y premios y traducida a más de 30 idiomas, la obra de Ana María Matute es una de las más importantes de la lengua hispana actual, tal y como reconoce el fallo del jurado del Premio Cervantes.
Espido Freire y Lucía Etxebarría se sienten escritoras en buena parte por la influencia de los cuentos de Matute. También ellas son dos heterodoxas que le rinden tributo en el documental.
El día más importante
Entre recuerdo y recuerdo, mientras escribimos con imágenes el relato de su vida, volvemos para acompañarla en uno de los días más importantes de su vida. Era el 27 de abril de 2011, y la acompañamos a la peluquería, viajamos a su lado, la acompañamos en todo momento hasta que llega el coche de la Casa Real para recogerla en el hotel y conducirla hasta el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.
Está emocionada y nerviosa, va a recibir el Premio Cervantes de las Letras.
Hemos viajado durante 50 minutos a lo largo de los 87 años de una de las más grandes escritoras de nuestra época. La despedimos con el más importante galardón en lengua española entre sus manos.
- El retrato de Ana María Matute, emitido el viernes, 27 de junio, en La 2