Alberto García Alix: verdadero y falso
- Trabaja con película, papel y revelado: le interesa la lentitud del proceso
- Le gusta que el resultado se haga esperar: “Me permite soñar con lo que vi”
- La fotografía digital se acerca a la pintura y a los sueños. No es su opción
¡Atención obras!
La agenda cultural de La 2 se emite cada viernes, a las 20h.
“Una gran falsificación de emociones”. García-Alix llamó así al peligro que supone dejarse arrastrar por el exceso de retoque, el quita y pongo que tanto facilita la fotografía digital. Lo repitió tres veces: falsificación de emociones. Como San Pedro, tres veces renegó.
“Una gran falsificación de emociones“
Él sigue trabajando con película, papel y revelado porque le interesa la lentitud de este proceso fotográfico. Le gusta que el resultado se haga esperar. “Me permite soñar con lo que vi”
Captar o representar la imagen
Sus palabras me recordaron un poco a lo que Robert Bresson defendía en su libro Notas de un director. A Bresson le parecía un error confundir las maneras del teatro con las del cine, aunque los dos se dedicaran a contar historias con actores. Decía, precisamente, que en el cine los actores no debían “representar”. Incluso les cambio el nombre, los llamaba modelos.
“La cámara capta la realidad con un nivel de semejanza e inmediatez mayor que ningún otro aparato“
Bresson sostenía que la cámara tiene una característica propia, exclusiva: capta la realidad con un nivel de semejanza e inmediatez mayor que ningún otro aparato. O sea, no la representa, no la recrea, la plasma.
Son los objetos rodados los que dibujan su imagen sobre la película. Claro que el artista toma decisiones que hablan de su manera de mirar, pero lo mirado, lo admirado influye en el resultado final más que en la pintura, o en el teatro, por ejemplo.
¿Por qué luchar contra lo específico del cine?, se preguntaba el cineasta ¿Por qué utilizar esa máquina que capta tan fielmente la realidad para retratar con ella algo “falso”, representado? ¿Por qué falsificar emociones?, podía ser la pregunta.
El interior de la fotografía
García Alix no veía el peligro digital en sus compañeros fotógrafos, sino en la profusión de imágenes que facilitaba esta democratización de la fotografía. Nada es malo o erróneo per se.
“El interior del artista gana terreno frente al exterior. Es una opción, pero no es la de García Alix“
La fotografía digital se acerca a la pintura y a los sueños. El interior del artista gana terreno frente al exterior. Es una opción, pero no es la de García Alix.
Yo también temo, lamento, que lo que está fuera de nosotros pierda presencia e influencia. Siempre he creído que la salud la encontramos en los demás.
El ombligo no deja de ser un agujero negro que, de tanto mirarlo, nos deja en nada. Por eso me preocupó que García Alix se considerara un dinosaurio y pensara que su forma de hacer es ya de otros tiempos.
“El ombligo no deja de ser un agujero negro que, de tanto mirarlo, nos deja en nada“
Personalmente a mí no me apetece que las expresiones humanas sean sustituidas por rostros generados por ordenador, por muy buenos que sean los programas que nos imitan.
Y no me apetece porque reducimos el riesgo de contrariarnos con lo que no controlamos, y lo que se escapa a nuestro control es… casi todo.
De modo que nuestro mundo se quedaría reducido a repeticiones obsesivas de lugares comunes, conocidos y archiconocidos por todos.
"Lo grotesco de quererse tanto”
“La magia del destino que no dominamos” –soltó García Alix casi al final de la entrevista. La magia de lo que no dominamos.
“La magia del destino que no dominamos“
Otro señor que escribía sobre cine, Nöel Burch, hablaba en “El tragaluz del infinito” –creo- del espíritu frankensteniano del hombre, del impulso de crear a imagen y semejanza. No podemos evitarlo. Nos utilizamos de patrón para pensar en el mundo.
Hasta ahí normal, pero quizá sea menos interesante utilizarnos de patrón para pensar sólo en nosotros. Sería un poco como pasarse la vida haciéndote fotos a ti mismo, los famosos selfies, de los que García Alix dijo que mostraban “lo grotesco de quererse tanto”. Ma, me, mi, conmigo.