Teresa Berganza, cantante lírica
- Entrevistamos a Teresa Berganza
- ¿Quién era Teresa Berganza? ¿Cómo sonaba?
- Habla de su interpretación de “Carmen”
¡Atención obras!
La agenda cultural de La 2 se emite cada viernes, a las 20.00 horas.
Hay gente de la que sé poco. De Teresa Berganza conocía poco más que su nombre. Sabía que era una cantante lírica, claro, pero ya está. La invitamos al programa hace ya unas semanas y no pudo venir. Se encontró mal por la mañana. Me dio rabia. No por el inconveniente de tener que poner la escaleta patas arriba para ver cómo solventábamos el problema de no tener entrevista, sino porque tuve la sensación de que me perdía algo. De que el catarro que la Berganza cogió esa noche, me había robado un momento de mi vida.
Tengo que aclarar que aquella semana estaba sola. Xavier Obach, el director del programa, se había tenido que ausentar. Que la invitada no pudiera venir a plató era serio, pero a mí me carcomía otro run run en la cabeza. Me estaba perdiendo el encuentro con ella.
El lamento venía porque, investigando para hacer la entrevista, Teresa se presentaba como una mujer muy interesante. El amor que se tenían sus padres, su escapada para meterse en un convento, la obsesiva búsqueda de la excelencia en el canto, sus comentarios sobre el amor, el personaje de Carmen, la de Merimé… ¿Quién era Teresa Berganza? ¿Cómo sonaba? ¿Cómo eran sus ademanes y sus gestos? ¿Cómo, su risa?
“ Lo que queda es trasmitir lo que ha aprendido y seguir aprendiendo“
Alegre. Teresa Berganza se presentó en plató el otro día y se mostraba contenta, risueña, con ganas de compartir su vida con nosotros y, por tanto, con todos los que nos ven. Altiva, sincera, muy simpática, la altivez de saber que en la vida has hecho bien los deberes, la altivez de haberse ganado el descanso por haber hecho lo posible. Una altivez justificada, al menos para mí.
Cuando alguien ha vivido ya casi toda su vida, sólo piensa en disfrutar. Soy apolítica y asexuada, dijo. ¡Qué descanso! Ya no hay por qué afanarse porque ya está todo hecho. Lo que queda es trasmitir lo que ha aprendido y seguir aprendiendo. Eso nos dijo. Casi nada.