Carballo le salva la vida a Víctor Ros, su enemigo número uno en la Brigada Metropolitana
“Señores, les presento al inspector Carballo (…), un hombre con mucha experiencia y que conoce muy bien las calles de Madrid. Él asumirá a partir de ahora el caso del inspector Martínez”, con estas palabras presentaba Buendía al que pasaría a convertirse en un nuevo compañero de la Brigada Metropolitana.
Para algunos de ellos, era un personaje más que conocido y no, precisamente, por sus buenas hazañas como inspector.
Carballo no entiende de compasión y la fama de su despiadada faceta militar le persigue allá donde vaya.
Carballo reconoce la inteligencia del inspector Ros
Lo que más puede molestarle es que reconoce la inteligencia de Víctor para resolver los casos y, las continuas felicitaciones por parte de Buendía, no ayudan a apaciguar el desprecio que siente hacia él.
La rivalidad y la competencia terminan por dominar la poca serenidad del militar.
Víctor está en deuda con Carballo para siempre
El cruel inspector descubre que el hijo del asturiano al que Víctor metió en la cárcel tras impedir que atentara en el centro de Oviedo, ha venido a Madrid para vengar a su padre recién fallecido.
Y Buendía no podía encomendarle mejor misión: proteger a Ros pero, como él mismo reconoce a pesar de su antipatía: “Ante todo soy un soldado y, si me dan órdenes, las cumplo”.