Chad: mil causas para la misión
Está en África, en el centro norte del continente, ocupa una gigantesca superficie -el doble que España- y lo habitan casi 200 grupos étnicos. Chad es un país rodeado por otros seis y que en los últimos años vive en paz después de tiempos convulsos. El sur, donde se está explotando el petróleo, está más habitado y allí se concentra gran parte de la comunidad católica. Los misioneros combonianos, por ejemplo, llegaron en los años setenta y ahora cuentan con varias misiones.
La diócesis de Laí, en la región de la Tandjilé, está presidida por un obispo y misionero comboniano español, Miguel Ángel Sebastián. Este aragonés, que lleva 15 años al frente de esa diócesis, llegó a Chad en los años setenta. Miguel Ángel ha dado un gran impulso a muchos proyectos pastorales y sociales en un país muy frágil.
Hospitales, discapacitados, colegios…hasta una caja de ahorros
En la población de Dono Manga, donde hay una misión llevada por combonianos y la Iglesia levantó el hospital de Sant Michél en 2005. Es una respuesta valiente a la falta de asistencia médica en una de las zonas más pobres de la región.
En Beré, a media hora de la ciudad de Laï, nos encontramos con Gloria Amigo, una veterana misionera laica que antes estuvo en Congo y Angola. Gloria, enfermera de profesión, trabaja ahora atendiendo a enfermos de sida.
Muy cerca del propio obispado de Laï, visitamos una de las obras más queridas de la diócesis: el centro Talita Kum, dedicado a atender a niños y niñas discapacitados.
El reportaje también cuenta el esfuerzo de la diócesis de Laí en el campo de la educación: se abrió el Liceo San José, en la ciudad de Keló, donde se imparten clases de informática, electrónica y agropecuaria.
Por último, contamos la historia de la Caja de Ahorros “la Inmaculada”. Comenzó a funcionar en 2008 y ya tiene más de 4.000 clientes. En Laï no hay ninguna entidad financiera aparte de esta pequeña caja. La gente confía porque es de la Iglesia. Cientos de pequeños negocios se han podido comenzar gracias a sus préstamos.