Sara cuelga el delantal en la eliminación más reñida de MasterChef
- "Le falta alma al plato. No hay cocina en tu elaboración", le dijo el jurado
- Pablo homenajea al leon come gamba con las Torres Kio crudas
- Vuelve a ver el tercer programa completo en RTVE.es
Sara es la segunda aspirante en abandonar las cocinas de MasterChef en una eliminación muy reñida. Antonio y Pablo estuvieron en la cuerda floja por "destrozar" el producto que tenían que cocinar y se vieron con un pie en la calle. Finalmente, el jurado sentenció que el plato de Sara era el peor.
"A tu plato le falta alma. Tienes miedo a cocinar y eso se nota en el resultado. Aquí no hay cocina", valoraron los jueces.
Sara estudió magisterio pero la cocina es su verdadera pasión. Tiene claro que su sitio está entre fogones y no va a rendirse.
“Miro adelante y sólo veo cocina“
"Miro adelante y sólo veo cocina. MasterChef me puede ayudar a conseguir mi sueño. Voy a seguir luchando, como lo he hecho siempre", afirmó la aspirante.
Una noche de emociones y muchas risas, en la que los mejores momentos los protagonizaron los minichefs Cloe, Jesús y David. O lo que es lo mismo: la hija de Samantha, el hijo de Pepe y el sobrino de Jordi, que sustituyeron a los jueces durante un rato. ¡Y menudo rato! porque los aspirantes comprobaron que los pequeños son más estrictos que el jurado original.
En el punto de mira
Pablo ha pasado de ser el ojito derecho de Jordi Cruz a estar en zona de peligro. El aspirante ha cometido varios errores y el chef no se lo perdona: "a veces eres caballo ganador y otras no llegas ni a caballo".
Pablo siguió los pasos del león come gamba de Alberto con sus Torres Kio de patata. En teoría, era una versión moderna de tortilla pero (como su compañero) se olvidó de cocinar la patata. Tuvo suerte de no estar en la Prueba de eliminación porque si no, estaría fuera de MasterChef.
Para más inri, al final del programa se tropezó con un tiburón o cazón, que cortó como si fuera una merluza. Pepe le obligó a pedirle perdón al animal por semejante estropicio.
Antonio, por su parte, arriesgó sin pensar, desoyendo el consejo de los jueces. Antes de comenzar la subasta, los chefs avisaron que era hora de apostar fuerte, usando la cabeza.
El sevillano pujó sin conocimiento por el chuletón de buey y se quedó tan sólo con 25 minutos para prepararlo. Sin embargo, esta no fue la falta más grave: Antonio destrozó el producto partiéndolo en trocitos.
Menos mal que Kevin se libró de la Prueba de eliminación. El modelo la lió muy parda en la prueba inicial con tres platos malos y sin sentido que despertaron la ira del jurado.
“Esto es para expulsarte directamente. Voy a por ti a muerte“
"Esto es para expulsarte directamente. Si Prueba de eliminación nos vemos, hazlo muy bien porque voy a por ti a muerte", le retó Jordi. Kevin tendrá que dar lo mejor de sí en los próximos programas para volver a contar con el favor del chef.
La noche de Sally
Sally fue la gran triunfadora en el programa dedicado a la tradición. En la primera prueba, los hermanos Torres (del restaurante Dos cielos, con una estrella Michelin) propusieron a los concursantes versionar platos típicos de la cocina española, dándoles toques modernos.
La paraguaya demostró su dominio de la tradición, presentando unos platos llenos de sabor con aires de vanguardia (mira sus recetas). Fue la mejor aspirante de este reto y se colgó el delantal de capitán en la Prueba por equipos, que tuvo lugar en Alcalá de Henares.
Su papel como chef al mando no fue tan brillante, ya que la organización fue un caos y los platos salieron con retraso. Esto condenó a su grupo a la eliminación. Al final, Sally se redimió de sus errores y sobresalió con un plato de carillas con salsa criolla.
Otra que brilló en la última prueba fue Mila, que jugó con astucia en la subasta. Se llevó los fideos y elaboró un delicioso plato de pasta con verduras. El mérito para las dos aspirantes es mayor si se tiene en cuenta que sus productos eran los menos atractivos de la rifa.
Víctor y Carlos también destacaron en el tercer programa. El malagueño elaboró el segundo mejor plato en la prueba inicial, desempeñó un magnífico papel como líder y llevó a su equipo a la victoria en Alcalá.
Carlos ya es uno de los aspirantes favoritos, un diamante en bruto que tiene que pulirse poco a poco... ¡Eso sí, con una lija del 7, como le dijo Pepe Rodríguez!
La apuesta del jurado
El jurado pujó alto por dos aspirantes, Andrea y Fidel. Han demostrado evolución, trabajo y actitud y, aunque erraron, los chefs decidieron apostar por ellos y darles otra oportunidad.
Fidel además dejó ver que es buena persona y buen compañero cuando ayudó a Andrea en la Prueba por equipos. La catalana se vio superada por la presión y Fidel la tranquilizó y consiguió que se recuperase.
Y si Andrea la encargada de inaugurar el Diccionario MasterChef, esta semana Encina y Antonio engordan el vocablo.