Raquel abandona las cocinas y Mila se convierte en la mala de MasterChef
- "Le robé la gallina a Lidia para hacerle un favor", dice Mila
- Carlos se luce una semana más y despunta como favorito
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Raquel es la tercera eliminada de MasterChef por no haber demostrado pasión por la cocina. "A tu plato le falta todo. No veo en ti el brillo de una persona que, aunque no sepa cocinar, tiene pasión", señaló Jordi.
La navarra, sin embargo, asegura que la cocina es su vida y piensa seguir este camino, aprendiendo entre fogones. Para los aspirantes se va una buena compañera y un gran apoyo en el concurso.
Y es que a estas alturas del programa, tener aliados es fundamental. La rivalidad es cada vez más fuerte y los concursantes ya han dejado al descubierto sus estrategias.
Las cartas sobre la mesa
“En realidad le hice un favor a Lidia“
Mila se coronó como "la mala de las cocinas" en la Prueba de eliminación. El reto consistía en elaborar la receta de gallina en pepitoria y los aspirantes tenían la oportunidad de quitar a sus compañeros un ingrediente. La valenciana, ni corta ni perezosa, se llevó el ave de la cesta de Lidia y dejó a la nutricionista sin el ingrediente principal para cocinar el plato.
La empresaria afirmó que en realidad su acto favoreció a Lidia porque le dio visibilidad en el programa: "Ella puede sacar perfectamente un plato de verduras. Además, era una persona inexistente y yo la he relanzado".
Mila está jugando sus cartas, es una buena concursante y querida por sus compañeros. Aunque el jurado no entendió su "favor a Lidia", se rindió ante su plato, lleno de tradición y sabor. Es una "mala" maravillosa. ¡Bravo Mila!
A la que no le hizo tanta gracia fue precisamente a Lidia. La aspirante se quedó con cara de póker al ver que le habían robado el pollo para hacer gallina en pepitoria, pero por otro lado se lo podía esperar.
"No he venido a MasterChef a hacer amigos, sino a aprender sobre cocina y, si es posible, ganar" apuntó la joven.
Con todo en contra, Lidia supo reaccionar y elaboró un plato de arroz con el gusto de la pepitoria. Los jueces alabaron su actitud y le indicaron que ese es el camino que debe seguir para aprovechar al máximo esta experiencia.
“Me gusta que me den caña porque saco lo mejor de mí“
"Me gusta que me den caña porque uno saca lo mejor de sí mismo. Pero de vez en cuando una palmadita se agradece", dijo Lidia, que sonrió y se emocionó por primera vez en lo que va de concurso.
Auténtico crack
Una semana más, Carlos lidera el ranking de favoritos y se desmarca del resto de compañeros. El de Talavera superó, con nota, el reto más complicado de la noche: reproducir la falsa mandarina de Jordi Bordas, campeón del mundo de pastelería en 2011.
Una receta con seis complicadas elaboraciones, en las que la técnica, precisión y concentración son básicas a la hora de prepararla. Como diría nuestro querido Cristóbal... ¡Es un auténtico crack!
Otra que casi alcanzó la perfección de la alta repostería fue Andrea. Su cuqui mandarina conquistó a Jordi Bordas, y el jurado reconoció que aún tiene mucho potencial que mostrar.
Sin embargo, la catalana falló como capitana en la Prueba por equipos. El papel de líder le vino grande, lo que provocó que su cocina fuese un caos y los platos resultasen mediocres. En el último reto tampoco se lució, demostrando que le falta experiencia en los guisos tradicionales.
El podio de la Caja misteriosa lo completó Kevin, que junto a Fidel, progresan adecuadamente. Eso sí, los chefs decidieron que debían enfrentarse a la Eliminación (a pesar de estar en el equipo ganador en la prueba de exteriores en Cuenca). Un toque de atención para que se pongan las pilas porque esperan mucho de ellos.
Los rivales más fuertes
En la noche de las estrategias, los concursantes destaparon quiénes son sus máximos rivales. Las cestas de Sally y Pablo fueron las más saqueadas en la Prueba de eliminación, lo que dejó entrever que son los más fuertes. Y acertaron... a medias.
Sally no da paso en falso y se ha convertido en otra de las grandes favoritas del jurado. Le faltaban los huevos, la cebolla y el vino para elaborar su receta y aún así, consiguió un magnífico resultado.
"Que me hayan robado casi todos los ingredientes me halaga. Me hace sentirme más fuerte", concluyó la paraguaya.
“Estoy harto de excusas. Voy a dejar de creer en ti“
Pablo en cambio volvió a tropezar. Y no una, sino hasta tres veces. En la primera prueba Jordi volcó su plato y le avisó: "Estoy harto de excusas. Cuando creo que alguien es capaz y no lo hace, me mosqueo. Estoy dejando de creer en ti".
En la Prueba por equipos, el jurado abroncó al karateka por "pasar como un zombi por las cocinas" y en la Eliminación hizo un plato sin sentido. Pablo empezó muy fuerte en el concurso pero ha ido a menos, ¿es el juguete roto de MasterChef?
La mandarina psicodélica
Si la croquembouche provocó ataques de risa en la primera edición y los macarons fueron una pesadilla para los aspirantes de MasterChef 2, este año el desastre general en cocinas se produjo con la receta de falsa mandarina de Bordas.
La sopa boba de mandarina de Víctor, la prima fea de la mandarina de Mireia y el churro de Antonio sirven de ejemplo para demostrar la dificultad y precisión que se requiere para dedicarse a la alta repostería.
Pero sin duda el peor postre fue la de María Encina, Tatiana para los amigos, que ella misma tituló como Mandarina psicodélica. Encina estuvo perdida durante toda la prueba, sin dar pie con bola.
"Necesitaría 25 días para hacer la receta: 10 de ellos para interpretar la receta, otros 10 para buscar qué era cada cosa y cinco para la elaboración", bromeó la veterana.
Sólo llevamos cuatro programas y la competición está al rojo vivo. Pues que se preparen nuestros aspirantes porque la semana que viene... ¡Van a arder las cocinas!
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