MasterChef pierde la tradición y el humor con la marcha de Encina
- "Para mí no es una tragedia, me voy feliz", dice la eliminada
- Lidia, Sally y Mireia, trío de ases en una noche de grandes retos
- Vuelve a ver el programa completo, en RTVE.es
"Quince delantales blancos con un logo, una experiencia, una vida que contar. Como banderas al viento, cada semana uno se va. Y esta me voy yo, con una mochila llena y un historia para recordar".
Así abandonaba Encina las cocinas de MasterChef, saltándose todos los protocolos y dejando claro que la experiencia es un grado. MasterChef pierde la cocina tradicional, la poesía y el humor de la aspirante más veterana de esta edición.
Encina ha demostrado que es espíritu de contradicción, sin pelos en la lengua e igual de vital que cualquiera de sus compañeros. A sus 69 años estudia 3º de Derecho, le encanta escribir poemas y pretende publicar un diario titulado Yo también fui MasterChef.
“Nos os pongáis la zancadilla. Que gane el mejor“
Su pasión es la cocina, pero la cocina sin prisas, sin presión y llena de sabor. Antes de marcharse dio un consejo a los aspirantes: "No os pongáis la zancadilla. Que gane el mejor".
La joya de la repostería
Encina domina la tradición, sin embargo las técnicas de vanguardia y la alta repostería se le escapan. En la Eliminación, fue incapaz de reproducir la receta del Huevo de Fabergé de Christian Escribà, un trabajo preciso y milimétrico que la dejaron fuera del concurso.
Víctor también falló y se vio con un pie en la calle. Esta prueba aunaba los tres puntos débiles del malagueño (repostería, manualidades y decoración) que no supo controlar los nervios.
Un poco mejor lo hizo Andrea que presentó unos cuqui huevos decorados con mariposas. Tuvo algunos inconvenientes durante el cocinado pero reaccionó a tiempo.
Lo que no quedó resuelto fue el caso de "los huevos mariposas". Antonio decoró su elaboración con las mismas figuras que la cuqui aspirante y nunca se descubrió quién copió a quién. Eso sí, los Butterfly Brothers se salvaron.
Por su parte, Mireia sorprendió al jurado en la Prueba de Eliminación. La murciana no ha conseguido brillar en ningún programa y los jueces se lo advirtieron: "va a llegar el día en el que te apagues". Quizás esta frase hizo que Mireia diese lo mejor de sí y triunfase en el reto final.
Escribà también destacó la elaboración de Kevin, que realizó un auténtico trabajo de orfebrería para decorar su Huevo de Fabergé. Fidel consiguió otro resultado sobresaliente gracias a su empeño, valentía y dedicación.
Si algo dio de qué hablar en este reto fueron los huevos de los aspirantes.
Nuevo caballo ganador
Lidia no empezó con buen pie en las cocinas pero, desde el famoso robo de la gallina, la nutricionista cambió su actitud y se ha convertido en uno de los rivales más fuertes.
Su receta de caldo de carne thai y su quiche de verduras fueron los mejores platos de la primera prueba, con los que Lidia consiguió el delantal de capitana. Además, la gallega asumió en exclusiva el mando de los tres equipos en la prueba de exteriores, hecho insólito en MasterChef.
La Prueba por equipos tuvo lugar en Andorra, donde los aspirantes se encargaron de atender el servicio de habitaciones de Sport Hotel Hermitage & Spa, de cinco estrellas. Un reto de altura en todos los sentidos ya que el hotel se encuentra a 1.850 metros.
A pesar de que Lidia era la única capitana, Sally ejerció de líder en uno de los equipos y lo hizo a la perfección. "Tienes aptitudes de mando y lo haces bien", señaló el jurado justo antes de nombrar a su grupo ganador del reto.
La paraguaya estaba feliz porque era la primera vez que no tendría que llevar el delantal negro. Tampoco era para echar campanas al vuelo porque la prueba fue un desastre, un caos general y ninguno de los grupos estuvo al nivel de un hotel cinco estrellas.
Antonio y Pablo fueron los aspirantes menos brillantes. El sevillano estaba en el equipo ganador pero los jueces decidieron que merecía enfrentarse al reto de eliminación por no cumplir con la calidad en el trato al cliente que exige el Hermitage.
"Creía que se estaban riendo de mí", apuntó Antonio. Y razón no le faltaba porque Luis Larrodera y Xavier Deltell fueron unos huéspedes muy gamberros.
Pablo se escapó de la Eliminación por los pelos. El karateka iba como pollo sin cabeza por las cocinas, gritando e incluso entorpeciendo el trabajo de sus compañeros.
“Hemos trabajado mejor sin Pablo“
"Pablo está atontado. Hemos estado más tranquilos sin él. Éramos uno menos en las cocinas pero no estaba el típico muñeco molestando", afirmó Sally.
Mila hizo un buen papel esa noche, al contrario de Carlos que no tuvo el mejor día. A pesar de ello, el de Talavera de la Reina consiguió librarse, una semana más, de la Prueba de eliminación. ¿Lo veremos algún día con el delantal negro? De momento tendremos que esperar al siguiente programa. Hasta entonces, ¡bon profit!