Pablo y Leonor: entre el amor y los negocios
- Los jóvenes se enamoraron cuando Leonor comenzó a enseñar a leer a Pablo.
- Los Hidalgo están arruinados y quieren casar a su hija con Claudio, un hombre de posibles.
- Maximiliano comienza a tener remordimientos pero Rosina quiere salvar su estatus social como sea
La familia Hidalgo siempre ha sido reconocida por ser la más adinerada y poderosa del número 38 de la calle Acacias. Sin embargo, desde hace un tiempo, su economía ha cambiado drásticamente, entre otras cosas, por malas decisiones en los negocios y por las apuestas fallidas a los caballos de don Maximiliano. Esto ha hecho que su mujer, doña Rosina, haya dejado de ser considerada la "primera dama" del bloque y que esta tenga que soportar indirectas de sus vecinas cada día, a pesar de que ella intenta disimular su situación.
Todas las esperanzas en Leonor
La joven hija del matrimonio, Leonor, está en edad de merecer, por lo que el plan de Rosina parece estar perfectamente estructurado: casar a su hija con un hombre de posibles y así salvar a la familia de la ruina. Sin embargo, ella aspira a mucho más que ser la señora "florero" de cualquier hombre y, de hecho, lucha por ser escritora, algo que espanta a su madre, pues en aquella época (1899) era inconcebible que una joven de la clase alta se dejara las manos en una máquina de escribir.
Y apareció Pablo
A los Hidalgo se les complica aún más su plan cuando Leonor conoce a Pablo, un chico perteneciente a la clase trabajadora que labora en la sastrería del barrio. Todo comienza cuando él se interesa en la lectura, algo que apasiona a Leonor, por lo que decide enseñarle a leer. Rápidamente, las clases de literatura se convierten en románticas citas que inspiran a la joven de los Hidalgo para sus escritos, que cobran cada vez mayor intensidad.
Es por ello que Rosina se da cuenta de que tiene que actuar rápidamente, y tiene al candidato perfecto: Claudio Castaño. Un chico de la edad de Leonor de familia rica que también busca esposa. Sin embargo, a Leonor no le gusta nada su actitud y no puede dejar de pensar en su verdadero amor: Pablo.
La muchacha se encuentra entre la espada y la pared, ya que sus padres han dejado caer sobre sus hombros toda la responsabilidad de la recuperación económica de la familia, pero ella está perdidamente enamorada del hermano de Manuela.
Aun así, Leonor decide comprometerse con Claudio Castaño, una noticia que cae como un jarro de agua fría sobre Pablo, que decide cortar la relación por lo sano.
Tras mucho meditar y oír los consejos de otra pareja del barrio inmersa en un amor imposible, los de Leandro y Juliana, Leonor decide plantar cara y negarse al compromiso, lo que le acarrea graves problemas en su relación con sus padres.
Claudio, que además está ayudándola a ganar dinero publicando sus cuentos bajo el pseudónimo de 'Leopoldo Safo', pues con un nombre de mujer la publicación jamás habría visto la luz, también se enfada debido a su rechazo delante de sus familias y le echa en cara a la joven todo lo que la está ayudando.
Debido al enfado del joven Castaño, este le dice a Leonor que dejará de publicar sus escritos, una noticia fatal para la economía de los Hidalgo, que, sin saberlo, están viviendo de ellos. Esto hace que Leonor se replantee la situación de nuevo, ya que no puede permitir que sus padres no tengan nada que echarse a la boca.
Un negocio para casi todos
Todo comienza a cambiar y a tornarse extraño cuando Claudio le propone un trato a Leonor y Pablo: la joven deberá mantener el compromiso con la familia Castaño para que Claudio siga publicando sus cuentos y este consiga nuevos contactos en la alta sociedad (gracias a Maximiliano), y además permitirá que los muchachos sigan viéndose a escondidas, pues él no busca el amor de Leonor.
Es en este momento cuando Claudio hace todo lo posible para que este "negocio" salga adelante y todos queden contentos, pero Pablo se resiste.
Sin embargo, el amor que Pablo siente por Leonor es demasiado intenso, por lo que decide seguir adelante con el plan, a pesar de todo el dolor que siente cuando los ve juntos caminando del brazo por la calle.
La situación comienza a normalizarse y Claudio sigue trabajando para mantener a los amantes contentos. Incluso, idea un plan para que puedan cenar solos en casa de los Hidalgo.
Pablo no puede más
Todo parece ir sobre ruedas, pero Pablo vuelve a reparar en que tendrá que estar viéndose a escondidas con el amor de su vida y observando cómo, ante la sociedad, este pertenece a otro hombre. Es demasiado para sus sentimientos y decide dejar a Leonor, esta vez, de forma definitiva.
En este constante ir y venir, podemos predecir que aquí no termina esta historia, pero lo veremos en los próximos capítulos de 'Acacias 38'.