Una serie de mujeres con fuerza
- La muerte de su padre obligó a las Silva a hacerse cargo de la fábrica
- Las protagonistas son ejemplos de mujeres fuertes y trabajadoras
- Todas ellas luchan por conseguir lo que quieren
Las mujeres de nuestra serie son muy diferentes entre sí a pesar de ser hermanas, pero hay algo que tienen en común. Podríamos decir que las Silva son unas mujeres “rebeldes” para la época en la que se desarrolla la serie, y cada una lo es a su manera. Y decimos rebeldes porque ellas no quieren seguir los convencionalismos de 1913 y prefieren esforzarse por conseguir sus sueños y por realizarse como mujeres.
La muerte de Fernando Silva obligó a las hermanas a ocuparse de dirigir y mantener la fábrica, algo que en esa época no era lo más común entre las mujeres. Rosa San Segundo Manuel es directora del Instituto de Estudios de Género (IEG), y ella asegura que “este tipo de mujeres fueron muy importantes en la lucha por la incorporación de la mujer al mercado laboral y a las universidades”. Para ella, la representación de estos personajes es fundamental para visibilizar las cosas importantes que hicieron las mujeres hace un siglo y sobre todo, para dar ejemplo de que están plenamente capacitadas para trabajar.
Diana, la empresaria
Diana se está ocupando activamente y muy bien de la fábrica junto con Salvador, pero más allá de eso lo que nos gusta de Diana es su actitud emprendedora, y sobre todo, su preocupación por los trabajadores de la fábrica. Hemos visto a Diana defender con mucho ímpetu el papel y los derechos de la mujer trabajadora, porque para ella las mujeres están capacitadas y son perfectamente válidas. Primero les subió el sueldo a las mujeres de la fábrica igualándolo al de los hombres porque no consideraba justo que el mismo trabajo estuviera peor remunerado. Más tarde se encargó de ir a un balneario para poder captar a un posible cliente, y ante una frase despreciativa hacia las mujeres, Diana nos sorprendió a todos con su contestación: “Algún día habrá más mujeres que hombres dirigiendo balnearios y fábricas, y lo que ellas quieran”.
Blanca coge fuerza
Tras conocer la infidelidad de su prometido la actitud de Blanca ha cambiado, y hemos descubierto a una mujer que ya no quiere acatar las órdenes de nadie, ni de Rodolfo ni de su suegra. Le perdonó a Rodolfo su aventura con otra mujer, pero a cambio le puso una serie de condiciones, entre ellas, que su opinión fuera tomada en cuenta por él, cosa que hasta ahora no había ocurrido. El siguiente punto incluía no vivir con su suegra una vez casados y lo más importante, que Dolores Loygorri no pueda meter las narices en los asuntos de su relación ni de su boda.
Francisca, la artista de la familia
Francisca tiene una pasión que es la música, y que por cierto, no se le da nada mal. Su sueño es luchar y poder vivir de lo que más le gusta, a pesar de que suponga ir en contra de lo que su padre quería para ella. Ella misma decide dejar los prejuicios a un lado para poder cantar y demostrar su talento, convirtiéndose en la actuación estrella del Café Ambigú con el nombre de La Bella Margarita.
Elisa, la pequeña rebelde
Ser la menor de las hermanas a veces le hace sentirse incomprendida, y eso puede ser uno de los motivos por los que Elisa saque su rebeldía a relucir. Les dejó bien claro a todas que no quiere saber absolutamente nada de la fábrica y que prefiere centrarse en sus intereses. Es independiente y cuando quiere algo hace todo lo posible por conseguirlo sin pensar en las consecuencias, aunque eso signifique dejar en evidencia a sus hermanas.
Pero su fuerte carácter también ha servido para defender a quien aprecia, pues hace poco vimos cómo defendía a Merceditas cuando uno de sus ligues se metía con ella.
Celia, la intelectual
Por otro lado tenemos a Celia, la más intelectual de la familia. Ella sueña con viajar, aprender, leer y poder algún día estudiar fuera de su ciudad, algo que también iba en contra de los deseos de su padre. Pero Celia no se rinde y hace todo lo posible por escribir y conseguir el apoyo de sus hermanas. Así logró convencerlas para poder publicar sus relatos bajo un pseudónimo para que nadie supiera su identidad.
Adela, el pilar fundamental
Adela es la mayor y se siente responsable de mantener a su familia y de cuidar la imagen que puedan dar a los demás. Sin embargo, aunque parezca la más correcta, en realidad es más moderna y liberal de lo que ella cree.Tras la muerte de su padre es la que toma las riendas de la familia y la decisión de trabajar para sacar la fábrica adelante y así poder sobrevivir.
Es un pilar fundamental de la familia, la que siempre media con la difícil Elisa y la que aporta más positividad.
Su marido murió y en vez de quedarse con el dolor, dejó de lado las apariencias y elige casarse por segunda vez, algo que no estaba bien en aquella época.
Petra, una mujer independiente
Petra no forma parte de las hermanas Silva y pertenece a otra clase social diferente, pero aún así es todo un ejemplo de mujer fuerte y trabajadora. Su padre y su prometido pretender organizar la vida de Petra para que el día de mañana no tenga que trabajar y pueda dedicarse solo al cuidado de los hijos. Pero ella no se conforma con eso, no quiere ser la esposa que espera a su marido en casa y prefiere trabajar y ganarse la vida para ayudar a su familia. No le gusta que le digan lo que tiene que hacer porque es una mujer independiente que quiere elegir su futuro.