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La noche temática

Armas silenciosas

  • Analizamos el peligro representado por las armas químicas
  • Hay un riesgo de que puedan ser usadas por individuos descontrolados
  • La medianoche del sábado 11 al domingo 12 de agosto
  • El programa puede seguirse y comentarse en directo en RTVE.es

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La noche temática - Armas silenciosas - avance

Hace 100 años que se utilizaron por primera vez armas químicas: fue en la I Guerra Mundial. A pesar de que fueron prohibidas en el Protocolo de Ginebra de 1925, se han seguido empleando en conflictos como el de Siria. Junto con las armas biológicas son una amenaza muy real. La noche temática analizará el próximo sábado el peligro de estas armas silenciosas.

La guerra química

Comenzamos la emisión con una coproducción de 2015 de Canadá, Francia, Armenia y Bélgica. Con una duración de 52 minutos, está dirigida por Fabienne Lips-Dumas y producida por Seppia Films/Arte/ Domino Production/ RTBF.

La noche temática - Guerra química

A través de los testimonios de inspectores de armas, funcionarios de gobierno y de los que han sufrido el horror del ataque de las armas químicas, vemos los esfuerzos por controlar su utilización y por destruir las armas tóxicas que fueron abandonadas en los campos de batalla. Bajo la batuta de la OPAQ, el organismo encargado de la aplicación de la Convención para la prohibición de las armas químicas que recibió el Premio Nobel de la Paz, alrededor de 140 inspectores vigilan la destrucción de millones de toneladas de armas químicas acumuladas desde la I Guerra Mundial e intentan impedir su resurgimiento. Los soldados que estaban en las trincheras en la Gran Guerra conocieron bien el horror de los efectos del cloro. El desinfectante de las piscinas y de los detergentes fue el primer arma química de los tiempos modernos.

Uno de los grandes problemas de las armas químicas abandonadas se sitúa sobre todo en China. Los japoneses se habían preparado para la guerra química durante la Segunda Guerra Mundial, y cuando se retiraron de la China ocupada dejaron todo su arsenal químico detrás. Pero esos cientos de miles de bombas no representan sino una porción del patrimonio mundial. Nada alcanza la dimensión de los arsenales rusos y estadounidenses. Más de cuarenta años de carrera armamentística han producido gigantescos arsenales. Entre Estados Unidos y Rusia tienen 70.000 toneladas de sarín, VX, Soman o gas mostaza, que no sirven para nada y que deben eliminar.

Amenaza biológica

Continuamos la emisión con un documental canadiense de 2012 con una duración de 52 minutos. Está dirigido por Rob King y producido por 4 Square Entertainment.

La noche temática - Amenaza biológica

Las armas biológicas tienen una larga historia. Desde el lanzamiento en la II Guerra Mundial de bombas con bacterias infecciosas hasta la guerra del Golfo, en la que Irak estaba listo para disparar misiles con ojivas germinales, son una amenaza por su posible uso tanto por los Estados en guerra como por grupos terroristas o individuos en solitario.

Cuando la Guerra Fría se intensificó, proporcionó una excusa más para producir este arsenal mortífero. El Reino Unido, Francia y Canadá, por ejemplo, se embarcaron en un programa, experimentando con muchos tipos de enfermedades. Pero el Programa de Armas Biológicas de Estados Unidos era el más peligroso. Era, con diferencia, el más ambicioso y de mayor envergadura. En 1972, 103 países, incluidos Estados Unidos y la Unión Soviética, aprobaron una convención que prohibía la producción de armas biológicas. Pero los críticos consideraron que la convención fue absolutamente inútil. Era inaplicable. La Unión Soviética utilizó, de hecho, la Convención para embarcarse en el programa de armas biológicas de mayor envergadura y más destructivo en la historia de la humanidad.

La guerra del Golfo fue tan fulgurante que los iraquíes no tuvieron la oportunidad de usar su mortífero arsenal. Al finalizar la Guerra del Golfo, el programa de armas biológicas de Irak permaneció oculto hasta que en 1995 los inspectores de Naciones Unidas finalmente lo descubrieron. En la actualidad, la preocupación no solo es que las naciones o Estados utilicen estas armas biológicas, sino que lo hagan personas individuales, especialmente aquellas con conocimientos científicos.