Los siete secretos de Ana Obregón en 'En la tuya o en la mía', los amores de su vida y el rap de su hijo
- La actriz asegura que ahora no es feliz por la enfermedad de su madre
- Su hijo da su primera entrevista para televisión
- Fernando Martín, el hombre de su vida
Fue la número dos de su promoción y el mito erótico de los hijos de Julio Iglesias. Cocinó una paella “repugnante” para Spielberg y tuvo una relación con Alberto de Mónaco. Ana García Obregón ha abierto las puertas de su casa y de su vida a 'En la tuya o en la mía'. Ha contado quién fue su gran amor y ha terminado haciendo yoga con Bertín. Otra de las grandes revelaciones ha sido la primera entrevista en televisión de su hijo Álex, un “filósofo rapero” que sigue bromeando con los mordiscos que daba a los micrófonos de pequeño.
Escribe cada día una carta a su madre
Ana Obregón, o “Anita la fantástica” como la llama su familia, reconoce que ahora no es feliz. Está pasando por uno de sus momentos más duros por el delicado estado de salud de su madre. “Mi madre es mi amiga y la echo de menos. Cada día le escribo una carta para que cuando esté bien la pueda leer”, cuenta.
Aún así, continúa haciendo reír con su obra ‘Sofocos’ y cada vez que termina la función se va al camerino a llorar.
Estuvo muy enferma con 13 años
“Con 13 años estuve mala. Empecé a adelgazar. Pensar que no tenía un mañana a los 13 es lo que más me ha marcado. Cada día pienso que es un regalo”, recuerda. Asegura que esto es lo que le condicionó a estudiar biológicas. Fue segunda de su promoción y, para acabar con las dudas, ha enseñado su título a Bertín.
Hizo una paella “repugnante” para Spielberg
Cuando terminó la carrera, se marchó a Estados Unidos a triunfar sin saber inglés. Después de estudiar teatro y lavar platos en una pizzería consiguió un papel para una película con Bo Derek. Poco a poco, se fue codeando con estrellas. Robert de Niro asistió a su fiesta por su 22 cumpleaños y a Steven Spielberg le hizo una paella sin tener ni idea de cocina.
“Mi madre me dijo cómo hacerla y se me olvidaron las notas. Además se fue la luz. La paella era lo más repugnante, pero estuvo educadísimo. No me salió ni amarillo el arroz”, confiesa.
El mito erótico de los hijos de Julio Iglesias
Después de una mala experiencia por un intento de robo, Ana Obregón estuvo cuatro años viviendo en casa de Julio Iglesias. “Yo me iba a contarles historias a su habitación a los hijos. Años más tarde me fui a ver a Enrique a un concierto y me confesó que era su mito erótico”, cuenta divertida.
Objetivo de ETA: “Me salvó la vida mi hijo”
Asegura que no le gusta hablar de esto, pero Ana Obregón ha relatado a Bertín cómo se enteró de que era objetivo de ETA. “Estaba rodando con Vicente Aranda y lo vi en el periódico. Me llamó el ministro y le dije una barbaridad porque pensaba que era broma”, recuerda.
En el zulo de Ortega Lara encontraron una foto dedicada de ella y la información sobre su seguimiento. “Me salvó la vida mi hijo. Lo último que ponía en el seguimiento es que estaba embarazada”, explica.
Alex, de morder micrófonos al “beatbox”
Si por algo se recuerda al hijo de Ana Obregón es por morder los micrófonos de los paparazzi cuando tenía 3 años. En su primera entrevista para televisión, Alejandro ha demostrado que tiene sentido del humor y que ahora además de micrófonos come libros.
Ha estudiado ciencias políticas y filosofía en Estados Unidos y le encanta el rap. De hecho, ha demostrado a Bertín que es un virtuoso del “beatbox” y consigue hacer música solo con la boca. También ha hablado de la buena relación con su hermano Clemente y de las novias que no le duran más de tres meses.
La alergia de Ana a las bodas y las lágrimas de su madre
Ana Obregón se ha casado seis veces en la ficción, pero ninguna en la vida real. “Me da pánico. Es como una alergia. Solo con ponerme el vestido de novia en la serie, me ahogo”, reconoce. En la boda de ‘Ana y los siete’ su madre estuvo en primera fila y hasta lloró. Además, Ana se desnudó en la capilla delante de un cura al creer que era un compañero actor.
El curriculum amoroso de Ana: De Miguel Bosé a Alberto de Mónaco
La actriz y presentadora ha repasado los hombres de su vida junto a Bertín. Su primer amor fue Miguel Bosé, una relación que le costó un diente que le rompió una fan de un puñetazo.
Asegura que con “Robert de Niro pudo haber alguna historia, pero no hubo”.
Con quien sí “hubo tema” fue con Alberto de Mónaco. “Me había visto y me quería conocer. Yo iba cojeando porque llevaba un zapato de tacón y otro plano”, recuerda entre risas. Aún así, tuvo que quedarse a cenar con toda la familia real y bailar un vals con él.
Fernando Martín, el amor de su vida
Los cuatro años con el jugador de baloncesto Fernando Martín fueron los más felices de su vida. Ella se llegó a plantear dejar todo para formar una familia con él. “Él no quería que fuera actriz. Cuando tuvo el accidente estábamos cabreados por eso. El día anterior discutimos y no le volví a ver”, recuerda. “Me hubiese gustado decirle que seguía enamorada de él”, explica.
Los cuernos que le puso Lecquio
Más de un año después de este “mazazo” Antonia Dell´Atte le presentó a Alejandro Lecquio. Dice que es el hombre más importante para ella porque le dio a su hijo, pero reconoce que era “un golfo al que pilló”. Se enteró de que la estaba engañando por la prensa antes de una grabación de ‘Qué apostamos’. “Me estaban maquillando y no paraba de llorar”, recuerda.
Su siguiente gran amor fue Succer. Asegura que el jugador “era tan perfecto, que era demasiado perfecto. Necesito un poco más de emoción”. A Darek no le cuenta entre sus novios y hasta le ha costado acordarse de su nombre.
La bronca de Victoria Beckham
Ana asegura que ella nunca tonteó con Beckham, pero “me llevé una buena bronca de su mujer”. “Él me acribillaba a mensajes y le pilló el móvil. Yo estaba en el gimnasio estirando. Vi que venía Victoria Beckham, me agarró de la camiseta y me empezó a gritar”, explica. La presentadora asegura que le ofrecían dos millones de libras por contar lo que había pasado.
El perrito boca abajo con Bertín
Ana Obregón hace yoga y meditación y ha intetando introducir en estas disciplinas a su invitado. Bertín Osborne sí conocía la postura del “perrito boca abajo”, pero en otros ámbitos, y ha hecho lo que ha podido. Eso sí, la entrevista ha servido para redescubrir a su antigua amiga ya para disfrutar del que ha sido el programa más divertido para el presentador.
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