Diez años sin Rocío Jurado
- La cantante de Chipiona alcanzó el éxito partiendo de lo más bajo
- Renovó la imagen de la copla sin peineta y bata de cola
- Nuevo vídeo recuperado del Archivo: La hora de Rocío Jurado (1976)
- Nuevo vídeo recuperado del Archivo: Horas doradas (1980)
- El vestuario de la Jurado, la moderna de la copla
Hace 10 años que “La más grande” nos dejó para siempre. Fue el 1 de junio de 2006 cuando se apagó su voz, después de casi dos años luchando contra un cáncer de páncreas. Nacida en Chipiona (Cádiz) en una familia humilde, Rocío Jurado siempre soñó con ser artista. La muerte de su padre cuando ella tenía doce años dejó a la familia en una situación precaria. "Cuando murió mi padre no teníamos nada, así que tuve que trabajar en el campo, de modista, y también fui zapatera", recordaba en una entrevista en TVE.
Aun así, en Rocío se mantuvo vivo el deseo de convertirse en artista. A los 14 años ganó su primer concurso en Radio Nacional de Sevilla. Le dieron 200 pesetas y una botella de gaseosa. Su familia se mostró en contra de sus aspiraciones. Su abuelo en principio estaba en contra de su deseo de ser artista, pero finalmente cedió y consiguió ocho mil pesetas para dar la oportunidad a su nieta de ir a Madrid. Allí consiguió un contrato en el tablao El Duende. Cobraba 300 pesetas por noche. Esto ocurría en 1963. Ese mismo año fue contratada para hacer de pareja de Manolo Escobar en la cinta Los guerrilleros, de Pedro L. Ramirez, donde demostró su talento delante de las cámaras. La de Chipiona fue escalando paso a paso hacia la fama.
“ “Rocío duende de Cádiz y piel morena. Rocío de mil cantares bañados con azahar. Rocío de la sonrisa y la pena”. “
Poco después entró en contacto con Rafael de León y Juan Solano, quienes compusieron para ella canciones como "Rosa y aire" y "Un clavel", sus dos primeras grabaciones discográficas. Así empezó a grabar un repertorio donde recuperó la tradición del folclore. Pero en su siguiente disco volvió al flamenco, demostrando una gran versatilidad. Destacan los famosos fandangos de Huelva titulados Moreno y bien parecío, que hizo suyos.
Su época dorada
A finales de los años 60, Rocío ya era casi una estrella. Sus canciones sonaban por la radio y había protagonizado películas. En 1967 fue elegida “Lady España” y al año siguiente “Lady Europa”. Iba lanzada a lo más alto, pero el salto definitivo a la fama fue gracias a la televisión. Su primera actuación en esta casa fue en enero de 1969, hace ya 47 años.
Había comenzado la década de los 70. Una época de cambios en España que se empezó a notar en el cine, las revistas y el vestuario de alguna cantante, como el de Rocío Jurado, con vestidos cargados de sensualidad. Hizo fotos sexy para Fotogramas. Y, en el terreno de la canción, continuó imponiendo su estilo. Incluso en la copla supo ser más provocativa que los demás. Apartó de su vestuario la bata de cola tradicional con mantilla y la peineta con el moño bajo. "Fue todo un reto", confesaba en una entrevista de la revista Semana. “Empecé a salir al escenario con la misma ropa con la que iba a una fiesta o una cena de gala. Me criticaron mucho hasta que poco a poco otras compañeras siguieron mi ejemplo”, apuntaba.
Las dos bodas de Rocío fueron grandes acontecimientos sociales. La primera, el 5 de junio de 1976 con el boxeador Pedro Carrasco. Cuatro meses después anunció su embarazo por todo lo alto en su debut en Florida Park. No era habitual, dada la época, airear tan a la ligera este tipo de cosas. Sin embargo, la vida privada de la tonadillera ocupó las portadas de las principales revistas de la época. Como su divorcio en 1989 con Pedro Carrasco, cuando se rompió el amor, y su posterior enlace con el torero José Ortega Cano.
Una familia dividida
Lo único que Rocío reclamó a los suyos fue que permanecieran unidos. Pero diez años después de su muerte, su deseo no se ha visto cumplido: la familia se encuentra dividida en dos bandos. Por un lado, Rocío Carrasco, fruto del primer matrimonio de la cantante con el boxeador Pedro Carrasco. Por otro, los dos hijos que adoptó con José Ortega Cano: Gloria Camilla y José Fernando. Junto a ellos permanecen los hermanos de la Jurado, Gloria y Amador Mohedano; también su nieta Rocío Flores, hija de Antonio David Flores y de Rociíto.
Pese a que Rocío Jurado dejó un testamento bien repartido y generoso, su familia ha acabado dividida por el legado que tanto le costó construir. Ella jamás lo hubiese imaginado.