La Albufera de Valencia, La laguna de el Taray y Áreas esteparias de Campo de Montiel
- Proyecto de restauración en el Tancat de la Pipam, mejora de aguas de La Albufera
- Los Humedales de la Mancha: La laguna de el Taray
La Albufera de Valencia
En el capítulo de esta semana conocemos un proyecto de restauración en el Tancat de la Pipa para mejorar la calidad de las aguas de La Albufera de Valencia. Separada del mar Mediterráneo por un estrecho cordón dunar poblado de pinares, plantas herbáceas y juncos, el lago de la Albufera tiene una superficie de unas 2.400 hectáreas a las que hay que añadir las más de 22.000 hectáreas de arrozal que la rodean.
La proximidad del lago a algunas industrias, las aguas residuales de las poblaciones cercanas y una reducción en la aportación de aguas fluviales ha ocasionado un deterioro en la calidad de sus aguas. En uno de los antiguos arrozales que fueron ganados a la laguna se ha puesto en marcha un proyecto de restauración de hábitats, con el fin de mejorar la calidad de las aguas mediante la creación de filtros verdes.
La laguna de el Taray
Castilla La-Mancha es la comunidad donde se centran las otras historias con representación de dos hábitats muy diferentes, humedales y áreas esteparias.
En los Humedales de la Mancha se encuentra la laguna de el Taray, ubicada en Quero, Toledo. Forma parte del conjunto de humedales que a lo largo de las llanuras castellano-manchegas, constituyen un refugio imprescindible para multitud de especies como el bigotudo, el pato colorado, la garza imperial o el aguilucho lagunero.
La laguna del Taray pertenece a la familia Oriol. Junto a los aprovechamientos agrícolas, ganaderos y cinegéticos que tradicionalmente los Oriol han obtenido de sus tierras, recientemente han encontrado en la observación y fotografía de aves un nuevo recurso económico.
Áreas esteparias de Campo de Montiel
En las Áreas esteparias de Campo de Montiel nos adentramos de nuevo en la finca de Las Ensanchas, en la que se ha desarrollado un modelo de gestión que permite la conservación de los valores naturales y que por petición expresa de su propietaria se ha convertido en un espacio protegido de la Red Natura 2000. Entre las actuaciones que se llevan a cabo, las que favorecen la cría de conejo han propiciado que sea uno de los refugios del águila imperial ibérica de esta zona. Para Patricia, la propietaria de la finca, la presencia del águila imperial ibérica y su conservación, constituye un orgullo y un legado para las generaciones futuras.
“Habría que, de alguna forma, estimular el que mantengamos estos territorios que son únicos y que si se pierden, son irrecuperables. Quizás esa es la clave, porque lo que destruyes luego no lo puedes construir en este tipo de hábitat, imposible”, Patricia Maldonado.