Generación 2017
Emisión 15 de febrero de 2017 · La 2
La Fundación Montemadrid presenta una nueva edición de la convocatoria de Arte Joven “Generaciones”, un certamen que se ha ido consolidando como plataforma de difusión y apoyo al trabajo de nuestros jóvenes creadores en su camino hacia una trayectoria más afianzada y madura. Comisariada por Ignacio Cabrero, la exposición que reúne en La Casa Encendida los 10 proyectos ganadores, incluye instalaciones, fotografía, dibujo, escultura, vídeo o performance, un claro reflejo de la multiplicidad de la escena artística actual y la mayor profesionalización del arte emergente de nuestro país.
Éste no es un comisariado al uso. Los proyectos ganadores de la convocatoria Generaciones, son presentados en una exposición y es el comisario el que ha de dar forma al conjunto para definir los puntos en común y la disposición en sala para conseguir la coherencia que encontramos finalmente. En esta ocasión, apunta el comisario, en muchos de los trabajos seleccionados se entrevé como interés común, una tendencia a la fuga, el tratar de escapar a otros mundos a través de un particular vínculo entre la magia, el juego, la ciencia y el arte.
En ese sentido, la pieza de Rosana Antolí, F=P.e/I (2017) resulta en cierta forma mágica e hipnótica. Esta fórmula matemática se traduce en una suerte de figuras geométricas suspendidas en el aire que dibujan una coreografía con un ritmo cambiante. Como si de una partitura musical se tratara, las piezas oscilan armoniosas en el espacio siguiendo la coreografía marcada por los gestos y movimientos cotidianos que cada una de ellas representa. Una escultura en movimiento compuesta de fuerzas, repetición, pausas y baile. De alguna manera, plantea también un juego con el espectador que puede recorrer la pieza e interactuar con ella modificándola y convirtiéndose en parte de la misma en su deambular.
Por su parte Fito Conesa presenta Non Unísono (2017), una pieza audiovisual de 10 minutos de duración en la que reúne a un grupo de jóvenes en proceso de cambio de voz para interpretar, dirigidos por Fiorella Macchi, una composición sonora de ejercicios vocales. Una representación visual y sonora de un momento importante en la vida, un periodo de tránsito, de inseguridad, de incertidumbre, de desarrollo y consolidación de algo tan definitorio de la persona como es la voz.
En el caso de David Crespo, con su trabajo El Juego de la Hiena (2017), es muy evidente la relación con el juego. Resulta curioso en este trabajo cómo ha recurrido a algo de carácter lúdico para, con una mirada crítica, poner sobre la mesa un tema tan sensible como es el empoderamiento social ligado al territorio para dar visibilidad a situaciones vulnerables o de violencia en diferentes contextos. Esta instalación presenta varias piezas que remiten al juego de mesa del África subsahariana conocido como el Li’b El Merabif para dar forma así a los distintos recorridos que son utilizados por aquellas personas que intentan llegar desde África a Europa, a través de Ceuta y Melilla.
S/H Fuerzas Felices (2017), de June Crespo, es una pieza que podríamos decir que se ha definido a sí misma. La artista nos contaba cómo esta obra ha ido evolucionando desde su planteamiento y cómo el espacio ha definido de alguna manera el resultado final. En la instalación en sala, queda reflejada la conexión de la artista con los objetos y cómo cada uno, como si de un juego se tratase, ha ido reconociendo y ocupando su espacio de una forma natural. Como el object trouvé de los surrealistas y la manera de hacer del bricoleur de Levi-Strauss, su juego se basa en un “arreglárselas con lo que tenga” mientras recoge y combina, sin jerarquías, diferentes objetos que va encontrando en su camino.
Las 20.000 toneladas de mármol (2017), de Diego Delas, sugieren una revisión de la historia olvidada a través de los saberes particulares y la memoria subjetiva. Para este proyecto parte del castillo que mandó edificar W. Randolph Hearts en San Simeón (California) que aparece como Xanadú en la película Ciudadano Kane, de Orson Welles. El castillo fue construido a partir de piezas de patrimonio de diferentes partes del mundo, incluidas Castilla y Andalucía, donde se apropió de fragmentos de abadías, conventos y palacios renacentistas. A partir de ahí, Delas propone un viaje hacia el patrimonio olvidado para reconstruir la historia, un recorrido que recoge la arquitectura, el mobiliario, los textiles o las supersticiones de la Ribera del Duero.
Marco de referencia. O tres modelos para apreciar el discurso como forma (2017), de Carlos Fernández-Pello, es una reflexión sobre el uso del marco teórico en la práctica artística y su devenir como motivo ornamental. Partiendo de la máxima de William Morris, fundador del movimiento Arts and Crafts, de que “toda decoración es fútil mientras no recuerde a algo que vaya más allá de sí misma”, Fernández-Pello plantea el rediseño de los papeles pintados de Morris que finalmente adquieren la forma de bancos de sala integrados y en convivencia con las demás piezas de la exposición haciendo referencia a tres marcos teóricos recurrentes en la práctica artística contemporánea: internet, el discurso de género y el postcolonialismo.
Blanca Gracia presenta la videoinstalación Acmé en dos variaciones (2017), donde reflexiona sobre nuestro presente desde una supuesta ficción con referencias al mito de Midas y la Alegoría del buen y el mal gobierno de los hermanos Lorenzetti. Imágenes reales y animadas filmadas a modo de las mummers’ plays (representaciones populares medievales que se llevaban a cabo en territorios británicos para llevar un mensaje moralizador a la población), se fusionan en el primer cortometraje de la artista. Intentos de fuga de una realidad social y política que desembocan en mundos mágicos e historias que se desarrollan de forma cíclica.
La obra de Marian Garrido, Souvenirs of future nostalgia (2017), se presenta como un cabinet de curiosidades en el que la magia y la ciencia son la vía de acceso a saberes ya olvidados y a las dimensiones simbólicas del discurso construido a través de la historia. A partir de los relatos del cosmonauta John Titor, un viajero en el tiempo que vertió en el año 2000 en foros de internet predicciones acerca del futuro, la instalación sugiere una compilación de souvenirs de aquellos eventos que nunca llegaron a ocurrir. Además, formalmente la artista también se vale de pigmento Han Púrura, creado en China hace más de 2500 años y recuperado en 1992, cuando se identificó su composición y su capacidad de colapsar las dimensiones.
Por su parte, Rubén Grilo plantea una reflexión en torno a la identidad, lo que nos define como personas, a través de su pieza Noone, Allness (2017), una instalación que aparentemente no se ve. Se trata de huellas digitales creadas digitalmente que se distribuyen por toda la exposición de manera aleatoria, que apenas son perceptibles. Paredes, puertas, cartelas, soportes y otras piezas incluidas en la muestra son los escenarios elegidos por Grilo para situar su ‘pieza’ que juega con el binomio presencia / ausencia.
Finalmente, la pieza de Lorenzo Sandoval, Shadowwriting (Talbot/Babbage) (2017), sugiere un diálogo entre las formas y las texturas. Este proyecto es una continuación de la serie Deep Surface, donde vinculaba la falta de certezas a la producción masiva de imágenes, diluyendo sus márgenes. En esta continuación, presenta una genealogía que conecta los inicios de la fotografía y la distribución de imágenes con la computación temprana y los procesos de industrialización, tomando como punto de partida la relación amistosa entre W. H. Fox Talbot y Charles Babbage, y su relación con la producción industrial. La correspondencia entre precariedad, industrialización y distribución de imágenes es el foco central del proyecto de Sandoval.
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La exposición que recoge los trabajos ganadores de Generación 2017, permanecerá hasta el 16 de abril de 2017 en La Casa Encendida (Madrid).