El temporal francés
- Después de la victoria de Donald Trump y del “Brexit”, muchos observan con preocupación el auge de la extrema derecha en Francia
- En Portada recorre el Sur del país, una de las zonas con mayor nivel de desigualdad, pobreza y paro
- Entrevistamos al alcalde de Béziers, la mayor ciudad francesa en manos de la extrema derecha
Robert Ménard no tiene reparos en decir que es reaccionario y populista, con ideas “muy a la derecha”. Es el alcalde de Béziers, la mayor ciudad francesa en manos de la extrema derecha. Llegó a la alcaldía aupado por el Frente Nacional y aunque no pertenece al partido de Marine Le Pen, tiene claro que ella es su candidata. Admira a Trump, aunque no comparte todas sus ideas.
De periodista de RSF a alcalde ultraderechista
Cuesta creer que Robert Ménard fuera uno de los fundadores de Reporteros Sin Fronteras. Como periodista, conoce bien el poder de la palabra y de la imagen; pero en cuanto le planteo una pregunta incómoda, responde con desdén y cierta agresividad. En varias ocasiones me recuerda que soy mujer, sin venir mucho a cuento, y parece incluirme entre los “intelectuales de pacotilla que le dan lecciones de moral”.
Le irritan preguntas como: ¿Ha hecho usted un censo o una lista con los estudiantes musulmanes en las escuelas de Béziers? ¿Qué deberían hacer, a su juicio, las personas que huyen de la guerra?
La inmigración, el chivo expiatorio
Cuando Robert Ménard dice que su ciudad ya no puede acoger más inmigrantes, una tiene la impresión de que Béziers debe de estar entre las ciudades con más inmigración del país. Sin embargo, según la última estadística oficial francesa, la inmigración en Béziers no llega al 13%. En Francia hay más de 3.000 ciudades que superan ese porcentaje. Sin ir más lejos, la cercana Montpellier, con casi el 16%; pero su alcalde no la señala con el dedo acusador.
“Ménard utiliza a los refugiados para justificar su discurso racista”, nos dice Jean Philippe Turpin, director del centro de acogida para refugiados La Cimade de Béziers.
El Sur de Francia, golpeado por la crisis económica
Después de la victoria de Donald Trump y el “Brexit”, muchos observan con preocupación el auge de la extrema derecha en Europa. En Francia, el Frente Nacional se erige en el opositor universal y capta el voto de protesta de quienes se sienten abandonados y traicionados por la clase política.
En este reportaje, recorremos el Sur del país, desde los Pirineos hasta el Languedoc-Rosellón, una de las zonas más golpeadas por la desigualdad, la pobreza y el paro. Los efectos de la crisis económica y de una desconcertante globalización son el caldo de cultivo en el que crece el populismo y la ultraderecha.
El viraje político ha llegado hasta este tradicional feudo de la izquierda. Pero en el Sur de Francia también encontramos otras formas de gobernar y gestionar, como la del centrista François Bayrou, excandidato presidencial y hoy alcalde de Pau. O la del alcalde de Billère, Jean-Yves Lalanne, un socialista muy crítico con el presidente François Hollande. O el “Village Emmaüs”, una alternativa de gestión que acoge a aquellos que la sociedad excluye y pone al ser humano por delante de todo lo demás.
El peligro: sus ideas van calando
Uno de cada tres franceses dice estar de acuerdo con las ideas del Frente Nacional, aunque casi un 60% lo ve peligroso para la democracia. Mientras tanto, sus mensajes van calando en una sociedad desorientada, sin referentes, que busca respuestas. ¿Sabrá Francia conservar los valores sobre los que se cimentó Europa: libertad, igualdad y fraternidad?