Entre muros y santuarios
- En Portada recorre el estado de Texas, punto caliente de la inmigración
- Historias de inmigrantes recién entrados y de otros que llevan años
¿Qué lleva a un chaval de 20 años a echarse a la espalda a su bebé de 8 meses; a exponerse a mafias, coyotes y extorsionadores de distinto pelaje; a cruzar todo Centroamérica y México para el final cruzar en una lancha el Río Grande y probar fortuna o infortunio en Estados Unidos? El miedo.
Manuel López no cuenta mucho de lo que sufrió en Honduras. Solo que no quería para su hija Leyre, un bebé todavía sonriente, una vida sometida a la impune violencia de las pandillas. Reunió un buen puñado de lempiras y tiró al norte. Su últimas 500 lempiras las invirtió en pagar al coyote que le abordó en una lancha hinchable para cruzar el río.
Manuel Reinaldo no es mucho más elocuente, pero da dos detalles. Primero, vivía en Copán, la tierra hondureña de narcos. Segundo, un poderoso vecino le dijo que le gustaba su platanar. Le daba unos días para cedérselo o le metía plomo. Con esos dos detalles -y algo de imaginación- ya se entiende por qué Manuel agarró a su hijo Darmin, de 14 años, y cabalgó a la Bestia en cuanto llegaron a México.
Los condados tejanos de Webb, Zapata o Starr están preñados de confesiones como éstas.
Desesperados por escapar
Hace un año un salvadoreño me comentó que cuando alguien está desesperado y quiere escapar no se para a medir la altura del muro. Si el muro mide 5 metros, hallará una escalera de seis metros. Si el muro mide 10 metros, la escalera tendrá 11.
El Río Grande, Río Bravo para los mexicanos, es muerte porque todos los días aparecen cadáveres de inmigrantes… Pero también es vida y riqueza.
Hay centenares, miles de rancheros de los que su vida y negocio depende de la riqueza que genera ese río. La construcción de un muro o una valla les dificultará enormemente el acceso al agua con todo lo que ello conlleva. Y creo que no exagero si anticipo que la construcción podría estar plagada de demandas de rancheros.
La frontera la cruza a diario, legalmente, cerca de un millón de personas. Eso genera enorme riqueza a ambos lados. Un muro rompería muchas de esas dinámicas. De hecho, hay algunos centros comerciales en McAllen que han sufrido el boicot de los compradores mexicanos como protesta por la posible construcción del muro.
Las nuevas tecnologías con más eficientes que el hormigón
Los sheriffs de esos condados del sur se han unido para convencer al presidente Trump de que las nuevas tecnologías son, hoy por hoy, más eficientes que el hormigón.
Y por encima de todo, la frontera sur está plagada de ciudades partidas por un río y divididas por dos banderas… Pero habitadas por vecinos que cruzan los puentes como lo hacen los vecinos de Sevilla o Logroño.
Por eso, no es fácil encontrar en el sur de Texas, desde Laredo a Brownsville, alguien que defienda la construcción del muro. Sea republicano o demócrata.
Entre muros y santuarios se estrena el lunes 12 de junio a las 23:30 en La 2 de TVE