El cine español se inspira en los 90
- Este verano se estrenan películas de RTVE que recuperan la década de los 90
- Verano 1993, de Carla Simón, ha ganado premios en Berlín, Cannes y Málaga
- Verónica, de Paco Plaza, está inspirada en el Expediente Vallecas
- La llamada adapta el exitoso musical de Javier Calvo y Javier Ambrossi
Después de una larga temporada de recuperación de los 80, le toca a la nostalgia de los 90. El cine español avanza esta tendencia con tres películas muy diferentes que llegan a la cartelera estos meses: Estiu 1993 (Verano 1993), Verónica y La llamada, participadas por RTVE.
La que abre la veda es Estiu 1993 (Verano 1993), que llega a los cines este viernes. Una película sobre una niña de siete años que al morir su madre es adoptada por sus tíos y tiene que hacerse a una nueva vida en la región gerundense de La Garrotxa.
La primera película de Carla Simón (Barcelona, 1986), que ha sido premiada en Berlín, Cannes y Málaga, está basada en su experiencia personal.
"Del verano recuerdo juegos de esas horas muertas en que los mayores estaban haciendo la siesta, la sensación del silencio del campo, un silencio lleno de ruidos; del bochorno, el calor -enumera Simón-. Es más que un recuerdo, una sensación general, de cómo pasaba el tiempo, de esa libertad que se tiene cuando vives en el campo".
La recreación de esa época "ha sido muy divertida", un ejercicio de memoria para el equipo, aunque más complicada de lo que podría parecer. "Piensas que está ahí mismo, que no hace falta tanto dinero, pero es una película de época aunque sea una época que hayamos vivido". ¿El principal reto de recreación? Evitar los muebles Ikea. "De repente te das cuenta de la presencia que tiene en nuestras vidas".
Una posesión diabólica en un barrio de los 90
"En nuestra ingenuidad pensamos que no ha pasado tanto tiempo, pero cuando ves las películas rodadas en esos años -explica Paco Plaza sobre el trabajo de documentación para Verónica, su película de terror ambientada a principios de los 90 en Vallecas- parece que falta que pasen carruajes".
Verónica, que se estrena el 25 de agosto, se inspira en varios casos de posesiones demoníacas que surgieron a principios de los 90, pero la base ha sido el Expediente Vallecas, barrio madrileño en el que tiene lugar la acción de esta historia sobre una chica de 17 años que tiene extraños comportamientos tras jugar con la ouija.
"Yo vivía en Valencia y mi recuerdo de ir al cole es exactamente el que tiene Verónica", explica Plaza, nacido en 1973. El paisaje de la película "es muy Vallecas, pero es muy extrarradio de cualquier ciudad española un poco grande".
La arqueología emocional es la misma, pero las vivencias de los 90, que ambos cineastas han reflejado en sus películas, son muy diferentes.
Para Plaza son los años de su juventud. "El descubrimiento amateur de querer hacer cine, la primera cámara de vídeo, haciendo cortos con los amigos... El paso de oír a U2 a oír a Nirvana. Yo estoy un poco entre dos décadas. Un poco más joven que Verano Azul, pero más mayor que los que vieron Compañeros".
"Para mí es muy icónico del día que estrenaron el videoclip de "Maldito Duende" [tema recurrente en la película], que era entonces superinnovador pero que ahora parece pretecnológico". Si tuviera que definir de algún modo los 90 sería "la década del grunge, una década un poco sucia; la de Tarantino en el cine, quizá la última gran revolución del cine comercial", dice.
En el caso de Simón, esos años son los del radiocasete Fisher Price con micro, las Polly Pockets, los cubos para jugar con el agua... "Mi madre me guardó todos los juguetes y salen en la película".
Tiempo para ella de escuchar "La flaca" de Jarabe de palo, Rosario y Rosana y de odiar la música mákina, que "en un pueblo era algo que no podías dejar de lado"; de leer el primero de Harry Potter "cuando todavía no se había hecho famoso" y los también ochenteros La historia interminable ("flipé cuando la descubrí"),la colección Barco de Vapor, Los cinco o Los siete secretos.
La mezcla imposible de Whitney Houston y Juan Magán
El 29 de septiembre se estrenará La llamada, de Javier Calvo (Madrid, 1984) y Javier Ambrossi (Madrid, 1991), que adaptan al cine su exitoso musical. Una historia en la que María (Macarena García) recibe la llamada de un Dios con acento británico que canta temas de Whitney Houston mientras pasa el verano en un campamento de monjas junto a su mejor amiga (Anna Castillo).
Aunque la trama está situada en la actualidad, el aroma es completamente noventero, un homenaje a la historia personal de Ambrossi (Madrid, 1984) cuya adolescencia estuvo marcada por su condición homosexual en un colegio masculino del Opus Dei.
"Era superinfeliz, y el verano era el momento en que yo me podía ir a un campamento, a Irlanda, a Alemania, a Segovia e inventarme mi vida, empezar de cero", cuenta.
Además de Whitney Houston, en la banda sonora está el mítico "Todas las flores" de Presuntos Implicados. Para Ambrossi y Calvo, la música de los 90 es "la más poderosa" y su cine el que más les ha influido.
A Ambrossi se le llena la boca hablando de la última década del siglo XX, "una época superimaginativa y preciosa". "Abrías una bolsa de patatas y te podía salir un tazo de Chiquito de la Calzada, todo era posible. Ahora abres una bolsa de patatas y el regalo te da igual porque no le interesa ni al que lo ha puesto".
"Las pelis más guays se hacían entonces -afirma-. De Disney, La Bella y la Bestia o el Rey León; Parque Jurásico, Titanic, Eduardo Manostijeras, el show de Truman, Flubber, Ace Ventura... pelis que no le tenían nada de miedo a una premisa muy loca. Se podía hacer La señora Doubtfire, que hablaba del divorcio, clave para mi generación, de una manera muy seria, pero muy imaginativa, ocurrente y un poco loca".
"Todo esto tiene que ver mucho con La llamada -concluye-. En el momento en que se abre la puerta y aparece ese hombre cantando Whitney Houston... ojalá sea icónico para una generación como para mí la orca volando por encima del niño en Liberad a Willy".