Destinos donde perderse
- Nos perdemos en el laberinto más grande de España
- Nos ponemos a remojo en el balneario más familiar de Europa
- Quemamos tres toneladas de pólvora en la fiesta asturiana de Cangas del Narcea
En el ecuador de agosto, nos perdemos en el laberinto más grande de España, nos ponemos a remojo en el balneario más familiar de Europa y quemamos tres toneladas de pólvora en la fiesta asturiana de Cangas del Narcea.
El laberinto más grande de España
A Emilio lo trataron de loco cuando se puso a plantar árboles frente al solar que tiene delante de su casa. Este verano, recibe mil personas cada día dispuestas a perderse entre sus 4.000 árboles. Ha convertido su locura en el laberinto más grande de España. Lo ha hecho dándole salida a los arbustos que dejó de vender en su vivero cuando llegó la crisis. Ahora no hay vecino que no aplauda su idea. Emilio y su hija han conseguido un trabajo estable y su localidad, Villapresente, aparece en el mapa como el pueblo del laberinto. Luis, dueño del restaurante con 120 años de tradición en la localidad cántabra, vende más lechazo y cocido montañés que nunca. Los viajeros se quedan atrapados por la singularidad de esta construcción de casi seis mil metros cuadrados que está a kilómetro y medio de las Cuevas de Altamira y muy cerca de Santillana del Mar.
El balneario más familiar
Manuela y Agustín celebran sus bodas de oro a remojo, han invitado a toda su familia a zambullirse en el lago termal más grande de Europa. Está a medio camino entre Madrid y Zaragoza. Dicen que sus aguas tienen poderes curativos, relaja los músculos y el sistema nervioso. Mana a 36 grados del interior de la tierra y sobre el manantial se levanta la localidad. En Alhama de Aragón, quien más o quien menos vive directamente del balneario. Cuatro hoteles ofrecen cama al turista que busca el descanso en las aguas de un lago en las que ya se bañaban los romanos.
Un pueblo de traca
En menos de cinco minutos queman tres toneladas de pólvora. Es el principio y el fin del año para los vecinos de Cangas del Narcea, un pueblo asturiano donde hasta los niños reciben cursos de formación para tirar petardos y voladores, donde se come el contundente cachopo y no se bebe sidra sino vino de la tierra. La devoción por la fiesta no se concibe sin las Peñas de la Pólvora. Lola pertenece a una de las peñas femeninas más antiguas de la localidad: La mecha. Será una del millar de personas que se reúne en las márgenes del río para pender 64.000 voladores. La celebración es centenaria y se ha convertido en un referente pirotécnico de ámbito nacional. La traca final la pone la descarga. Y, como dicen en Cangas, que nunca se te ocurra decir ‘cohete’.
‘Destinos donde perderse’, este miércoles, en Comando al sol.