Los pequeños Talibés
- En Portada muestra la realidad de los miles de niños que viven en las daaras de Senegal
- Muchos son explotados por sus maestros coránicos, que les empujan a la mendicidad
- Lunes 2 de julio, a las 23:30, en La 2 de TVE
No ha sido un rodaje fácil, es más fue muy duro desde el punto de vista humano, siempre lo es cuando se trata de niños que sufren, que son explotados y maltratados, cuando ves que les han robado o les están robando la infancia. Pero era necesario hacer de tripas corazón, esconder en el silencio las ganas de llorar, la rabia y la indignación, para denunciar la situación que viven estos “pequeños talibés”.
Se conoce como talibés a los niños de las daaras, escuelas coránicas tradicionales. En muchas de ellas, son obligados por sus morabitos, maestros coránicos, a mendigar por las calles de las ciudades de Senegal, país de mayoría musulmana. Son víctimas de la explotación infantil y muchos son golpeados, atados e incluso encadenados, si no traen al morabito la cantidad estipulada o no memorizan adecuadamente el Corán. Los que no pueden aguantar la situación se escapan de la daara y se convierten en niños de la calle.
Es un tema muy sensible, por tratarse de menores, pero también por las dificultades que entraña poder tener acceso a alguna daara o incluso hablar con algún morabito, ya que quienes practican esta explotación infantil ven toda crítica o denuncia como un ataque al islam.
Además, no existe una normativa sobre las daaras y éstas surgen sin control por doquier en lugares que no reúnen las mínimas condiciones de habitabilidad ni de salubridad. Tradicionalmente, estas daaras estaban sobre todo en las zonas rurales, los padres entregaban a sus hijos al morabito para que recibieran una educación en el islam o sencillamente para que los mantuviesen porque ellos no podían. A partir de los 90, la sequía y la crisis provocaron que esas escuelas se trasladasen a las ciudades y morabitos sin escrúpulos empezaron a enviar a los talibés durante horas a mendigar por las calles.
En estas daaras las condiciones en las que viven los niños son terribles. Nuestro equipo pudo visitar una de ellas junto con Djibril Bokoum y sus jóvenes voluntarios de EAT, Equipo Ayudamos a los talibés, que se dedican dentro de sus posibilidades a acondicionar y sanear algunas daaras. En esa daara, el morabito andaba entre los niños con un látigo y no negó que les pegaba, si lo consideraba necesario. La verdad es que resulta difícil de entender que no esté en la cárcel por los malos tratos a los que somete a los pequeños.
En otra de las daaras que visitamos, el morabito, todo un cínico, negó que enviase a los niños a mendigar, aunque sus declaraciones indicaban lo contrario, y reconocía sin ambages que “si vemos que el niño tiene memoria y que podemos ayudarle a mejorar pegándole, le pegamos”.
Los antiguos talibés con los que pudimos hablar nos confirmaron los malos tratos y/o la explotación a la que fueron sometidos. Modou, hoy acróbata, incluso nos enseñó las marcas que, catorce años después, todavía le recuerdan aquel infierno. Ibrahima estudia para llegar a la universidad. Cheikh se forma como carpintero. Y Dan Gueye, aunque sobrevive como puede con trabajillos, no pierde la esperanza.
Dentro de la tristeza y desolación que te invaden cuando conoces de cerca a los pequeños talibés y los ves mendigando por las calles, produce algo de consuelo y esperanza el trabajo que realizan las ONGs como Village Pilote, Empire des Enfants o Solidarité pour les Enfants des Rues. Estuvimos rodando y viendo lo complicado que, a veces, resulta trabajar con los niños arrebatados a la calle, porque, como nos contaban, algunos han estado cinco o diez años en la calle y les cuesta estabilizarlos y que recuperen el hábito de vivir en comunidad. Todos llegan traumatizados. En cualquier caso, se intenta que retornen a sus hogares pero, a veces, es imposible. .
La sociedad y el gobierno senegaleses son conscientes de la explotación de estos niños pero hay falta de voluntad política y se necesita un compromiso más firme de los líderes religiosos para luchar contra esta práctica. La mendicidad infantil está prohibida pero los pequeños talibés mendigos siguen a la vista de todos.
Con expertos en la materia, como el sociólogo Mamadou Wane o Mody G. Ndiaye, de la Célula Nacional de la Lucha contra la Trata de Personas o Niokhobaye Diouf, Director de Protección de la Infancia, hablamos también sobre el hecho de que una parte de los niños viene de otros países de la región con lo que se da el delito de trata de seres humanos y la vulnerabilidad de estos pequeños los convierte también en presa fácil de grupos violentos, incluso de grupos terroristas yihadistas.
Es muy duro comprobar que una gran parte de la sociedad mira, en el fondo, hacia otro lado, aunque todos los días cuando salen de sus casas, los ven, no están escondidos, están con sus latas o botes de plástico, con sus ropas desgastadas, sucios, muchos con heridas y con los pies destrozadas, con las marcas de una infancia perdida en sus pequeños cuerpos. Las campañas de sensibilización van en aumento pero falta todavía un definitivo basta ya para acabar con este tipo de explotación infantil y no permitir que los morabitos de estas falsas escuelas coránicas se escuden en la religión, en el islam, para su vergonzoso, inadmisible y punible negocio.
Guión y Realización: Pilar Requena
Imagen y Sonido: Jesualdo G. Box e Ignacio Cañizares
Montaje: Rafael Pinar
Producción: Ana Pastor
Ambientación Musical: José Luis Ayuso
Sonorización: Isabel Arribas