Tecnología tóxica
- ¿Qué ocurre exactamente con nuestro ordenador roto, a dónde van a parar nuestros desechos electrónicos?
- África se ha convertido en el vertedero de Europa y América
- ¿Tienen las radiaciones de la telefonía un impacto sobre nuestra salud?
- ¿Cuáles son las consecuencias sociales y ambientales de nuestra vida electrónica?
- Emitimos los documentales "Vida electrónica" y "Siempre conectados"
- La noche temática, en la madrugada del sábado 10 al domingo 11 de marzo, en La 2
Los ordenadores, los teléfonos móviles, los televisores y los electrodomésticos se han convertido en una parte de nuestra vida cotidiana y revolucionan la forma en que nos comunicamos y vemos el mundo. Pero, qué ocurre exactamente con nuestro ordenador roto, a dónde van a parar nuestros desechos electrónicos. África se ha convertido en el vertedero de Europa y América.
En un mundo conectado, donde el teléfono móvil es la estrella. ¿Tienen las radiaciones de la telefonía un impacto sobre nuestra salud?
Esta Noche Temática nos acerca a las consecuencias sociales y ambientales de nuestra vida electrónica.
VIDA ELECTRÓNICA
La Noche Temática inicia su emisión con el documental “Vida electrónica”, una producción de Reino Unido de 2017, de 52 minutos de duración, dirigida por Ed Scott-Clarke y producida por BGI / Norris Highway.
“El vertedero de Agbogblosie, en Acra, la capital de Ghana, se ha convertido en uno de los lugares más tóxicos del planeta. “
El vertedero de Agbogblosie, en Acra, la capital de Ghana, se ha convertido en uno de los lugares más tóxicos del planeta. Aquí trabajan hombres, mujeres y niños para desmantelar nuestros residuos electrónicos. Un proceso tóxico y dañino tanto para la gente como para el medio ambiente.
Ghana importa grandes cantidades de productos electrónicos de segunda mano. Alrededor del setenta por ciento de todas las importaciones de aparatos electrónicos y eléctricos es de segunda mano. De ese setenta por ciento, casi el veinte por ciento es basura electrónica, y eso es lo que acaba en vertederos como el de Agbogbloshie, donde se les somete a distintos procesos peligrosos para rescatar los metales preciosos.
Karim es un joven que trabaja quemando y desmontando aparatos en este vertedero, nos cuenta cómo funciona este proceso: “Los aparatos provienen de las ciudades. Nos llegan de las empresas, las casas y las tiendas de ordenadores. Cuando los traen de Europa, seleccionan los que están en mejor estado y los venden. Los que no están en buen estado nos los dan por partes. Cuando los traen aquí los desmontamos y sacamos el cobre, el aluminio y los cables. El resto lo quemamos. Lo peor de todo es el humo. Cuando lo respiras, luego te sientes siempre mal. No puedes dormir y te entra fiebre. Cuando aspiras estos humos te duele el pecho, y cuando escupes sale una sustancia negra”.
“A este vertedero llegan las tecnologías obsoletas y sus materiales tóxicos desde Occidente. “
A este vertedero llegan las tecnologías obsoletas y sus materiales tóxicos desde Occidente. Conforme se va acelerando el ritmo de producción y deterioro de los aparatos electrónicos, años tras año, van surgiendo por todo el mundo más vertederos. Pero, ¿cómo de sostenible es este crecimiento? ¿Son infinitos los recursos que se emplean en estos aparatos? ¿Cuál es la vida media de nuestros aparatos electrónicos? ¿Cuáles son los procesos de reciclaje? ¿Cuánto tiempo podemos continuar fabricando sin tener en cuenta el final de la vida de un producto?
Los gobiernos de los países desarrollados deben responsabilizarse y encontrar una solución a la gestión de su basura electrónica, no pueden dejar que sus residuos acaben de forma irresponsable en África.
Desde Estados Unidos hasta el Reino Unido, desde Acra hasta Amsterdam, este documental investiga las consecuencias sociales y ambientales de nuestros desechos electrónicos.
SIEMPRE CONECTADOS
La Noche Temática continúa su emisión con el documental “Siempre conectados”, una producción suiza de 2017, de 52 minutos de duración, dirigida por Clémentine Bugnon y producida por RTS.
“Conseguir el último modelo de los nuevos dispositivos conectados se ha convertido en una prioridad e incluso en un estilo de vida para muchas personas. “
Conseguir el último modelo de los nuevos dispositivos conectados se ha convertido en una prioridad e incluso en un estilo de vida para muchas personas. Teléfonos móviles, ordenadores, tablets y entre ellos uno que marca claramente tendencia, el reloj conectado, que nos permite recibir emails, ver nuestras fotografías y también nos da la hora. Calificados como dispositivos inteligentes, estos aparatos se comunican entre sí a través de antenas, en una nube electromagnética que emite radiaciones de forma constante.
“¿Estamos poniendo en riesgo nuestra salud al exponernos constantemente a la radiación electromagnética de las antenas emisoras, teléfonos inteligentes, wifi y otros objetos conectados?“
Pero detrás del entusiasmo generalizado por esta tecnología, el debate médico y científico ha encendido las alarmas. ¿Estamos poniendo en riesgo nuestra salud al exponernos constantemente a la radiación electromagnética de las antenas emisoras, teléfonos inteligentes, wifi y otros objetos conectados? Médicos y científicos están preocupados porque las personas con Síndrome de Hipersensibilidad Electromagnética (EHS) están aumentando.
“Alain fue diagnosticado como electro-hipersensible, es decir, intolerante a la radiación electromagnética y debe protegerse de forma integral. “
Alain fue diagnosticado como electro-hipersensible, es decir, intolerante a la radiación electromagnética y debe protegerse de forma integral. El proyecto de instalación de una antena a treinta metros de su casa es su mayor preocupación: “Desde dos mil dieciséis soy electro-hipersensible. Durante el día, debo vestir ropa tejida con hilos de plata para protegerme. Por la noche, debo dormir en una jaula de Faraday, con un toldo de alambre de plata. Si colocaran una antena así, en mi casa el campo electromagnético sería todavía más elevado, y a una distancia tan corta, yo sería literalmente irradiado con peligro de muerte”.
Vincent Ruchet trabajaba como técnico para las grandes operadoras de telefonía móvil; tenía entre diez y quince aparatos que irradiaban a su alrededor. Después de ocho años de exposición directa, se volvió electro-hipersensible, es decir, intolerante a la radiación electromagnética. Vincent se vió obligado a cambiar radicalmente de vida, dejó su profesión de ingeniero y ahora trabaja de agricultor. Aislado, a tres kilómetros de distancia de la antena emisora más próxima, ha encontrado una solución a su problema. Aunque hoy en día es casi imposible sustraerse totalmente de la radiación.
Cuando los casos de electro-hipersensibilidad se presentan ante la justicia, los derechos de las víctimas se reconocen cada vez más, como en Italia y Francia. Aún así, ¿cómo es que los representantes de las industrias digitales establecen los estándares del poder de las antenas repetidoras? ¿Cuáles son los riesgos para los niños? ¿Cómo lidiar con este problema en clara contradicción con la explosión de las necesidades digitales?