Espacios artísticos alternativos del Madrid de los primeros 90
Emisión 9 de mayo de 2018 · La 2
Guión. Eusebio Morín
Espacios artísticos alternativos del Madrid de los primeros 90 es el tercero de los programas que Metrópolis dedica a recuperar capítulos fundamentales de la historia del arte madrileño desde finales de los años 70 hasta principios de los 90.
El programa se inicia en la exposición La cara oculta de la luna. Arte alternativo en el Madrid de los 90. La muestra, que se pudo ver recientemente en CentroCentro, tiene su origen en una investigación llevada a cabo por el artista y comisario Tomás Ruiz-Rivas sobre su generación a lo largo de la cual reunió documentación sobre una treintena de proyectos artísticos autogestionados.
Ante la falta de interlocutores institucionales se empezó a crear un red alternativa de espacios gestionados por los propios artistas con un modelo de trabajo no comercial, centrado en los elementos sociales y la experimentación y adoptando los nuevos lenguajes y comportamientos artísticos: la instalación, las performances, los trabajos site especific, la evolución del videoarte, los nuevos ámbitos de acción artística y los balbuceos de la tecnología en red.
De la mano de Juan Ugalde, Nieves Correa y el propio Tomás Ruiz-Rivas, Metrópolis profundiza en cuatro de las iniciativas más tempranas de aquella escena efervescente: Estrujenbank, Válgamedios, El Ojo Atómico y los Festivales de Performances FIARP.
Sala de Exposiciones Estrujenbank (1990 - 1992)
El momento seminal fue la apertura de la Sala de Exposiciones Estrujenbank en 1990, llevada a cabo por el colectivo del mismo nombre, donde se empezó a exhibir principalmente el trabajo de la generación más joven. El grupo Estrujenbank surgió en Nueva York hacia 1987 con Juan Ugalde, Dionisio Cañas y Patricia Gadea a los que en el 89, al volver a Madrid, se unió Mariano Lozano. Una vez aquí, en mayo del 90, decidieron abrir su estudio los fines de semana como Sala de Exposiciones con el mismo nombre del grupo. Juan Ugalde, artista y gestor cultural alternativo, nos relata el devenir de la Sala del madrileño Paseo de las Delicias, que enseguida se convirtió en un punto de encuentro y trabajo colaborativo de colectivos artísticos como Agustín Parejo School, Preiswert y los propios Estrujenbank con otros de una generación más joven como E.M.P.R.E.S.A. o Libres para Siempre.
Todas las exposiciones fueron colectivas y comisariadas por artistas o grupos artísticos que tenían absoluta carta blanca. Algunos de sus títulos fueron Callos de la casa, La nada de la política, La política de la nada, PSOE, Animales políticos, El fin de las razas felices o ¿Qué hago yo aquí?¿Dónde está mi ropa? Acababa de caer el Muro de Berlín y se acercaban los grandes eventos del 92 (la Expo de Sevilla, las Olimpiadas de Barcelona y Madrid Capital Cultural de Europa) lo que contribuyó a que pusieran el punto de mira en la realidad local más cercana frente a la que presentaban los medios: la de los grandes fastos, elegante, virtual y de diseño. Esta conexión crítica con la realidad dio como resultado un arte político que se adelantó casi una década al que posteriormente surgiría en otros lugares de Europa. El programa exhibe el video Distinguido y elegante: el arte que usted buscaba, creado por Estrujenbank para nuestro programa sobre Arte Corporativo en 1990.
Tras casi 2 años, habiendo editado una revista y otras publicaciones y organizado algunas exposiciones fuera de su propia sede, con sus miembros agotados por el trabajo y con problemas internos y económicos, la Sala “murió de éxito” y cerró en febrero de 1992. Según comenta Juan Ugalde, enviaron una circular en la que manifestaban que “nos vamos de vacaciones indefinidas” mientras despegaba Madrid Capital Cultural. Ese fue el final de la Sala; el grupo siguió funcionando unos años más.
Galería Válgamedios (1990 - 1991) y El Ojo Atómico (1993 - 1994)
A partir de aquí hay una sucesión de proyectos. El siguiente, que abrió en noviembre de 1990, fue la galería Válgamedios, ubicada en un semisótano vacío de la calle del mismo nombre del barrio de Chueca, que los dueños cedieron por una renta muy baja. Tomás Ruiz-Rivas -comisario, artista, cofundador de este espacio, posteriormente de El Ojo Atómico y actualmente codirector de Antimuseo- considera que “lo importante de Válgamedios fue que conectó a un numeroso grupo de gente, algunos ya habituales de la Sala Estrujenbank y que ese sentido de comunidad ya estaba presente en su inauguración donde cada artista o grupo llegaba con su obra y la iba instalando donde le apetecía”. El programa emite un fragmento del video Lo Más de Eusebio Morin grabado como parte del happening de la inauguración, en el que aparecen varios de sus integrantes. En sus escasos meses de actividad Válgamedios albergó varias exposiciones de arte alternativo y convocó el primer Festival de Performances, pero al requerir los dueños la devolución del local, hubo de buscarse un local alternativo.
En 1993, meses después de cerrar la galería Válgamedios, al grupo de artistas que la llevaban se le ofreció la posibilidad de disponer temporalmente, de forma gratuita, de una inmensa nave industrial en la zona de Prosperidad que se convertiría en El Ojo Atómico. El espacio tenía 500 m2 diáfanos con una bóveda de cañón que llegaba casi a los 7 metros. Este espacio alternativo que se fue autoinventando, se enfocó a la experimentación artística y ya empezó con una base colectiva mucho más amplia. En su equipo nuclear estaban Tomás Ruiz-Rivas, Rafael Burillo, Nieves Correa y Mariano Sierra junto a otros artistas que colaboraban según su disponibilidad. La exposición inaugural Documentos para una historia de la heterodoxia en el arte tuvo un carácter programático y presentaba obras realizadas fuera de los canales artísticos tradicionales participando numerosos artistas y colectivos de diferentes generaciones.
Las siguientes exposiciones fueron, casi en su totalidad, proyectos de una sola pieza: intervenciones efímeras que se construían, duraban el tiempo de la exposición -alrededor de un mes- y desaparecían. A pesar de llevar el espacio en condiciones bastante precarias produjeron una serie de proyectos muy ambiciosos financiados exclusivamente con los ingresos de un bar que instalaban en las inauguraciones, que eran masivas. En el Madrid de estos años era una novedad el trabajo a esa escala gigantesca, así como sus condiciones de arte efímero y site especific. El programa contiene un fragmento del video Pasillo del Ojo sobre la instalación del mismo nombre realizada por Fernando Baena. También se detiene en la exposición Sánchez Pacheco, 67, que albergaba 3 enormes piezas de Manuel Ludeña, Santiago Sierra y Almut Linde realizadas específicamente para el lugar con la colaboración de empresas de obras públicas. Esta exposición, formalmente radical, contenía una rotunda crítica política de la economía basada en el desarrollismo, la especulación del suelo y la construcción. Tuvo un impacto extraordinario.
Cuando decidieron cerrar en junio de 1994 porque los dueños querían disponer del local y el equipo estaba agotado, convocaron una fiesta y la gente abarrotó el espacio y las aceras cercanas. El Ojo Atómico se había convertido en el aglutinador de las energías artísticas alternativas de Madrid y en su centro de referencia. En palabras de Tomás Ruiz-Rivas “fue un momento impresionante y también doloroso porque no habíamos conseguido establecer ningún tipo de diálogo con las instituciones”. Hubo un cambio en el equipo e iniciaron una etapa itinerante hasta que parte del mismo decidió irse a México abriendo un canal de comunicación artística entre México y España.
Los Festivales de Performances FIARPs (1991-1993)
Nieves Correa, artista y co-fundadora de los Festivales de Performances, nos da cuenta del proceso de gestación y realización de esta iniciativa anual que tuvo tres ediciones. En su opinión, el panorama artístico del momento “estaba dominado por la pintura y por el objeto y nosotros estábamos haciendo otro tipo de comportamientos artísticos muy diferentes, ya fueran experimentación con video, experimentación sonora, performances…” Para dar visibilidad a estos comportamientos gestó y organizó en la galería Válgamedios junto a Tomás Ruiz-Rivas el Festival de Performances, pero el cierre de la galería les obligó a buscar una nueva sede. Pedro Garhel les ofreció el Espacio P, su asesoramiento y apoyo tecnológico y participó como invitado junto a Isidoro Valcárcel Medina apadrinando ambos al elenco de jóvenes artistas madrileños. De éste último el programa presenta un fragmento de su acción Omisión.
La segunda edición se denominó Festival de Arte Raro y Performances para dejar claro que el festival no se ceñía exclusivamente a la performance, sino que abarcaba otros comportamientos artísticos que escapaban a cualquier definición. Tuvo lugar en el Centro Social Ocupado Minuesa, en la Ronda de Toledo, y fue de ámbito nacional. Hubo performances como Teoría de la Ociosidad de Nel Amaro junto a intervenciones sonoras como Equilibrio sonoro en un mundo transitorio de Pedro Bericat de las que pueden verse sendos fragmentos en el programa.
El Tercer Festival Internacional de Arte Raro y Performances se organizó en El Ojo Atómico y reunió a numerosos artistas españoles y de otros países europeos. Consiguió un éxito arrollador de público y tuvo que pararse la programación porque no cabía la gente. El programa incluye dos fragmentos de las acciones Las cuchillas de Nieves Correa y Newak de Ewa Lyberten.
Al terminar el festival el equipo organizador consideró que el modelo tenía que cambiar para pasar de una convocatoria abierta a otra más encauzada, con una selección de artistas en función de determinados criterios. Con la experiencia de los tres Festivales de Performances, Nieves Correa ideó y dirige desde 2003 Acción!MAD que este año celebra su 15ª edición.