18 años y 1 día
- Al cumplir 18 años, los jóvenes tutelados tienen que abandonar los centros de menores
- Los extranjeros, sin red familiar que les apoye, se convierten en personas sin hogar
- El miércoles 22 de abril en La 2
Detrás del término MENA, menor extranjero no acompañado, hay miles de niños de carne y hueso, sobre todo magrebíes y subsaharianos, que se juegan la vida para llegar a España en patera o escondidos en los bajos de un camión.
Viven en los centros de menores hasta la mayoría de edad, pero ese día, el de su 18 cumpleaños, el sistema de protección les dice adiós y salen, en muchas ocasiones, sin tener siquiera donde ir a dormir. En la calle, y a falta de una red familiar que les acoja, pasan a formar parte del colectivo de personas sin hogar.
La situación es aún más grave cuando abandonan los centros sin que la administración haya cumplido con su obligación legal de tramitarles el permiso de residencia. A partir de ese momento están en situación irregular convertidos, de la noche a la mañana, en candidatos a recibir una orden de expulsión.
Nada es fácil para ellos. En la mayor parte de los casos su permiso temporal para quedarse a vivir entre nosotros no les autoriza a trabajar. Y hay chicos que, perdidos en este laberinto, escogen el camino equivocado de las drogas y la delincuencia. El sistema de protección de menores en las distintas comunidades autónomas tiene programas para estos jóvenes extutelados, pero son muchos más los candidatos que los recursos.
A Málaga llegan muchos de ellos procedentes de Ceuta y Melilla y de distintos puntos de Andalucía, porque saben que en la ciudad existe un dispositivo para personas sin hogar del que forman parte el Ayuntamiento y diez entidades sociales. Se llama Puerta Única y tiene un protocolo específico para extutelados que les proporciona, además de techo y comida, un itinerario formativo para que puedan escapar de la exclusión y desarrollar un proyecto de vida autónomo.