Controlar la ansiedad
- La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo a situaciones de estrés
- Pero si dejamos que nos domine se puede convertir en un verdadero infierno
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Todos hemos sufrido y sufriremos ansiedad en determinados momentos de nuestra vida. Antes de una entrevista de trabajo, una primera cita o cuando tenemos que hablar en público, las situaciones que nos estresan provocan esa respuesta en nuestro cuerpo… Muy necesaria en el caso de los peligros reales pero un verdadero infierno cuando permitimos que nos domine. En este artículo vamos a aprender cómo controlar la ansiedad a través de consejos muy sencillos.
La ansiedad positiva y la ansiedad negativa
Como hemos explicado, ante una amenaza real nuestro cuerpo se pone en alerta: el corazón late más rápido, cogemos más aire al respirar y nuestros músculos se contraen. Es nuestro instinto animal puro y duro, preparándonos para poder escapar o enfrentarnos con mayor contundencia a una situación que nos pueda poner en peligro. Es una respuesta natural y en ciertas situaciones, muy positiva. El problema empieza cuando permitimos que se convierta en una “ansiedad negativa”.
Esto sucede cuando nos dejamos llevar por pensamientos que nos producen ansiedad sin que exista un peligro concreto ni real en nuestra vida. Es decir, que todo se encuentra en nuestra imaginación. Nos predisponemos para asumir lo peor o magnificamos problemas que quizá no sean tan graves y esa negatividad nos produce una gran frustración, nerviosismo y en última instancia, ansiedad.
Son todos los pensamientos del tipo “NO”, con el NO por delante, como por ejemplo: no puedo, no llego, no me da la vida… ¿Te suenan de algo? Y el problema es más serio de lo que parece; no controlar esos pensamientos nos puede llegar a provocar las llamadas enfermedades somáticas, o enfermedades invisibles. Son dolencias con síntomas que no pueden ser explicados por una enfermedad médica: están producidos por nuestros pensamientos.
Cómo podemos controlar la ansiedad
Para aprender a controlar la ansiedad es muy importante que primero sepamos identificar sus señales: taquicardias, sudor, dificultad para dormir, problemas digestivos… Racionaliza, ser consciente de cuándo estás atravesando una fase más intensa te puede ayudar a ponerle freno. La mayoría de las veces el problema lo habrás creado en tu cabeza y por lo tanto lo puedes solucionar también en tu cabeza. No magnificar las situaciones a las que te enfrentas, ser práctico, desviar la atención y aprender a interpretar nuestros problemas como desafíos y no como amenazas nos puede ayudar a enfrentarlos con una actitud más positiva.
Y si todo lo demás falla, por supuesto están las técnicas de relajación. Una forma muy sencilla y útil de controlar la ansiedad es mediante la respiración. Prueba a dominar la respiración abdominal o diafragmática, como hemos aprendido a hacer en el vídeo. Tienes que colocar las manos encima del abdomen e inspirar suavemente mientras notas cómo tu tripa se hincha. Después, retén un poco el aire y exhala completamente sintiendo cómo lo soltamos todo, nos “vaciamos” por dentro.
Dedícale un poco de tiempo todos los días, poco a poco se empezará a convertir en parte de tu rutina y te ayudará a mantener a raya el estrés y a controlar la ansiedad.