Jordi Cruz: "Mi madre me dice que en familia no soy el chef, que soy Jordi el pequeño de la casa"
- Jordi Cruz nos muestra su faceta más amable y personal alejada de su rol de jurado de MasterChef
- Nuestro anfitrión decide homenajear a su madre con un menú de lo más especial con la ayuda Carlos Maldonado y de Cayetana Guillén Cuervo
- Revive los mejores momentos de Cena con Mamá en la web oficial del programa
Probablemente sea el cocinero más exigente de la televisión, tiene la voz más seductora de MasterChef. Hablamos de Jordi Cruz, que se dispone a sorprender a su madre con un pequeño homenaje en Cena con mamá: “He intentado toda la vida que se sintiera orgullosa y al final tengo poco tiempo para ella y eso es un pecado. Si le hacemos una cena y se lo pasa bien será maravilloso”.
El cocinero se cita bien temprano con Cayetana Guillén Cuervo en la Boquería de Barcelona para comprar todo lo necesario de ese menú tan especial. Y el chef avisa a los amantes del pescado: “la hora buena para comprar pescado son las doce de la noche”. Dejando a un lado el personaje de MasterChef, conseguimos ver a un Jordi más cercano y personal que mientras, pasea junto a Cayetana entre carnicerías y verdulerías, repasa su pasado y nos ayuda a comprender un poco más como ha llegado al éxito: “en mi casa siempre se ha cocinado mucho, mi abuela era muy buena cocinera y mi madre también, ella me hizo ver que tenía facilidad para cocinar”.
Hoy en día Jordi es dueño del restaurante ABaC con 3 estrellas Michelin y fue el español más joven en conseguir esta distinción: “Con 16 años empecé de camarero y a los 18 ya era jefe de cocina y con 24 logré la primera estrella Michelin”. Asegura aceptar las críticas hechas desde el criterio, pero que las de las redes sociales son otra historia de la que prefiere mantenerse al margen.
En la conversación con Cayetana, como no podía ser de otra manera, habla de todo lo que se ha generado alrededor de MasterChef y de su rol estricto como miembro del jurado: “Me gusta ser profesional y en MasterChef asumo ese rol porque yo no me permito el error”. Asegura que el programa es como estar de vacaciones y confirma la buena relación que mantiene con sus compañeros de equipo Pepe y Samanta: “Pepe y yo nos llevamos tan bien que es como mi hermano mayor, somos competitivos y me encanta ganarle”. Con algo de vergüenza, habla también de la famosa portada de la revista MensHealth en la que salía bien en forma con el torso descubierto: “Me daba pánico esa portada pero me lo plantee como un reto de tres meses para salir lo mejor posible”.
Una vez en su casa y con unas espectaculares vistas de la ciudad Condal, Jordi y Cayetana se sientan en el sofá, y en una conversación más distendida, el cocinero deja entrever su faceta más íntima al hablar de su numerosa familia: “Recuerdo mi infancia muy feliz, éramos muchos en casa y el que no la liaba un día la liaba el otro, y mi padre que también era un figura, la liaba parda”. Admite con una sonrisa pícara que en las reuniones familiares no le tratan como chef, sino como “Jordi el pequeño de la casa”.
Aunque haya llegado lejos en el mundo de la gastronomía, cuando Cayetana le pregunta si le quedan retos pendientes, el pequeño de los Cruz se muestra ambicioso y lo tiene claro: “Tengo pendiente la cuarta estrella Michelin y me queda por hacer alguna receta que perdure en el tiempo”.
Llega la hora de ponerse los delantales para preparar el menú del chef. De primero un rodaballo asado con pieles glaseadas y jugo de espinas ahumado que seguirá con unas costillas de lechal con albaricoque pasificado y cuajada de pistilos. Finalmente, para el postre se decantan por un singular bizcocho de chocolate con helado de maderas fusionadas que preparan en el momento sobre la mesa. Además, cuentan con la ayuda de su antiguo pupilo, Carlos Maldonado, ganador de MasterChef3, con el que pasarán un rato muy divertido en la cocina.
La hermana mayor de los Cruz es la cómplice de Jordi y Cayetana para conseguir traer a su madre Roser sin que sospeche lo más mínimo de esta cena - homenaje. Al llegar, se queda sin palabras cuando se da cuenta de que se trata de Cena con Mamá.
Una vez sentados y disfrutando de la cena, Roser habla con cariño de su hijo: “Cuando veo estos paltos, me llama la atención hasta donde ha llegado porque lo ha hecho solo”. Y más allá de los platos, Jordi tiene preparado para su madre un regalo muy personal, el viaje que siempre quiso hacer a Egipto. Y para redondear la cena, llega el momento de la carta, “la empecé 15 o 20 veces” reconoce Jordi, y en ella le agradece todo el trabajo, cariño y sentimiento que siempre ha mostrado su madre por la familia Cruz.