Los vehículos de movilidad personal, este sábado en 'Informe semanal'

• El programa también abordará la situación actual de los residentes en Sidi Ifni (Marruecos) y el problema de las macrogranjas
• Sábado 3 de agosto a las 21:30 en La 1

‘Informe semanal’ analiza este sábado la situación de los llamados vehículos de movilidad personal (VMP), como los patinetes, las bicicletas o las tablas eléctricas. Acompañamos a un grupo de españoles que ha vuelto al lugar donde nacieron: Sidi Ifni. Un territorio africano que hace ahora medio siglo dejó de ser la provincia número 51 de nuestro país y el programa analiza además la revuelta de varios pueblos contras las macrogranjas porcinas por su impacto medioambiental.

‘Pista libre’

Estos se han convertido en una alternativa al transporte urbano tradicional sin una normativa clara que lo regule. La ley lo deja prácticamente todo en manos de los ayuntamientos, o no hay una única edad mínima y la velocidad máxima también varía. Y aunque en manos imprudentes son peligrosos, no hace falta ningún permiso para conducirlos ni tampoco un seguro para cubrir posibles accidentes. El programa hablará con usuarios, empresas, responsables municipales y expertos en tráfico sobre estas nuevas formas de transporte.

‘De cuando Sidi Ifni era España’

Sidi Ifni es un territorio marroquí que hace ahora 50 años dejó de ser España. Durante tres décadas, esta franja de 1.500 kilómetros cuadrados en la costa africana, frente a Canarias, fue la provincia número 51. En 1969, después de una guerra silenciada que dejó entre 200 y 300 muertos, el gobierno de Franco se la entregó a Marruecos.

El programa ha acompañado a españoles que medio siglo después regresan a su ciudad natal. Pero el Sidi Ifni actual no ha prosperado todo lo que esperaba. El paro es muy elevado, no hay fábricas y ni la pesca ni el turismo aportan lo suficiente. El tiempo está borrando la huella colonial y los jóvenes solo aprenden el castellano por si un día tienen que emigrar.

‘Macrogranjas en el punto de mira’

Villalba de la Sierra, en Cuenca, es el último pueblo en rebelarse contra la gran industria porcina. Un proyecto de macrogranja de cerdos con 2.600 madres reproductoras ha puesto en pie de guerra a la población. Los críticos temen que los olores arruinen el modelo de turismo rural que han desarrollado en los últimos años con apoyo de fondos europeos.

También denuncian la amenaza de los purines, los orines y excrementos sin tratar que acaban filtrándose al subsuelo. En Cataluña, donde primero se implantaron este tipo de explotaciones, el 40% de los acuíferos están contaminados. ‘Informe Semanal’ aborda el debate sobre el control de las macrogranjas y sus efectos para la salud pública con entrevistas a empresarios, plataformas de afectados, ecologistas y expertos medioambientales.

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