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La mañana

Eulalia Corralero, portavoz de las 'Kellys': "Pagamos un precio muy alto por denunciar"

  • Unas 2000 limpiadoras y camareras de hotel en Ibiza han parado este domingo para exigir mejoras laborales
  • El 80% de las "kellys" se encuentran en tratamiento por ansiedad o depresión
  • Han recibido presiones de los empresarios hosteleros y temen que no se renueven sus contratos

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La mañana - Impresiones de la potavoz de la huelga de 'Kellys' en Ibiza

Kellys: así se hacen llamar "las que limpian", las camareras de piso empleadas en hoteles que desde 2014 se han unido para pedir mejoras laborales y denunciar su situación. El pasado sábado 24 de agosto comenzaba con este propósito una huelga de dos días en Ibiza que han secundado, asumiendo el riesgo individual, unas 2.000 empleadas.

La mañana ha conectado en directo con Eulalia Corralero, fundadora y portavoz del movimiento, para conocer sus impresiones sobre las movilizaciones de este fin de semana.

Ir a huelga es peligroso para las 'kellys'

"Estamos muy satisfechas, cómo no", dice Eulalia. Es el tercer año consecutivo que Las Kellys convocan manifestaciones en los puntos más turísticos del país, aunque este año las movilizaciones tienen una particularidad, según su fundadora: "Las compañeras de Ibiza y Formentera han tenido el valor de ir a la huelga".

Y es que las 'kellys' son un colectivo vulnerable: además de recibir amenazas y presiones de hosteleros para no hacer este paro en pleno agosto, las que sí lo han hecho corren el riesgo de perder su trabajo. "Tienen contratos temporales que a muchas no les renuevan por ir a la huelga, y el gasto de echarlas es prácticamente nulo", ha explicado Eulalia. Por eso 2.000 asistentes a huelga son muy buena noticia y, en su opinión, es tan necesario legislar a su favor: "No puede ser que por el hecho de denunciar nos quedemos sin trabajo".

Condiciones de trabajo muy precarias y estresantes

El estrés laboral es uno de los mayores problemas de las kellys, algo que en agosto se incrementa: "Una puede hacer 24 o 25 habitaciones en un día, esto si ninguna coge baja", explica Eulalia. "En agosto es más difícil encontrar mujeres para trabajar, y a veces tenemos que hacer 30 habitaciones, además de las zonas comunes".

Dolores de cabeza o corporales son algunas de las consecuencias de este estrés, que también se manifiesta en secuelas psicológicas: "Casi el 80% de las camareras de piso se medican", dice Eulalia, que ha vivido en sus carnes la experiencia de la ansiedad y la depresión desencadenadas por el trabajo y los problemas de conciliación. La mayoría son mujeres con hijos y la carga de sus propias tareas del hogar, que se suma a la sobrecarga laboral

"Estamos pagando un precio muy alto", ha explicado la portavoz. Pero sus salarios no lo son: con sueldos que apenas llegan a los 1000 euros, las 'kellys' reciben sólo reciben entre un euro y medio y dos euros por habitación.

Legislación que las proteja de los "malos empresarios"

Eulalia hace mucho énfasis en que no todos los empresarios están acogiendo mal las demandas de Las Kellys. "Hay muy buenos empresarios que están colaborando con nosotras, por ejemplo aquí en Barcelona", donde se han adherido a un proyecto destinado a mejorar sus condiciones. En su opinión, estos empresarios entienden que sus reivindicaciones no son malas para ellos, sino todo lo contrario: con las empleadas protegidas en el trabajo, los hoteles gozarán de "camareras de cama profesionales, algo que es bueno para todo el mundo", explica.

Estas movilizaciones y algunas victorias legislativas, como las logradas por la jueza Gloria Poyatos, han supuesto algunas mejoras para las Kellys. En la pasada legislatura le hicieron llegar sus reivindicaciones a Mariano Rajoy, y ahora se reconocen sus enfermedades laborales. Pero, para la fundadora del movimiento, "Aún queda mucho camino por recorrer".

Involuntariamente en paro

Eulalia trabajó en un hotel durante 30 años, pero cuando este se hundió todos perdieron su trabajo. Ahora se encuentra físicamente bien, pero cree que su labor como fundadora de Las Kellys y portavoz de sus demandas le está pasando factura, y no ha conseguido reubicarse: "pese a que aún me queda vida laboral, están un poco reticentes a contratarme".