Rafa Nadal: campeón, humano y solidario
- Conocemos el perfil más humano y solidario del tenista
- Así son sus manías antes, durante y después de los partidos
- Ha sabido gestionar una gran fortuna rodeándose de su familia
Desde que ganara su primer trofeo con tan solo 8 años hasta convertirse en uno de los mejores tenistas de la historia, Rafa siempre ha estado acompañado de su familia. El gran éxito de Nadal no ha estado solo en las pistas, también fuera de ellas. Siempre ha dejado ver su lado más humano y solidario, e incluso llegó a crear una Fundación con su nombre.
El perfil humano de Rafa Nadal
Rafa Nadal nunca pensó que llegaría a ser uno de los mejores tenistas de la historia. Compaginó el fútbol, el tenis y los estudios hasta que se decidió por la raqueta a los 16 años. A pesar de no ser mal estudiante, dejó los libros en cuarto de la ESO, y su espinita clavada siempre será no poder estudiar una carrera.
Fue ascendiendo meteóricamente en el ranking de la ATP y viajando por todo el mundo, aunque siempre con el ancla echada en Manacor y su familia. Siempre han sido sus refugios preferidos. Ha estado muy unidos a ellos, y para él, gracias a su familia está donde está, especialmente gracias a su tío Toni: “Sin él no hubiese sido tenista ni estar donde estoy”.
En enero de 2010 sus padres se separaron temporalmente, y Rafa empezó a encadenar derrotas y lesiones. Fue su época más difícil como tenista, e incluso pensó en tirar la toalla y dedicarse a otra de sus pasiones: el golf. Afortunadamente, para él y para todos, no lo hizo.
El Rafa más solidario
Parece una misión casi imposible encontrar a alguien que hable mal de Rafa como persona. Rafa es cercano, accesible y, sobre todo, humilde, con la ilusión y el trabajo por bandera.
En el año 2008 creó la Fundación Rafa Nadal, cuya presidenta es su madre Ana María Parera. La misión de la fundación es ayuda a través del deporte y la educación a niños y jóvenes en riegos de exclusión social.
El año pasado hubo unas imágenes de Rafa Nadal que dieron la vuelta al mundo. Fue cuando el tenista arrimó el hombro achicando agua en San Llorenç en medio de la riada que arrasó viviendas e infraestructuras y se cobró la vida de 13 personas. Destinó un millón de euros para los damnificados por las inundaciones.
Campeón y maniático
Ser número 1 supone una dedicación exclusiva: concentración, entrenamientos y, además, si eres Rafa Nadal, ejecutar a la perfección todo un ritual de la buena suerte. En cada uno de los partidos no falla. Cuando a Rafa se le pregunta por ello, siempre se lo toma con humor. Hay quien lo llama manías, otros tics, pero ¡benditos gestos si funcionan!
En la cancha es capaz de quitarse el sudor de la nariz 121 veces a lo largo de un partido. Se puede colocar el pantalón en 65 ocasiones y dedica casi un centenar de instantes a sacudir tierra de las zapatillas a golpe de raqueta. Antes de sacar pide la toalla y tras pelotas: las mira, las testa y devuelve una. Limpia la línea de fondo, bota la pelota, se asegura que tiene el calzoncillo en su sitio, se pinza la camiseta en el hombro izquierdo, luego el derecho. Nariz, oreja, nariz, oreja, y la máquina se pone en acción.
Sus supersticiones son dignas de estudio. Todas destinadas a focalizar la atención en un único objetivo: ganar. Pero no solo las tiene en los preparativos y durante la competición, también al ganar los partidos. Nunca se marcha sin dejar su huella en la cámara a modo de firma.
Y al alzarse con el título, sus victorias se cuentan a la par que los mordiscos que da a los premios. Desde su primera victoria en Montecarlo en 2005 muerde los trofeos en vez de besarlos. Con 19 Grand Slam en su poder, está a uno de igualar el récord de Federer, y el próximo 4 de noviembre ostentará por séptima vez el liderazgo del ranking de la ATP. Precisamente es su rival, Novak Djokovic, es quien le cede el testigo, el mismo que hace nueve años le imitaba con simpatía al perder ante él la final del Masters 1000 de Roma.
La fortuna de Rafa Nadal
Rafa Nadal es imparable dentro de las pistas, pero fuera de ellas, sus éxitos sobrepasan el sueño de cualquiera. La marca Nadal es su negocio más rentable. Es todo un héroe nacional con unos valores, un estilo de vida, una constancia y una capacidad de superación que forman un tándem irresistible para las firmas. Su imagen se traduce en millones.
Nadal es uno de los deportistas mejor pagados del mundo. Desde junio de 2018 al mismo mes del año siguiente ganó 31 millones de euros. Ocho de ellos por sus logros en las pistas de tenis y los 23 restantes por publicidad. Si a esto le sumamos las cantidades que añaden el resto de sus innumerables negocios, no hay duda de que Rafa Nadal tiene la jubilación más que asegurada.
En sus inversiones del mundo de la restauración de lujo, del brazo de su amigo Abel Matutes, ha abierto restaurantes de moda en Madrid, Ibiza y Miami. Sus socios son Enrique Iglesias y Paul Gasol entre otros.
Un legado multimillonario que protege a través de su fundación, dedicada a reforzar la integración y el desarrollo personal y social de niños y jóvenes en España y en la India. Su Academia, de la que su madre es presidenta y Mery la directora de integración social, es un centro de alto rendimiento donde jóvenes de entre 10 y 18 años aprenden a jugar al tenis con el método Nadal.