Bienal de Lyon 2019
Emisión 11 de noviembre de 2019 · La 2
Là où les eaux se mêlent (Allí donde las aguas se mezclan), es el título de la decimoquinta Bienal de Lyon. Extraído de un poema de Raymond Carver, y en referencia a la particular hidrografía de Lyon, este texto ha inspirado al equipo curatorial del Palais de Tokyo de Paris, para idear la exposición principal como un vasto paisaje con geografía irregular y temporalidad cambiante. Es allí donde se mezclan paisajes biológicos, económicos y cosmogónicos, gracias a los más de 50 artistas que han sido invitados a producir sus piezas para esta edición.
Este año la Bienal presenta muchas novedades dejando atrás un formato quizás demasiado cerrado y poco adaptado a la emergencia del mundo actual. Bajo la nueva dirección artística de Isabelle Bertolotti, y con una idea mucho más abierta y participativa, la exposición principal de la Bienal cambia de ubicación y ocupa por primera vez, los más de 29.000m2 de la antigua fábrica de Fagor, en el emblemático barrio de Gerland, además de los tradicionales espacios del museo de arte contemporáneo y la zona de Presqu’île.
El imponente espacio de Fagor ha marcado en gran medida todo el planteamiento de la exposición. Un espacio dotado de una gran personalidad y protagonismo, en cuyos muros aún se pueden ver los vestigios de una actividad industrial latente.
El equipo curatorial del Palais de Tokyo de Paris (formado por Adélaïde Blanc, Daria de Beauvais, Yoann Gourmel, Matthieu Lelièvre, Vittoria Matarrese, Claire Moulène y Hugo Vitrani) ha ideado la exposición internacional como un vasto ecosistema que se despliega por toda la ciudad. Así encontramos una curiosa mezcla de temporalidades, escalas, planteamientos, formatos y materiales que sirven en su conjunto para dar forma a esta idea de paisaje ecléctico.
Comenzamos el recorrido por este extenso paisaje con la obra de OPEN DOOR (2019), de Stephen Powers (EEUU) un mural en la fachada de la nave principal que remite a la ausencia y a la memoria de la fábrica en diálogo con los problemas migratorios en la actualidad. Entramos así en una especie de antesala en la que aparecen piezas que se acercan a la idea de paisaje atendiendo a las relaciones biológicas entre los seres vivos como LE PETIT JARDIN (2018-2019) de Stéphane Calais (Francia) quien, jugando con las escalas y la mezcla de materiales ha creado una inmensa y colorida estructura flotante a modo de móvil infantil en diálogo con las formas del suelo. Junto a ésta, encontramos la isla de Philippe Quesne (Francia), CRASH PARK CIRCUS (2019), concebida como biotopo, un paisaje autónomo en el que humanos y no humanos colaboran para sobrevivir tras la catástrofe; que convive con ET QUE DEMANDENT-ILS? À Y DEVENIR QUELQUE CHOSE (2019), de Le peuple qui manque (Kantuta Quirós y Aliocha Imhoff, Francia), un gabinete en la sombra formado por filósofos, escritores e historiadores para reestructurar las políticas y poéticas enunciativas. ¿Qué pasaría si, tras una revolución ecológica, se abre el parlamento a los no humanos?
Atravesando el arco DESTINY ORACLE PORTAL (2019), de Shana Moulton (EEUU), como si de un portal a otra dimensión se tratase, nos adentramos en la nave principal, un extenso espacio donde se sitúan algunas piezas que se relacionan directamente con el pasado industrial de la fábrica. RONCIER (2019), de Jean Marie Appriou (Francia) es un inmenso entramado de ramas metálicas. Así, la naturaleza reivindica sus derechos frente al espacio mecánico e industrial. Es a la vez imagen poética del pasado y proyección futura de una zona industrial abandonada. Por su parte, en HORSE POWER (2019) de Nico Vascellari (Italia), mitología y mecánica se entrelazan en un combate de vehículos zoomorfos, centauros mecánicos contemporáneos que adoptan los comportamientos del animal que los representa.
La mitología aparece de nuevo en la pieza de Fernando Palma Rodríguez (México). En la lengua Nahuatl los objetos son considerados humanos. En TETZAHUITL (2019), 52 vestidos infantiles y otros objetos conforman un paisaje animado que reflexiona sobre la ausencia y la perdida. Y junto a ésta, la perfomance ELASTIC BONDING (2019), de Malin Bülow (Suecia), presenta una suerte de esculturas elásticas, naturalezas muertas en tensión que permanecen unidas a la arquitectura industrial a través de un extenso cordón umbilical que las limita y constriñe.
Artistas como Felipe Arturo (Colombia) se interesan en su práctica artística por el estudio y las relaciones que se establecen entre la historia, la economía y la geografía. THOUGHTS OF CAFFEINE (2019), supone un viaje a modo de museo imaginario a través de toda la cadena de producción del café, desde el cultivo de la planta, su producción y su comercialización, hasta su consumo.
Así llegamos hasta JOURNEY TO ASAZI (2019) / IN THE LAND OF THE BLIND THE ONE EYED MAN IS KING? (2019), de Simphiwe Ndzube (Sudáfrica), una procesión carnavalesca donde dos grupos escultóricos se oponen: personas espirituales y sepultureros que se sitúan entre la lucha contra la explotación y el deseo de cambio. Como fondo, GOODS, ACCELERATION, PACKAGE, EXPRESS, CONVENIENCE, BORROW, DIGESTION, REGENERATION, PAPREC GROUP (2019), de Chou Yu-Cheng (Taiwán), un muro de cartones apilados preparados antes de su reciclaje que evidencian los retos actuales de la industria: reducir costes de producción y transformación de la materia prima adoptando la lógica del reciclaje para aumentar beneficios.
Stéphane Thidet (Francia) busca la colisión entre el imaginario colectivo y los fantasmas más íntimos, la sensación de jéjà-vu y la incongruencia de algunas situaciones. Con LE SILENCE D’UNE DUNE (2019) propone un fragmento de paisaje que entrelaza el universo del motocross, con sus códigos y su relación con la naturaleza en la que se manifiesta, con la proyección más fantasmagórica de los territorios vírgenes.
Abandonando la nave principal nos encontramos con el arco de Khalil El Ghrib (Marruecos), el artista más veterano de la Bienal, donde cal viva, seda y cartón se mezclan con vestigios de una antigua cadena de montaje; y SHITSUKAN OF OBJECTS (2019), de Eva L’Hoest (Bélgica), una reflexión sobre nuestra relación con la tecnología a partir de accidentes de imágenes digitales y fallos de algoritmos que componen aquí un paisaje singular donde se mezclan las miradas del hombre y las máquinas.
Muchos de los artistas presentes en la Bienal este año han trabajado con empresas locales y recurrido a prácticas artesanales para generar sus piezas como es el caso de Nicolas Momein (Francia). En BOUILLEUR DE SAVON (2019), una masa de jabon líquido solidificado formando figuras abstractas y sinuosas, ocupa el suelo de la fábrica de Fagor, donde hace años se fabricaran lavadoras. Este jabón, realizado a partir de las plantas del Grand Parc Miribel Jonage (Francia), pone en diálogo la fabricación artesanal y la práctica artística. A su lado, SI TU ME VOIS, JE NE TE VOIS PAS (2019), de Minouk Lim (Corea del Sur), un canal de agua caliente habitado por cuerpos ausentes, que reaviva la memoria colectiva de la historia reciente de Corea del Sur en conexión con la historia de la fábrica Fagor.
SKETCHING THE WEIGHT OF IDLENESS AND GUILTINESS (2019), de Lee Kit (China), explora el espacio existente entre la imagen y su representación, lo personal y lo colectivo, lo privado y lo público buscando hacer perceptibles las emociones ambiguas. Por su parte, Pamela Rosenkranz (Suiza) presenta EVIAN WATERS (2019), una plataforma de LED cubierta por polvo de maquillaje sobre la que cada día se derrama una botella de EVIAN creando un paisaje ficticio de cráteres y arroyos. Una reflexión sobre la eterna juventud y la idea de pureza vendidas por empresas cosméticas y de agua mineral.
En otra de las naves contiguas encontramos piezas que evocan un paisaje mecánico, resultado de la hibridación entre el hombre y la máquina. Mire Lee (Corea del Sur) se inspira en la práctica fetichista del vore para SABOTEURS (2019), donde cuerpos mecánicos recrean movimientos torturados para explorar el acto de devorar como última forma de unión. Mientras Thomas Feuerstein (Austria) plantea una revisión de una figura de la mitología griega para reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza y con otros seres vivos. En PROMETHEUS DELIVERED (2017-2019), ciencia ficción, mitología, utopía y distopía se mezclan para recuperar el mito de Prometeus, cuyo hígado aquí es devorado por una bacteria. En paralelo, un nuevo hígado es creado a partir de células humanas.
Sam Keogh (Irlanda) presenta en KNOTWORM (2019) una gran tuneladora alrededor de la cual emerge una vegetación sintética y parásita de esculturas, collages, pinturas y vídeos que recuperan imágenes de una planta invasiva japonesa capaz de perforar hormigón. Y junto a este paisaje casi apocalíptico, un paisaje sonoro del mundo empresarial de Lyon. CÉSAR A FERMÉ LA PAUPIÈRE (2019), de Marie Reinert (Francia) analiza nuestra relación con el trabajo y evidencia la fragilidad de las sociedades cuyo equilibrio depende de la productividad.
En la siguiente nave, la pieza IN TRANSIT (HIGHWAY) (2019), de Yona Lee (Corea del Sur), utiliza elementos domésticos y urbanos que se funden con el espacio industrial para crear una gran estructura de apariencia laberíntica que permite a su vez nuevos puntos de vista de las obras que lo rodean. Así, podemos ver en su conjunto la extensa instalación SHKREPËTIMA (2018), de Petrit Halilaj (Kosovo) que explora el concepto de nación e identidad cultural a partir de la recuperación una performance realizada en 2018 en Runik, ciudad kosovar símbolo de identidad cultural multiétnica hasta su destrucción en 1990.
Nos despedimos de la fábrica de Fagor con la interesante pieza QUARTERLY MYTH (2019), de Pannaphan Yodmanee (Tailandia) que interviene grandes canales de hormigón con pinturas inspiradas en la tradición budista y renacentista mezclando naturaleza e industria, espiritualidad y destrucción, para explorar los fenómenos del tiempo, la pérdida, la devastación y la muerte.
McLYON
Continúa nuestro viaje por el paisaje de la Bienal en el Museo de arte contemporáneo de Lyon donde destacamos la pieza de SOUS LA MANGROVE (2019), de Josèfa Ntjam (Francia) que se interesa por los relatos mitológicos e históricos. A partir de su trabajo con la comunidad de Givors, ha imaginado otros universos posibles a través de cerámicas, fotomontajes impresiones de gran formato, textos y acciones.
Por su parte, MA MÈRE ET SON DOUBLE (2019), de Aguirre Schwarz (Francia), figura histórica del post-graffiti en Europa, convierte en líquidos los logotipos de los patrocinadores y empresas participantes en la bienal desvelando un paisaje económico que se diluye entre pigmentos y píxeles.
Terminamos nuestro recorrido por la Bienal de Lyon con PIENSO QUE TUS VERSOS SON FLORES QUE LLENAN TIERRAS Y TIERRAS (2017-2019), la pieza de Jenny Feal (Cuba), donde historia y ficción se mezclan en un relato que tiñe de ocre rojo las paredes, testigos silenciosos de una violencia histórica, simbólica, política y social que se puede leer en las páginas de un libro.
PROGRAMA PARARELO
Siguiendo esta nueva orientación más abierta y dinámica, la bienal se despliega además por toda la región de Auvergne-Rhône-Alpes a partir de cuatro plataformas complementarias: VEDUTA, que propone intervenciones de artistas en colaboración con comunidades locales; Jeune création internationale, exposición centrada en artistas emergentes; Exposiciones asociadas y el programa Résonance, que podemos encontrar en diferentes centros de arte e instituciones culturales de toda la región.
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XV BIENAL DE LYON
- Hasta el 5 de enero de 2020