Multiverso 2018/2019 (I)
Emisión 9 de diciembre de 2019 · La 2
En 2017 la Fundación BBVA lanzó la tercera convocatoria de Ayudas a la Creación en Videoarte “Multiverso” para impulsar la innovación y la experimentación en la creación audiovisual facilitando a los artistas la realización de proyectos de cierta complejidad y envergadura. Las nueve obras producidas gracias a este apoyo han sido comisaradas por Laura Baigorri y expuestas a lo largo de los últimos meses en una sala abierta a este fin en la sede madrileña de la Fundación. Metrópolis presenta, en el primero de los dos programas dedicados a los proyectos becados en esta convocatoria, los trabajos de Andrés Duque, Ana Esteve Reig, Javier Codesal, Estíbaliz Sádaba Murguía y Greta Alfaro.
Andrés Duque es un cineasta español nacido en Caracas, Venezuela, en 1972, cuyo trabajo se sitúa en la periferia de la no-ficción española. Sus películas son difíciles de clasificar, de reducir a un solo estilo o de encuadrar en un solo formato, porque navegan entre soportes, géneros y territorios. CARELIA Internacional con monumento se adentra en los densos bosques, la cultura milenaria y la situación política de Carelia, un territorio que se extiende entre Rusia y Finlandia y cuya mitología inspiró a Tolkien y otros escritores del género fantástico. Esta cultura se encuentra hoy prácticamente extinta debido a la Gran Purga, llevada a cabo por Stalin mediante la persecución de políticos, intelectuales y minorías étnicas, entre ellas la carelia. El artista recorrió las poblaciones rurales de la zona en busca de vestigios de las ancestrales prácticas religiosas paganas, planteando la posibilidad de que éstas podrían ser empleadas para curar los traumas del pasado de la región; un pasado evocado de forma dramática en lugares como el monumento funerario del bosque de Sandarmoh al que alude el título de la obra.
Ana Esteve Reig (Agres/Alicante, 1986) trabaja casi exclusivamente con la imagen audiovisual, con el fin de investigar la construcción de arquetipos sociales y el comportamiento humano. En sus proyectos más recientes indaga en la ficción como capa fundamental para entender lo real, así como en las redes sociales y la realidad virtual. En La pantalla mágica se introduce en la Ciudad de la Luz, el complejo de estudios cinematográficos de 320.000 metros cuadrados inaugurados en 2005 en Alicante, que se encuentran en desuso desde su cierre en 2014. A partir de imágenes de las magníficas instalaciones desiertas, grabadas con un dron, y el monólogo de una actriz-presentadora, que relata anécdotas y momentos estelares del pasado activo de los estudios, la artista construye un video promocional, en el que desgrana la construcción de la imagen audiovisual, a la vez que propone reflexiones sobre la importancia de la ficción cinematográfica en la construcción del imaginario colectivo. En su conjunto, la obra logra una eficaz, a la vez que poética, conjugación de enunciados críticos, sentimentales y prácticos.
Javier Codesal (Sabiñánigo/Huesca, 1958) es artista visual y poeta. Trabaja con cine, video, instalación, fotografía, dibujo y texto y sus proyectos suelen desglosarse en distintas piezas, como vídeos de distinta duración o series fotográficas y textos literarios de acompañamiento.
Evangelio en Granada (Meta) cierra un ciclo sobre la violencia en Colombia y su impacto sobre la vida de los campesinos iniciado en 2010 con Los pies que faltan. El resurgir del fenómeno religioso en Granada, uno de los epicentros del conflicto armada, es el punto de partida de este ensayo de ficción, donde los elementos reales de la experiencia de más de 50 personas que han vivido muy cerca de la violencia extrema se filtran y mezclan con la interpretación que ellos mismos hacen de escenas de los evangelios. A esta obra coral el artista suma el documental Testimonio de Frederman, que resume, en el relato autobiográfico de un hombre de 29 años, la barbarie vivida en la zona. Conjuga, así, en palabras de Laura Baigorri “dos miradas que atraviesan un mismo territorio de violencia latente y dolor contenido”.
Estibaliz Sádaba Murguía (Bilbao, 1963) es artista y doctora en Arte e Investigación. La mayoría de sus trabajos en video se basan en la realización de acciones en las que utiliza el cuerpo como un lugar de experimentación, y su práctica artística siempre ha integrado la teoría y el activismo feminista. En Las incontables: cuerpos (no) domesticados refleja momentos históricos en los que la mujer transitó del espacio doméstico al espacio público, deteniéndose en tres colectivos rebeldes de épocas y contextos muy distintos que consiguieron construir redes sociales, políticas y culturales, y pasar así a formar parte de la memoria e identidad colectiva: las Salonistas del París del siglo XVII que dieron el paso de organizar debates sobre cuestiones filosóficas, morales y religiosas; las Flappers que impulsaron un estilo de vida femenino, en los años 20 del siglo XX, que propugnaba el uso de faldas cortas y la renuncia al corsé - mujeres que conducían coches, bailaban jazz y bebían y fumaban en público; y el movimiento musical feminista Riot Grrrls surgido en los años 90 para denunciar el alto nivel de misoginia de la escena del rock and roll.
Greta Alfaro (Pamplona, 1977) es una artista visual que se sirve de las metáforas y la yuxtaposición de elementos contrarios para incidir en las contradicciones del mundo contemporáneo. Decimocuarta estación propone, en un bucle infinito, un viaje meditativo y onírico por vías de tren abandonadas que recorren paisajes horadados por la ingeniería humana, la cual, a su vez, está siendo destrozada por la naturaleza. Para la artista, estas imágenes representan la idea fallida de progreso, una idea originalmente unida a ideales de paz, de libertad, y de hermandad entre seres humanos, pero también fuertemente vinculada al capitalismo, la explotación y el colonialismo. Los tramos entre túneles marcan atmósferas diferentes con alusiones al wéstern y al vía crucis que se ven reforzadas por la banda sonora que asume, en esta obra, un papel coprotagonista. También se ven, en este recorrido infinito al paso de pistoleros y costaleros, postes de telégrafos y estaciones abandonadas, que, para la artista, evocan “un vía crucis sin esperanza de salvación”.