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La Mañana

Antinatalismo, una tendencia al alza

  • Los antinatalistas abogan por la desaparición gradual de la especie humana por razones morales, políticas, demográficas, filosóficas y ecológicas entre otras
  • Los nacimientos continúan a la baja en España y alcanzan mínimos, un 30% menos en la última década
  • En 2018, la edad media a la que se tuvo el primer hijo superó por primera vez los 30 años

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La Mañana - Antinatalismo, una tendencia al alza

El antinatalismo es una corriente internacional con cada vez más adeptos en nuestro país. Es la posición contraria a la reproducción y el nacimiento de nuevos seres humanos. Abogan por la extinción humana gradual y deciden no tener descendencia. Aducen razones morales, éticas, filosóficas, políticas, demográficas y ecológicas.

Casos reales

En La Mañana hemos querido hablar con antinatalistas para que nos den sus razones para serlo. Nuria tiene 35 años y una cosa clara, no quiere tener hijos, ni que otros los tengan. Ni un ser más en el planeta hasta que la especie humana desaparezca. Así es como piensan los antinatalistas más radicales como ella.  Joel tampoco quiere tenerlos. Motivos éticos, y ecológicos sustentan su corriente de pensamiento.  Cree que el fin del mundo puede estar cerca. En España nacen cada vez menos niños. Las madres primerizas son las más viejas del mundo, con una media de 31 años, por no hablar de las que pudiendo deciden no serlo, el 25 % de las mujeres. Ingrid está entre ellas, junto a su marido han decido que no van a ser padres. Y Mónica, ha decidido tener dos perros en lugar de hijos, más barato y menos exigente, según ella. Expertos demógrafos alertan de la gravedad para nuestra economía de esta tendencia en alza.

Bajan los nacimientos en España

Los nacimientos continúan a la baja en España y alcanzan mínimos, un 30% menos en la última década, tanto es así que en 2018 se produjo la cifra más baja, nacieron 372.777 niños según datos del Movimiento Natural de Población del Instituto Nacional de Estadística (INE). Aunque el desplome también se aprecia en los resultados provisionales de los seis primeros meses de 2019: los 170.074 son la cifra más baja de la serie histórica, que comienza en 1941.

Los datos trazan la radiografía de un país en el que la pirámide poblacional se estrecha en la base y se ensancha en la punta. Así, el año pasado fue el cuarto consecutivo en que cayeron los nacimientos en todo el país y hubo 54.944 muertes más que nacimientos, pero lo grave no es este saldo vegetativo negativo. Recalca que lo relevante es que la esperanza de vida suba. El año pasado, en una décima, hasta los 83,2 años.

El problema radica en la caída de la fecundidad. En el desfase entre los deseos reproductivos y la realidad social en la que se vive. Seguimos entre los países de Europa con la fecundidad más baja, los últimos datos de Eurostat, de 2017, revelan que la media está en 1,6 hijos por mujer. Pero Francia está en un 1,9 y Suecia en un 1,8, por lo que parece haber una brecha entre norte y sur debido a dos factores: un mercado laboral precario e incierto y menos políticas de conciliación y ayudas a la natalidad.

Precariedad y crisis

Reproducirse vale dinero. Puede venir de ayudas y políticas sociales o del propio bolsillo. En España, ni lo uno ni lo otro, y si a eso le añadimos que las mujeres emplean mucho más tiempo en la crianza que los hombres, mucho peor.

Independientemente del cambio de valores, que lleva a querer desarrollar aspectos importantes de la vida como los estudios, el trabajo, los viajes u otros proyectos también vemos que hay dificultades para conseguir tener un trabajo estable o para pagar una vivienda sobre los 30 años. Si los jóvenes españoles tardan más en emanciparse (a los 29,5 años de media), los niños, por ende, llegan más tarde, en 2018, la edad media a la que se tuvo el primer hijo superó por primera vez los 31 años.

La sociedad de hoy es muy diferente a la de hace unas décadas. Aumenta el número de adultos jóvenes que no desean tener hijos. Pero entre los que no tienen intención de tenerlos, hay quienes señalan que se debe a impedimentos económicos, laborales y de emancipación.

Casi la mitad de los niños son de madres no casadas

En España, el 47,2% de los hijos nacidos en 2018 tenían una madre que no estaba casada, según los datos del INE. Nos situamos así en la media europea. No quiere decir que hayan aumentado desorbitadamente las madres solteras, sino que los tienen sobre todo parejas que viven juntas sin casarse, esto es un cambio social importante respecto hace 30 años.

Los datos del primer semestre de 2019, reflejan esta caída del número de matrimonios.  Fueron 71.980, un 1,2% menos que en el mismo periodo de 2018. Por comunidades autónomas, los mayores descensos se registraron en Cantabria (un 13%), en Murcia (8,3%) y en La Rioja (8,1%). Los mayores aumentos, en Galicia (18,1%), Ceuta (12,7%) y Baleares (2,7%).