Jorge Vázquez resucita el legado, y la modernidad, de Manuel Pertegaz
- Vázquez se estrena como director creativo de la casa Pertegaz con una lujosa propuesta
- "Manuel Pertegaz era el más moderno, sus piezas son de absoluta actualidad", dice.
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Esta pasarela, la Cibeles, lleva semanas presumiendo de la incorporación de la casa Pertegaz. Desde luego es un notición, aunque por razones nostálgicas. Poco ha hablado de la entrada de Mans, la firma de Jaime Álvarez, que ha hecho un desfile fantástico y ha presentado una colección fabulosa. La que firma Jorge Vázquez, director creativo de Pertegaz, también lo es.
El gallego está llamado a resucitar esta icónica firma y los nervios y el miedo ya han hecho acto de presencia. “La marca me podía mucho y me lo pensé durante un tiempo. ¡Es la única casa de costura importante que queda en pie, tras la muerte de Elio Berhanyer! Me atraía mucho pero me da tranquilidad que tengan un grupo empresarial gallego detrás, y que ellos me querían a mí”, dice el modisto.
Vázquez se ha sumergido en los archivos de Manuel Pertegaz, ha buceado entre patrones y colores para empaparse de la esencia del modisto, fallecido el 30 de agosto de 2014. “Esta colección es un homenaje a él, a su buen hacer, a esa perfección y ese gusto por vestir a mujeres estupendas. Ves sus vestidos, sus volúmenes y las formas y son muy actuales, ¡era tan moderno!”, dice. “¡Hasta las gafas que hacía siguen siendo modernas, lo que hacía él lo hace ahora Gucci!”
La riqueza de la colección se basa en los tejidos. Gazares, moarés, rasos duquesa, muselinas, paillettes, paños de lana cashmere y tafetanes de seda. Los estampados geométricos y los salvajes, de cebra, conviven aquí con punto bordado y vestidos de fiesta de pedrería, cristal o plumas.
Se emociona hablando de las chaquetas bordadas que se conservan intactas y que ahora él reproduce, maravillosas piezas con ricos bordados que evocan una época gloriosa cuando la costura iba ligada a palabras como exclusividad y lujo. "Hemos hecho prendas muy sofisticadas y majestuosas, con siluetas muy estructuradas, volúmenes exagerados, mangas abullonadas y patrones que se recogen y drapean continuamente", dice. Hay reediciones de prendas icónicas, de vestidos que perduran en la memoria. Y todo con el toque Vázquez. Esta colección mantiene un estrecho vínculo estético y emocional con el maestro pero a partir de ahora ese hilo umbilical se irá recortando para dar una nueva entidad a la firma.
Hay mucho color, sobre todo rojo, negro y blanco, pero destaca especialmente el fucsia. “Era uno de sus favoritos y ahora lo hemos seleccionado como color corporativo de la casa”. Es decir que será su carta de presentación como el naranja Hermés o el azul de Tiffany´s.
Cuenta Vázquez que se ha enamorado de los patrones Pertegaz y de sus estampados, como el icónico ojo de gato que ahora se actualiza con la elegancia del gallego. Vemos vestidos que parecen volver del pasado y se ven jóvenes y fabulosos, como el de volantes hecho en falla roja, la misma que utilizaba el maestro. “Es tal cual, el mismo vestido, tan solo le hemos retocado el bajo. ¡Las cosas buenas y bien hechas perduran en el tiempo!”.
El vintage es tendencia, y se nota en las famosas que llevan vestidos que salen de los almacenes de las casas y en la pasión de los diseñadores por resucitar patrones de décadas anteriores. Vázquez refresca el ‘vestido pajarito’ y las chaquetas en moiré bordadas en oro y plata. Piezas de un lujo atemporal. “Ya nadie utiliza estos tejidos con bordados, quizá en Balmain o Valentino. ¡Es una costura que hoy apenas se hace!”.
Los tocados, de Tolentino Hats, aportan un plus de elegancia y sofisticación a la colección. Son Piezas con plumas en colores vibrantes, con cristales de colores e incluso sombreros Haute Couture que hacen un guiño al Broadway de 1980, cuando Pertegaz viajó a Nueva York y quedó impresionado con el musical Hair. "Comprendí que algo diferente estaba a punto de comenzar", dijo entonces. Y Vázquez ha partido de ese viaje para emprender ahora el suyo. El comienzo no ha podido ser mejor.
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El desfile rezuma elegancia, tanto por la puesta en escena -con una orquesta tocando en directo El bolero de Ravel- como por la colección, una mezcla de estilos que van desde los que llevan el sello Vázquez hasta los que salen el universo de Manuel Pertegaz. El que fuera secretario del maestro y una de las costureras que más tiempo trabajaron a su lado ya han dado su bendición al gallego. ¿Se puede esperar más?
Antes se pudo ver la colección de Custo Barcelona. El diseñador cumple 40 años en la moda y no quiere regodearse en sus archivos, ni en la nostalgia. Tiene la vista puesta en el futuro, en mañana, y por eso su colección, Thank Next, se hace con tejidos tecnológicos de última generación que solo encuentra en Japón. "Son los tíos más avanzados", dice. "La colección tiene el mismo adn de las demás, tanto en el grafismo como en el color, dando importancia a los tres primarios, rojo, amarillo y azul. El negro es el hilo conductor para contar una historia que mira al futuro, con un lenguaje experimental. Todo lo hacemos en Barcelona, ¡los experimentos siempre los hacemos en casa!". Los abrigos, en multiples versiones acaparan la atención y los vestidos cortos encierran entre sus costuras los nuevos códigos de la sensualidad. "No es que sean menos sexies, es que es otro sexy".
La tarde la ha completado Fernando Claro, otra de las nuevas incorporaciones en el calendario. Su propuesta, sofisticada y excesiva, chirría en esta pasarela que tiene un estilo más contenido. Claro viene de presentar su trabajo en Atelier Couture, un espacio dedicado a la costura, a la ropa exclusiva hecha a medida. La colección se articula en cuatro ejes vinculados con el amor: el alma, la razón, la gracia y la quimera. Destacan los vestidos con faldas de tul rizado y fruncido que llevan 400 metros de tejido, el trabajo casi de cestería que hace con cintas de tejido, las prendas maximalistas. Y casi todo hecho a mano. Una labor fabulosa que, en esta pasarela, quizá no se entienda bien. En este caso más es menos. Pero el aplauso es más que merecido.