Escuchando Donostia con Mikel Erentxun y Ariel Rot
- Ariel Rot descubre la música de San Sebastián de la mano de Mikel Erentxun
- Allí se encuentran con el rockero Loquillo, el incombustible dúo de Niña Coyote eta Chico Tornado, el folk pop de Elena Setién y el rap combativo de La Furia
- Charlan con Mikel Aguirre, ex componente de "La Buena vida", y con Izaro, la nueva generación del pop español
- También hablan sobre jazz con el veterano músico Iñaki Salvador y con Reykjavik 606 que tiene un estilo más electrónico
Ariel Rot vuelve al País Vasco, en este caso a San Sebastián. Empieza su viaje en Pasaia donde le espera su anfitrión: Mikel Erentxun.
Mikel creció escuchando a grandes del rock como Elviss Presley. En agosto de 1984 formó Duncan Dhu junto a Diego Vasallo y Juan Ramón Viles, que abandonó el grupo 5 años después. La banda, con un sonido pop rock acústico y sencillo con toques de rockabilly, contrastaba con el rock radical de la escena donostiarra del momento.
Duncan Dhu se separó en 2001, y Mikel se centró en su carrera en solitario con la que también cosechó grandes éxitos. Su relación de amistad con Diego ha perdurado en el tiempo e incluso han colaborado juntos en alguna ocasión.
“Yo le pido siempre consejo a él. Le mando mis demos, le enseño la portada, si tengo dudas, le enseño las portadas para que él me ayude... O sea, la opinión de Diego para mí es quizás la más importante en el mundo de la música. Y siento que yo soy lo mismo para él.”
En 2013, Duncan Dhu volvió a la escena con el álbum de estudio "El duelo" y el álbum recopilatorio "1", haciendo una nueva gira por España y el extranjero.
Con la playa de la Concha de fondo, Mikel y Ariel conversan con toda una leyenda del rock: Loquillo. Nacido y criado en el barrio del Clot en Barcelona, vive la mayor parte del año en San Sebastián, ciudad de la que se enamoró a primera vista y a la que se siente muy ligado.
“Aquí me he hecho como artista. Aquí me he hecho, digamos... Aquí he iniciado mi etapa en solitario, y por otro lado, pues es una ciudad que me ha ayudado a crecer. Eso es muy importante.”
En la ciudad y sus gentes ha encontrado el equilibrio perfecto.
“Me va muy bien porque yo soy muy excesivo, soy muy pasional, soy muy fuego, y soy muy Mediterráneo. Entonces, venir aquí, me ayuda a equilibrar, atemperar, al hecho de que Donosti es un lugar donde la gente respeta muchísimo al otro.”
Siempre reivindicativo, Loquillo se muestra muy crítico con la actitud de los diferentes gobiernos de España frente a la música y reclama que se le apoye de la misma manera que se hace con el cine.
“Aquí el morro es lo que se lleva. No la legalidad. Por eso se tardó tanto en ir a por un problema tan grave que nos afectaba a todos como la piratería, que al fin y al cabo era un negocio, de una serie de compañías telefónicas, que el gobierno no fue capaz o no quiso. Y eso significó el hundimiento de la industria discográfica en España.”
Al final de la playa Ondarreta, en el extremo oeste de San Sebastián y a los pies del monte Igeldo, se erige el Peine de los Vientos, una de las obras más conocidas del escultor Eduardo Chillida. Tres piezas de acero aferradas a las rocas que resisten a los continuos embates del mar. Allí les espera el rap combativo de La Furia, una de las máximas exponentes del rap feminista. Su nombre artístico es toda una declaración de intenciones.
“De alguna forma es como que las mujeres lo de enfadarnos es algo que no se nos permite. O sea, si nos fijamos, cuando una mujer se enfada, rápidamente se le pone esto de 'histérica, loca...' y es como: - No, no estoy loca, ni estoy nerviosa, estoy enfadada- Puedo estar enfadada, me merezco aunque sea el enfado. Y fue como una manera de decir, - bueno, me parece interesante poner delante que estoy enfadada-".
Disconforme con que se asocie el rap o el trap con un mensaje determinado, defiende que la música no es más que lo que hacemos con ella, independientemente del estilo al que pertenezca.
“Porque casualmente son siempre estilos musicales que vienen de lugares muy determinados. No nos vamos a meter con el pop o no nos vamos a meter con el indi, y no sé, podemos analizar canciones de Gun's and Roses y ver como comentaban que la tengan enterrada en el jardín. O podemos escuchar a Malú diciendo que soy toda tuya aunque mi vida corra peligro, o sea, me parecen mensajes súper peligrosos.”
En el Teatro Victoria Eugenia Mikel y Ariel se encuentran con un incombustible dúo formado por los guipuzcoanos Úrsula Strong y Koldo Soret, es decir, Niña Coyote eta Chico Tornado.
Gracias al pedal de efectos que maneja con gran maestría Koldo, su guitarra y la batería de Úrsula suenan como un banda completa. Su unión, fruto de la casualidad, les ha convertido en uno de los grupos más electrizantes de la escena rockera euskaldun.
“A mí me propusieron empezar a tocar con una banda, tenía que practicar un montón, andaba ahí con la claqueta, tocando encima de canciones... pero necesitaba tocar también, y entonces Koldo muy amablemente se prestó a venir al local conmigo para que practicase.”
La donostiarra Elena Setién volvió a su ciudad natal después de casi dos décadas en el extranjero. Los últimos trece años los ha pasado en Dinamarca, país en el que ha logrado un gran reconocimiento en el jazz alternativo. En Donosti y con 18 años empezó a tocar el violín clásico, formación con la que siguió durante tres años más, hasta que se dio cuenta que lo que quería era cantar. Ya en Copenhague estudió música moderna y se metió de lleno en el jazz y la improvisación “free”.
“Es como un actor o actriz que improvisa. Están todo el rato con un diálogo continuo. […] Hay diferentes formas de improvisar y hay veces que las reglas son durísimas. De hecho, pueden ser tan duras como en la música clásica.”
Todo y que su música desprende un sonido muy nórdico, la vuelta a su tierra se ha dejado notar en sus composiciones.
“Mi yo musical se gestó en Dinamarca. Tengo mucho sonido nórdico y no me puedo escapar de esa identidad, me gusta mucho además. […] Cuando volví, hace ya cuatro años, me di cuenta de que estar aquí hacía que mi música fuera como más larga y más pausada. El mar me da como una amplitud...”
En el Kiosko del Bulevard Zumardia Mikel y Ariel se encuentran con dos artistas de generaciones distintas: Mikel Aguirre e Ízaro.
Mikel Aguirre fue integrante del grupo “La Buena Vida”, considerado uno de los mejores grupos del pop español y un claro exponente de lo que se conoció como el “Sonido Donosti”. La trágica muerte del bajista Pedro San Martin en 2011 supuso el fin del grupo y un momento de reflexión para todos. Mikel y dos exmiembros de la banda, José Luis Lanzagorta e Iñaki Lucas, han vuelto al panorama musical bajo el nombre de “Amateur”.
Aunque lleva tocando desde los 13 años, Mikel nunca se ha dedicado profesionalmente a la música.
“Siempre he tenido un poco de temor al tema de profesionalizarme porque considero que igual si te dedicas a algo, si necesitas comer de ello, la idea artística se puede perder un poco. Pero bueno, por otra parte, también me da rabia porque hay gente de mi generación, […] pues que se ha podido comprar una casa o que viven del asunto haciendo canciones, lo cual es, en cierto modo, un sueño, un anhelo que a mí sí me hubiera gustado cumplir.”
Izaro, representa a la nueva generación del pop español. Nacida en Vizcaia llegó hace 8 años a Donosti, donde empezó a tocar de manera más profesional. La capital donostiarra le ha aportado seguridad y estabilidad y ha supuesto para ella una manera distinta de componer.
“Yo antes tenía que estar mal para componer. Es verdad que yo soy una persona que no llora. Que no lloraba, matizo. Y siempre la gente sentía que yo era como muy dura o que no me afectaban tanto las cosas y siempre, cuando éramos pequeñas y alguien lloraba y yo no lloraba, siempre los mimos eran para la otra persona porque le estaba afectando más lo que estaba sucediendo. Y me di cuenta, cuando empecé a tocar la guitarra, que iba a la guitarra cada vez que yo quería llorar. En el primer disco cada canción es una llorera pero que no la lloré.”
El pianista, arreglista y compositor donostiarra Iñaki Salvador es uno de los grandes músicos de jazz de este país. A pesar de haber recibido formación musical, se considera básicamente autodidacta.
“Yo pasé por el Conservatorio de Donosti, es verdad, y ahí di mis primeros pasos ante una partitura. Pero enseguida necesité dar pasos fuera de la partitura y entonces marché a Barcelona, donde en los 80 el jazz era algo importante. El conservatorio fue importantísimo para adquirir una técnica instrumental y las primeras nociones de musicalidad pero es verdad que lo que me sirvió, sobre todo, fueron los discos, muchos discos.”
Borja Piñeiro y Kino Internacional forman Reykjavik606, un dúo de música electrónica que poco a poco se ha ido acercando al jazz.
“Nosotros venimos de otra historia, venimos más de la electrónica. Lo que pasa es que por escuchar todo lo que se está cociendo ahora en Inglaterra nos metimos de lleno y como Borja y yo somos unos lanzados de mil pares de narices dijimos: -¿por qué no vamos a hacer jazz electrónico?-"
Aunque San Sebastián tiene uno de los festivales más importante de jazz de Europa, Jazzaldia, se lamentan de que no haya un circuito ni una escena consolidada fuera de la semana del festival.