Jesús López Cobos: el director de orquesta español más internacional
- Fue el primer director español que subió al podio de la Scala de Milán, del Covent Garden de Londres, de la Ópera de París y del Metropolitan de Nueva York
- Hablamos con Cristina Otero, directora de 'Música en las manos'
- Imprescindibles estrena el documental en La 2 el domingo 23 de febrero a las 21:30h
¿Por qué Jesús López Cobos merece un ‘Imprescindibles’? La respuesta es clara: “Es uno de los directores de orquesta españoles más importantes del siglo XX y principios del XXI, pero además ha sido el más internacional”, apunta la directora del documental ‘Música en las manos’, Cristina Otero. Fue director titular de la Deutsche Oper Berlin durante 20 años, de la Cincinnati Symphony Orchestra durante diez y de la Orchestre de Chambre de Lausanne durante ocho. Además, fue el primer director español que subió al podio de la Scala de Milán, del Covent Garden de Londres, de la Ópera de París y del Metropolitan de Nueva York.
En el ámbito nacional fue un gran renovador e impulsor de la música clásica en España: “Modernizó y mejoró la Orquesta Nacional de España, contribuyó a la recuperación del Teatro Real de Madrid como teatro de ópera, y ya como titular de la orquesta de este último, lo colocó en el circuito de los grandes foros de la ópera internacional”, explica Otero. Asimismo, puso en marcha la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y la Orquesta Sinfónica de La Coruña y dirigió la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE).
Entre otros reconocimientos, fue el primer director de orquesta en recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Artes y el gobierno francés le concedió el título de Oficial de la Orden de las Artes y las Letras.
Su vida: un ejemplo de esfuerzo y pasión
Para poder conseguir llegar a lo más alto en la música clásica tanto en España como en el extranjero Jesús López Cobos tuvo que trabajar muy duro. Para la directora de ‘Música en las manos’, el documental “ofrece el testimonio de un hombre que trabajó intensamente y luchó contra viento y marea para convertirse en un gran director de orquesta”.
El director de orquesta nació en plena posguerra en el seno de una familia sencilla. Tuvo que salir de España para estudiar dirección, aprender idiomas y trabajar muy duro para situarse junto a los grandes. “Creo que su vida, impulsada por la vocación, el esfuerzo y su amor por la música es inspiradora para cualquier espectador, sea o no aficionado a la música”, afirma Cristina Otero. Jesús López Cobos quería que este documental sirviera para despertar el amor y la afición a la música transmitiendo su propia pasión.
El descubrimiento: su calidad humana
Para Cristina Otero el descubrimiento más importante que el espectador puede hacer con ‘Música en las manos’ es conocer la calidad del ser humano de Jesús López Cobos. Así le define:
“López Cobos se definía así mismo como un castellano típico: introvertido, sobrio, de costumbres sencillas, pero al mismo tiempo era cordial, elegante, atento. Tenía mucho sentido del humor, podía llegar a ser muy divertido en sus ratos de distensión. Sus opiniones eran meditadas, templadas, de un gran sentido común. Le gustaba caminar, leer poesía, le encantaba reunirse con amigos y compartir una buena comida, a ser posible con vino de Toro. Su capacidad de trabajo era comparable a su capacidad para disfrutar de la vida. […] Fue un hombre honesto. Eso le costó enfrentamientos con las instituciones. Siempre tuvo una magnífica relación con el público y con los músicos, pero un trato incómodo con los burócratas.”
La directora admira su poder de concentración en todo lo que hacía, su serenidad incuso en momentos de tensión y su falta de pretensiones: “su mayor aspiración era la excelencia.”
El rodaje: cuatro años de viajes y mucho material
Durante el proceso de rodaje del documental, Jesús López Cobos siempre estuvo accesible y contestaba a todas las preguntas. “Algo que me sorprendía mucho es que contestaba inmediatamente a los mails”, señala la directora.
Cuadrar agendas fue bastante complicado ya que la suya estaba llena de compromisos por diferentes ciudades. Después de cuatro años de rodaje, consiguieron grabar en los sitios más relevantes en su vida: Toro, Málaga, Madrid, Viena, Berlín y Lausanne. Fue en la población de Toro donde Cristina Otero le vio más feliz: “Me contaba cosas de su infancia, del hambre, de las monjas que le suministraban leche para sacarle adelante. Le hacía mucha ilusión que en su ciudad natal le hubieran puesto su nombre a un parque. - No a una calle, no, ¡a un parque con árboles y vistas al Duero!-, me decía emocionado.”
Conseguir algunos archivos también fue difícil. Por ejemplo, el concierto con Alicia de Larrocha en Cincinnati llevó tiempo y muchos correos pero el fragmento fue cedido desinteresadamente.
Por otro lado, tener tantas horas de material hizo que el proceso de montaje del documental fuese arduo. “Seleccionar y encontrar el tono adecuado fueron las tareas más delicadas. Para mí era importante no sólo contar a Jesús López Cobos, sino que la película le reflejara, que tuviera su espíritu”, explica la directora.
El 2 de marzo de 2018 Jesús López Cobos falleció. Meses antes de su muerte, Cristina Otero le envió la versión definitiva del documental “Música en las manos”. Su respuesta fue el mejor de los premios para la directora: “Gracias, Cristina. Has conseguido entrar en mi turris eburnea”, le contestó.