Versace y Kendall Jenner celebran con orgullo a Gianni
- La top model es la estrella del desfile en Milán y protagoniza la campaña para esta temporada
- Donatella Versace propone una vuelta a los 80 y mezcla con osadía todos los códigos de la casa
Las supermodelos de los 80 y 90 se han convertido en iconos de moda y belleza. Cindy, Naomi, Claudia y Linda reinaron con poder absoluto en las pasarelas y las revistas y su leyenda está más viva que nunca. Pero pasan los años, las décadas e incluso los siglos y cambian los cánones de belleza, los gustos y llegan nuevos rostros con los que se identifican las nuevas generaciones. Ahora en las pasarelas arrasan Gigi y Bella Hadid, Kaia Gerber, la hija de Cindy Crawford, y Kendall Jenner. Donatella Versace la tiene en nómina y ahora la ha escogido para cerrar su desfile, una propuesta que repasa la estética y resucita códigos de la fabulosa década de los 80 del siglo XX.
Una pasarela virtual que ha proyectado la imagen de Donatella repetida hasta el infinito y la imagen de la famosa meduda convertida en moneda, ha estado estructurado en bloques temáticos, jugando con el color, los estampados o la finalidad de las prendas, ya sean para el día o para la noche.
La uve de Versace es ahora la uve de Virtus, la nueva línea de la casa representada por esta letra en metal dorado de estilo Barroco que simboloza la herencia estética de la marca, recorre la colección. La vemos 'desvirtuada' y convertida en un estampado Op-art en blanco y negro que sustituye al cuestionado estampado salvaje. Y también la vemos en prendas de punto de estilo college, y en los complementos.
Para el día vemos prendas clásicas que se han reinterpretado y rejuvenecido con patrones más atrevidos, mezclas potentes de texturas, colores y combinaciones arriesgadas. Más es más, grita Donatella y apuesta por reinventar el traje de raya diplomática utilizando colores muy llamativos y toques metálizados que llevan la rúbrica de su hermano, Gianni Versace, fallecido en 1997. Para ellos, los chicos, propone también sastres pero los diseña con afiladas solapas geométricas que llevan adornos de cristal tono sobre tono. Otro guiño a esos excesos estéticos de los 80 que tanto gustaron a las estrellas de la música, desde Prince a Elton John.
A esa década nos llevan los pantalones amplios hechos con jaretas de distintas pieles, desde las más clásicas a las más exóticas. Un patchwork de estilos que conecta con las prendas hechas de retales que pusieron de moda los raperos de gorra girada y radiocassette al hombro. Para ellas, abrigos de pieles teñidas, vestidos provocadores y gafas gigantes, otra revisión de un pasado en el que se vestía para llamar la atención.
Hay mucho guiño a la herencia y el legado del legendario modisto y Donatella lo mezcla todo con osadía. Junta dos tejidos distintos en una misma falda o hace un puzle con motivos dispares. Estampados de príncipe de Gales, pata de gallo, ornamentos barrocos de estilo vegetal, flores veraniegas, rayas invernales... todo convive con aparente paz en una colección que según avaza eleva su carga estética, con texturas metalizadas y negro, mucho negro.
Este color no-color es el que arrasa en esta temporada y la casa italiana, que lo adora, lo utiliza para vestidos que marcan con ansia y sensualidad, la silueta, algunos con trazos que evocan la perfección de Azzedine Alaïa. No hay transparencias osadas, no hay encajes provocativos; a vesces no hay nada, tan solo opacidad negra para vestir el cuerpo. En este caso, un cuerpo perfecto. Pero no solo hay oscuridad, y al final llega la luz, metálica en este caso, del vestido diosa de Kendall Jenner.
Milán vuelve a coger fuerza y relevancia. Su calendario está lleno de nombres ilustres que se han mantenido fieles a su esencia o se han reinventado. Prada, Gucci, Fendi, Jil Sander, Miu Miu, Giorgio Armani, Etro, Moschino. .. la lista es enorme y todas tienen el peso de la historia, un legado del que unos presumen y otros, obligados la batalla contra las pieles que han emprendido las nuevas generaciones, tienen que reinventar.