La sombra de Yves Saint Laurent es alargada
- Anthony Vaccarello rescata sin miramientos prendas y looks del archivo de la casa
- Las miradas al pasado y el furor por la moda vintage están marcando las colecciones
La ropa vintage se ha puesto de moda, es tendencia, y las firmas están rebuscando en sus archivos y baúles para desenterrar éxitos pasados. Algunos lo hacen porque sus prendas más icónicas mantienen toda su frescura y desafían con elegancia el paso del tiempo. Otras, por una evidente falta de ideas. Anthony Vaccarello, director creativo de Saint Laurent desde 2016, rescata éxitos pasados de la casa y lo hace con una naturalidad inquietante.
Como en un túnel del tiempo, las modelos salen a la pasarela con los chaquetones de piel de colores de la colección que Yves lanzó en 1971, llamada la colección del escándalo. Un revulsivo en esos años que sacudió los salones de la moda pero enamoró a una juventud que arrasaba los armarios de sus padres, abrazando con ansia la tendencia vintage. Yves, todo un visionario, puso la miel en los labios con prendas de aire retro y hoy 50 años después parece que estemos en el mismo punto. O al menos en uno similar.
Los conjuntos de chaqueta masculina, top de satén, falda recta y sombrero cordobés que Nieves Álvarez -una de las modelos preferidas de monsieur Saint Laurent- lucía en la pasarela parisina en 1998 se reinterpretan ahora introduciendo nuevas texturas, como el látex. Con este material, Vaccarello construye distintas piezas que se mezclan siempre con otras más relajadas, en tonos mate. Destacan las chaquetas masculinas, de hombros muy marcados, en tonos tranquilos que se llevan con leggings de látex en tonos atrevidos, dando protagonismo a la parte superior del cuerpo con la prenda y a la inferior con el color. ¿Será otro símbolo del empoderamiento de la mujer que por el que aboga la moda? ¿Es la dominatrix la nueva musa?
Pero quizá la pieza estrella sea el top de Cigaline que Yves lanzó en 1968. El belga ahora lo versiona hasta el infinito, jugando con las texturas, quitando o poniendo mangas obispo, y llevando el foco de atención a la lazada del cuello, siempre de estilo Lavallière. La paleta de color es la misma que adoraba el fundador de la casa: fucsia, rojo, morado, negro, verde. No existe el blanco y además en esta colección no hay brocados, bordados y los estampados se reducen a la mínima expresión. Incluso el esmoquin, símbolo de la maison, queda relegado a un discreto segundo plano.
Hay mucha tranquilidad estética pero una potente sensualidad contenida que se escapa sin embargo a través de las costuras y se remarca con el uso del encaje y el tul de seda en tops negros de marcado aire lencero, algunos reducidos a la mínima expresión. Otro de los muchos guiños -junto al erotismo y el fetichismo- a Séverine, la protagonista de Belle de Jour interpretada por Catherine Deneuve en 1967, vestida de forma impecable por Yves Saint Laurent. Hasta sus abrigos de doble botonadura han salido ahora a esta pasarela de sombras, las sombras alargadas del genio francés.
El director de cine John Waters, los actores Kit Harington y Rami Malek, que es la nueva imagen de la casa tras sustituir a Keanu Reaves, y la actriz Ana de Armas han visto el desfile desde la primera fila. La actriz vive un momento glorioso. No pudo llevarse el Globo de Oro porque el huracán Renée Zellweger era imparable pero tiene un 2020 prometedor. Será chica Bond junto a Daniel Craig en Sin tiempo para morir, dará vida a Marilyn Monroe en Blonde y estrenará Deep Water junto a Ben Affleck.