La periodista Anna Pacheco visita la Academia para hablar sobre feminismo
- Es autora del libro "Listas, guapas, limpias"
- Han comentado ejemplos concretos de micromachismos y formas de expresar que son machistas y que tenemos asimiladas
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La periodista Anna Pacheco ha visitado esta mañana la Academia de Operación Triunfo 2020 para darles a los chicos una charla sobre feminismo. Los concursantes han escuchado atentos los ejemplos y explicaciones que la invitada de les ha dado, y han participado activamente poniendo ejemplos que han vivido o expresando cómo gestionan algunas situaciones sexistas.
Todos los concursantes se han identificado como feministas, pero casi todos han confesado que tienen comportamientos machistas.“El feminismo es un movimiento que persigue la igualdad, no la supremacía de las mujeres frente a los hombres”. Anna Pacheco les ha sacado un montón de frases que se siguen escuchando en nuestros días:
- “Yo no puedo ser machista porque quiero mucho a mi madre”
- “Ya no se puede hacer chistes de nada”
- “Tu ex estaba loca”
- “Las feministas son hembristas o feminazis”
Sobre esta última frase han profundizado un poco más. El inventor de la palabra “feminazi” es un locutor americano de extrema derecha. “Las feministas tienen la culpa de que el tamaño del pene de los hombres se haya reducido en los últimos tiempos”.
Anna Pacheco ha recordado la charla sobre diversidad que les dio Paco Tomás, que les habló de los roles de género. A los hombres se les ha atribuido el papel de proveedor y protector y a la mujer el de cuidadora, el del cariño.
Samantha ha dicho que lo importante es detectar los comentarios y las actitudes machistas y corregirlos. Y ha dicho: “Ahora todo es machismo. Antes también, pero ahora te lo decimos”. La propia invitada ha reconocido: "Tengo 28 años y hasta no hace tanto le decía a mi madre: “¿Qué hay para cenar?” “¿Me lavas estos pantalones?”, pero no se lo pedía a mi padre".
Pacheco ha apuntado que hay situaciones donde es más difícil revelarse, por el rol de poder. Por ejemplo, ante un profesor o ante un hombre que hace una entrevista de trabajo”.
Han dedicado un momento a hablar de si ahora se pueden hacer chistes y bromas como antes. Jesús ha comentado que no es fácil porque a veces haces bromas y se malinterpretan.
Los chicos confiesan sus experiencias machistas
Anajú ha confesado que ha llegado a irse de grupos de Whatsapp familiares porque enviaban memes que le ofendían, mientras que Samantha ha ejemplificado una de las frases que más le molestan y que oye cuando está viendo un partido de futbol y los jugadores están haciendo un mal partido: "Están jugando como mujeres".
Anna Pacheco ha querido saber qué pensaban los chicos de todo esto ya que estaban muy callados. "Yo soy muy consciente de ello y salto cuando oigo algo así", ha dicho Gèrard. Bruno, por su parte, ha valorado la oportunidad de diálogo que se ofrece con el feminismo: "Cuando tengo un comportamiento machista y alguien me lo recalca, lo trabajo. Antes habría sido una respuesta de reacción por sentirme atacado. El comprender que no es un ataque sino una reflexión, y que si yo participo puedo debatir y llegamos a un punto común y a un acuerdo, es productivo".
De hecho, Bruno ha sacado a colación la discusión que la semana pasada protagonizaron Samantha y Rafa a raíz del comentario "a mí me gustan maduritas". Han analizado el ejemplo y la connotación de esa palabra que es despectiva hacia la mujer.
El poder de las palabras
Anna Pacheco ha remarcado el poder de las palabras que usamos a diario y que tenemos tan interiorizadas que no nos damos ni cuenta de que son machistas y que forman parte de la sociedad gobernada por el patriarcado. En este sentido, Jesús ha recordado lo que le ocurría cuando era pequeño: le llamaban "mariquita" por llevar el pelo largo.
Por último, se han referido al ámbito de los trabajos tradicionalmente designados para mujeres como son el cuidado de niños o personas mayores. Noemí ha entrado en ese momento y ha querido puntualizar que hay otro detalle sobre el que hay que trabajar: la culpabilidad que siente la mujer cuando está en una reunión de trabajo hasta tarde y siente que está desatendiendo a su familia.