Hay más contaminación dentro de tu casa que fuera
- El aire interior de los edificios está cinco veces más contaminado que el de la calle
- Hablamos de bioconstrucción en el capítulo “Tierra, aire, vida”
- Materiales naturales como el tapial ayudan a mejorar la calidad del ambiente
Aunque sabemos que los índices de polución en el exterior son muy altos, la Organización Mundial de la Salud ha demostrado que el problema de la contaminación es aún peor en los interiores, donde pasamos casi el 90% de nuestro tiempo. El aire interior de los edificios está cinco veces más contaminado que el de la calle.
Elisabet Silvestre, bióloga y experta en bioconstrucción y salud ambiental, explica en 'Escala humana' que aunque se hable menos de la contaminación interior, es muy importante debido al tiempo que estamos en nuestras viviendas o lugares de trabajo.
Las partículas tóxicas del ambiente en el interior de un edificio puede ocasionar no sólo problemas respiratorios como asma o alergias sino también cardiovasculares.
Según la bióloga, para evitar la polución dentro de nuestras casas es importante tener en cuenta los materiales, acabados, tipo de puntura, barnices, pavimentos que se utilizan en el interio: “lo que tiene un mayor contacto con la persona es lo que más nos va a afectar.” Los elementos de interiorismo como el mobiliario, las alfombras o las tapicerías también influyen.
Elisabet Silvestre hace hincapié en utilizar materiales naturales como la cal, la piedra o la madera. Materiales que ayuden a disipar los campos magnéticos que producen las instalaciones eléctricas. “Se deben evitar los más sintéticos porque tienen la capacidad de crear electricidad estática”, añade.
Las microdescargas del mobiliario, como una mesa de escritorio, hacen que nos carguemos electroestáticamente. Esto puede ocasionarnos lipoatrofia semicircular, es decir, la pérdida de grasa bajo el tejido de la piel ocasionando depresiones en forma semicircular en la superficie cutánea.
Edificios (y casas) enfermos
Los arquitectos técnicos Daniel Alcalde y Valdric Farré trabajan para prevenir la aparición del síndrome de edificio enfermo. Averiguar sus causas y corregirlas, mejorará el ambiente interior. Miden la temperatura de la humedad, el CO2 en el aire, las partículas en suspensión y los campos magnéticos y eléctricos.
¿Cómo sabemos si una construcción sufre este síndrome? En el caso de un edificio de oficinas, por ejemplo, si partir de un 15 o 20% de los usuarios sufre dolencias o llegan a enfermar.
Según Daniel Alcalde, el síndrome del edificio enfermo está relacionado con edificios que están muy acristalados, con poca ventilación natural y poco protegidos de la insolación. Son muy estancos, tienen poca renovación de aire y están masificados de instalaciones eléctricas y aparatos electrónicos que hacen que nos carguemos electroestáticamente.
El arquitecto técnico señala que no es bueno tener aparatos electrónicos cerca como el cargador del móvil y que en la mesa del puesto de trabajo debemos evitar tener la instalación eléctrica debajo de nuestros pies.
No solo hay edificios con oficicnas están enfermos. Elisabet Silvestre también habla de casas enfermas ya que en los últimos años se han construido viviendas más herméticas y con materiales más sintéticos. Vivir o trabajar en un ambiente contaminado deriva en un incremento de enfermedades crónicas. La solución según la bióloga es cambiar el ambiente:
“Cuando se visualiza que la causa del problema de salud tiene que ver con el ambiente, la solución no está en tratar el síntoma en la persona sino en lo que lo causa en el ambiente.”
La tierra o la caña, materiales en la bioconstrucción
Recuperamos la bioconstrucción, es decir, utilizar elementos naturales, locales, respetuosos con el medio ambiente, reutilizables y sostenibles.
Con el tapial block, la empresa Fetdeterra adapta un material artesanal como es la tierra prensada al sistema de producción moderno e industrial. ¿Cómo es el proceso de fabricación de este bloque prefabricado de piedra? Lo explica la arquitecta Maite Sáenz de la Maza:
“Es un producto estandarizado y a partir de la formulación de la tierra, mezclamos las proporciones que nos dice la fórmula: ponemos el agua hasta conseguir la humedad óptima. Esta humedad nos dará la máxima densidad, por lo tanto, la máxima resistencia de este material. Montamos un encofrado e introducimos la tierra en el interior con capas de 15 a 20 centímetros. Las compactamos, volvemos a introducir la tierra y la volvemos a compactar y así vamos repitiendo la misma acción hasta llegar al coronamiento del muro.”
El tapial block es un material natural que transpira y regula la humedad y temperatura interior del edificio. Además, es aislante de las ondas electromagnéticas y acústicas. No tiene tóxicos, no genera residuos y se fabrica sin cocción, lo que disminuye las emisiones de C02.
Después del terremoto en Nepal el 2015, la ONG Conscious Impact inició unas tareas de reconstrucción para levantar colegios y casas con ladrillos de arcilla local. Un material más sostenible y que tiene mejor resistencia a posibles movimientos sísmicos. Su sistema de producción de ladrillos sigue el mismo concepto que el del tapial block aunque es más artesanal y se le añade algo de cemento a la mezcla de tierra prensada con agua.
La caña o el bambú son otro de los materiales naturales que Canya Viva utiliza en sus proyectos de bioconstrucción. En 2017 creó una enorme estructura de caña para el Festival Primavera Sound.
La biohabitabilidad
¿Qué es la biohabitabilidad? Para Elisabet Silvestre significa que los edificios tengan un ambiente saludable y se adapten a las personas:
“Sería hacerlos habitables desde el punto de vista de la biología humana. No hacer edificios y que luego las personas se adapten a esos espacios sino hacer espacios que estén diseñados según cómo funcionan las personas.”
La familia Hürlimann López encargó su vivienda, la Hulohaus, a la cooperativa Celobert, preocupada por una arquitectura sostenible, eficiente y saludable. El arquitecto Diego Carrillo la define como “una casa energeticamente eficiente, ecológica desde el punto de vista de la procedencia de los materiales y una casa saludable teniendo en cuenta la calidad del ambiente interior.”
Los materiales naturales tienen la particularidad que son transpirables al vapor del agua con lo cual la calidad del aire es mejor: “es como tener una camiseta de algodón o de poliéster”, compara el arquitecto. Por eso, la Hulohaus está construida con madera de abeto y para el aislamiento térmico se ha usado algodón reciclado obtenido, por ejemplo, de tejanos triturados. Para el revestimiento exterior se ha utilizado mortero de cal.
Existen otras promociones privadas residenciales que se preocupan por la calidad del ambiente interior. Es el caso de Espai Natura, un conjunto de viviendas que se ha edificado bajo la supervisión de House Healthy Buldings. Este proyecto ha conseguido la certificación energética A y cuatro hojas del sello Green Bulding Council, principalmente por su sensibilidad por el efecto de los materiales en la salud de las personas.
Como dice Elisabet Silvestre, “el fin último de la arquitectura es crear espacios donde se desarrolle la vida, espacios para la vida. ” Por eso, es clave construir casas y edificios en los que se tenga en cuenta la salud de las personas.