Sara Lúa, expulsada: "En el fondo nos llevamos todos fenomenal"
- La gallega ha sido la octava expulsada de MasterChef 8
- Le ha sorprendido que ninguno de sus compañeros haya sido repescado
- Iván y Adrienne eran sus grandes pilares
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Era una de las favoritas para llegar a la final de la octava edición de MasterChef 8, pero un mal día de la gallega ha hecho que Sara Lúa sea la octava expulsada del programa. Tras ser la mejor en la prueba individual, su capitanía en la prueba de exteriores no fue la mejor, lo que llevó a su equipo a una prueba de eliminación con muchas sorpresas, incluida su eliminación.
“No me trauma haberme ido en este programa porque al final yo fui ahí a aprender, a divertirme y a vivir la experiencia que para mí ha sido maravillosa. Es mucho mejor que te expulsen cuando te lo has pasado bien, que estas expulsiones que hay que la gente lo pasa fatal, que llora, que se desquicia, que ya saben lo que les espera”, nos cuenta la protagonista por videoconferencia. A pesar de todo, para ella fue una prueba divertidísima, muy amena y estaba muy orgullosa de su trabajo hasta el momento helado.
No entra a juzgar si su expulsión es justa o no, pero sí que dice que había platos mejores que el suyo. “A mí lo del helado se me fue la pinza. No sabía cómo se trabajaba con nitrógeno, ni la cantidad que había que usar, ni que luego había que meterlo en moldes”, explica Sara Lúa. Para ella, estar en primera fila fue una desventaja: “Al no poder mirar para atrás por estar tan pendiente de tu cocinado, no puedes ver lo que hacen tus compañeros. Si llego a estar en otro sitio pue a lo mejor veo que ellos lo metían en un molde”.
Su marcha nos mostró a un “gallo que llora”, como ha dicho el mismo Iván en el programa. Su compañero no pudo contener las lágrimas al despedirse de ella, pues como nos cuenta Sara Lúa, el gallego da una imagen que al final no es tan rudo y tan serio. “Es un tío súper sensible, muy buen amigo, muy buena persona y sobre todo muy buen compañero. Obviamente, tenemos una relación muy especial”. Él, junto Adrienne y Ana son las personas más importantes en esta aventura.
“Hay una competición sana”
Desde fuera se tiene la sensación de que existe mal rollo entre ellos, pero como dice la octava expulsada del programa, en el fondo no lo hay. “Parecen dos mundos paralelos, porque luego en el fondo nos llevamos todos fenomenal. Lo que pasa es que cuando te ves ahí, en esas cocinas, todos tenemos un objetivo común, que es llegar a la final. Sacamos todos lo peor de nosotros mismos, y todo aflora, pero lo que pasa en las cocinas se queda en las cocinas, y cuando salimos, la realidad es otra”, nos dice.
“Obviamente, hay perfiles que chocan más entre ellos”, añade, y lo dice sobre todo por los gallitos del corral que se han mostrado en el programa: Iván, Andy, José Mari y Alberto. “Es muy divertido. Yo creo que se cree ese tipo de salseos por decirlo de alguna manera, da un poco de juego, y al final tienen esa competición sana, porque yo creo que Andy va de frente e Iván es como que se enfada”, nos cuenta sobre el pique que tienen sus compañeros.
“Con Michael me llevo fenomenal”
Los concursantes de MasterChef han mostrado en alguna ocasión su desacuerdo con Michael, porque no les gusta su forma de trabajar, especialmente, en equipo. Una de ellas fue Sara Lúa, que en una prueba de exteriores no estaba conforme con la actitud del californiano. También en esta prueba de eliminación, en la que dijo que prefería que se marchara él.
Nos explica el por qué quería que él fuera el expulsado: “En esa prueba de eliminación tenía el corazón bastante divido porque con Ana y Alberto tengo una relación súper buena. Con Andy también me llevo muy bien y al final era un tema de afinidad. Con Michael me llevo fenomenal, pero de los que estábamos en eliminación prefería que se fuera Michael antes que mis otros compañeros”, nos cuenta.
Sin repesca, pero con nuevo concursante
El programa 7 de la edición no solo ha dejado la sorpresa de la expulsión de Sara, sino también la decisión de los jueces de no repescar a ningún ex concursante. Ella, como el resto de la audiencia, tampoco se lo esperaba. Es más, con todos cambios que está habiendo este año pensaba que iban a entrar dos.
Pero independientemente de lo ocurrido, su favorita para entrar era Adrienne: “Por su cocina, por cómo es ella, porque es una tía súper trabajadora y yo siempre la vi ganadora, desde el minuto 0. Yo pensaba que iba a entrar Adrienne y me sorprendió muchísimo que los jueces hablaran de que la actitud no fue positiva, porque me cuesta creer que Adrienne no tenga una actitud positiva. Y el resto de mis compañeros igual”.
Tras esta decisión, la prueba de eliminación traía más sorpresas: la llegada de los aspirantes en reserva para entrar en la competición, algo que no le pareció bien a Sara Lúa, pues la prueba de la repesca ya había sido, pero tampoco lo ve negativo: “Este tipo de competiciones te hacen a ti más fuerte. Te hacen a ti que puedas mostrar lo que has aprendido, e incluso, enseñarle al que tienes al lado de que se puede llegar ahí”, afirma.
Finalmente, Carlos es el nuevo aspirante en cocinas, Sara Lúa nos avisa de lo que puede llegar a mostrarnos: “No me sorprende que haya entrado. Es un tío con un nivel de cocina alto”. En cambio, cree que debería ser el siguiente expulsado, ya que ha tenido menos clases y puede tener un nivel más bajo en comparación a lo que han vivido el resto.
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