El precio de la risa de Paco Martínez Soria
- La historia del cómico es revelada través de entrevistas a grandes actores y personalidades del cine y teatro español
- Se trata del primer documental que profundiza sobre la figura de este emprendedor de las artes escénicas
- “El precio de la risa” se vuelve a emitir el domingo 31 de mayo a las 21:30h en La 2
“El precio de la risa” relata la vida de Paco Martínez Soria y muestra no sólo el personaje cómico que todos conocemos, sino el gran hombre, empresario y actor de cine y teatro que había tras él.
El documental da a conocer una imagen completa de él y del contexto de la época a través de películas y fotografías de diversos momentos de su vida y mediante entrevistas a expertos, actores, familia y amigos. Aparecen personalidades del cine y teatro español como José Sacristán, Emilio Gutiérrez Caba, Juan Mariné o Arturo Fernández. Además, su hijo Francesc descubre sus inicios en el mundo de la interpretación y la relación con su familia. Cuando el actor llegaba a casa se ponía sus gafas y en palabras de sus hijos “se acababa el humor”.
“El precio de la risa”, dirigido por Gabriel Lechón y producido por Temple Audiovisuales, rinde homenaje a Paco Martínez Soria después de 36 años de su muerte y es el primer documental que profundiza sobre su figura. Muestra los aspectos más desconocidos de su vida profesional así como su faceta más personal.
Contrastes
Al recordar la figura de Paco Martínez Soria nos viene siempre a la mente la imagen de un hombre de 60 años, con boina, acento aragonés, precursor del archiconocido idioma “spanglish” y desatado ante tanta mujer en plena dictadura. Su nombre también nos lleva a un tipo de cine, creado en el franquismo, que pretendía abrirse a Europa y dar una imagen de país “progre”.
En sus películas se puede ver un retrato de cómo era la sociedad española de aquella época. Temas como la religión, el sometimiento y cosificación de la mujer; la figura paterna en la unidad familiar, el baby-boom de los años 60 y 70, el racismo, la emigración rural, el proceso de modernización de la sociedad española, etc., aparecen reflejados en sus films.
Esta visión algo anticuada de la sociedad española que se trasluce en sus películas contrasta con la vida de Paco que tenía una visión del mundo totalmente diferente. Le trasladó a sus padres (un policía y una ama de casa católica) que quería ser actor. Un joven humilde del barrio de Gràcia consiguió convertirse en una estrella que movió cientos de miles de personas en los teatros y los cines. Fue un emprendedor que se arruinó varias veces, se recuperó y volvió a invertir.
El teatro, su pasión
La historia de Paco debe ser plasmada en pantalla para quitarnos el tópico del “sesentón paleto de pueblo”, para conocer sus orígenes en Tarazona y su vida en Barcelona. Conocer cómo empezó representando tragedia y drama, incluido a Shakespeare, y teniendo el valor de atreverse con la zarzuela.
La relación de Paco con el mundo del teatro es una de sus facetas más desconocidas para el público. Porque donde realmente se sentía cómodo era sobre las tablas de un escenario, y así lo demostró hasta el final de su carrera cuando, ya enfermo, siguió ofreciendo actuaciones casi hasta su último suspiro. El cine no era su mayor pasión, sino el teatro. “El cine es un pasatiempo en sí mismo. El cine es un principio para llegar a ese fin, que es el teatro”, afirmaba Paco.
Paco sentía amor por el teatro y estuvo subido a los escenarios hasta el final de su vida. Por ello, la mayoría de entrevistas del documental se realizaron en teatros como la Cineteca del Matadero en Madrid, el Teatro Victoria en Barcelona o el Teatro de las Esquinas en Zaragoza.
“El precio de la risa”
“El precio de la risa” es el precio que tuvo que pagar el propio Paco a lo largo de su vida. Precio económico, pues se arruinó en varias ocasiones, y precio anímico y personal, que tuvo que pagar en las larguísimas giras por toda España. Una España que pasaba hambre y que el poco dinero que tenía lo destinaba a comer. Giras con anécdotas memorables, como la temporada en el Teatro Cervantes de Sevilla donde la compañía estuvo un verano entero con 5 obras distintas en cartel y con la prohibición por parte de las autoridades de que los asistentes se desabrochasen sus chaquetas.
Y por supuesto, el precio familiar que tuvo que pagar viendo muy poco a su mujer y sus hijos. Bien por las largas giras o bien por los ensayos y representaciones en Barcelona, llegando a casa todos los días de madrugada. Paco era un trabajador y empresario incansable, obstinado y muy perfeccionista. Duro y exigente, incluso con su ego, como muchos artistas de esa época que empezaban a ser conocidos.