Lo que el 'photocall' se llevó: Samantha Vallejo-Nágera se enfrenta a sus 'looks' en la alfombra roja
- La jueza más estilosa de MasterChef no sigue modas, se divierte con la ropa y crea su propio estilo
- Mezcla colores vivos, estampados de todo tipo y las prendas más originales que colecciona en sus viajes
- ¿Sobreviven sus conjuntos al paso del tiempo? | Edurne | Ruth Lorenzo
Samantha Vallejo-Nágera pone el toque de color en el jurado de MasterChef, el concurso en el que brilla con sus estilismos elegantes, divertidos y siempre rematados con complementos XXL que no pasan desapercibidos. La audiencia pregunta con frecuencia por las prendas de la jueza y vuelve virales los modelitos que luce en el programa. Pero... ¿Cómo es el historial sobre la alfombra roja de Samantha?
Analizamos con ella las diferencias entre sus looks de trabajo y los que usa cuando vuela libre, imaginativa, original. Porque, para Samantha, salir bien vestida pero "demasiado sencilla" es una oportunidad perdida. Aunque no se arrepiente de sus estilismos pasados, su orgullo son las ocasiones en las que se muestra tal y como es: atrevida y sin miedo a mezclar, a lucir una prenda étnica o a armar un disfraz.
Sí al color, el folclore y el exceso
Cuando más se gusta a sí misma es cuando arriesga, aunque sus decisiones polaricen a los críticos de la prensa. Hace cinco años, en 2015, acudió junto a Jordi Cruz a la boda de su antigua compañera Eva González con un look que recibió comentarios variados: una falda estampada que le hemos visto en otras ocasiones, un cinturón étnico de pedrería y un chaleco retro de pelo verde, que Samantha combina con una pamela de disco fucsia con peletería de Elena Benarroch.
"A mí me parece ideal, yo es que soy muy así", dice. "Me gusta mucho el folclore y también tener fondo de armario y usarlo. Que no todo lo que llevo sea nuevo y comprado".
Por eso es una gran coleccionista de moda de todas las procedencias: "Compro prendas en mis viajes y me las pongo", nos cuenta, mientras comenta otro estilismo de 2013 en el que luce un excéntrico sombrero de cosaco y una chaqueta verde billar. "¡Rusa total! Soy muy yo. Esa chaqueta turca me encanta, es muy étnica, y el gorro también. Me lo pongo mucho cuando hace frío".
No tiene miedo de arriesgar y le encanta un buen disfraz, en su vida normal y cuando los eventos lo permiten. "A mí me gusta mucho hacer un poco el tonto, me divierte darle un poco de gracia a mis looks", cuenta, y estas elecciones son una constante en su vestuario de la que se siente muy orgullosa. En 2018 posaba junto a su hermano, Colate, en una velada de Halloween a la que acudió disfrazada de bruja: "Con chaqueta de domador, infantil... ¡Como soy yo!"
En su armario conviven tules, medias, bolsos de todas las formas y accesorios de todas las clases. Siempre guarda un as en la manga y un conejo en la chistera, como demostró en otro look de 2013 coronado con un toque especial que argumenta con la mayor naturalidad: "A las cosas de magia hay que ir con sombrero de copa".
Con la ropa se divierte, crea y se expresa, un espíritu que también queda patente en los looks 'working' de la chef. Samantha es la propietaria de un catering con el que se pone al servicio de distintas marcas en varios eventos. En sus apariciones públicas de trabajo suele vestir de negro, pero sus fotos demuestran que la discreción y la profesionalidad no son incompatibles con la originalidad sobre la alfombra roja.
"Me gusta tematizar con el evento, con la marca y con el color", al verse frente al photocall en el que en 2013 representó a una conocida firma de cerveza en la feria ARCO. La base del modelito es sencilla, sí, pero le da la vuelta a esta premisa al atreverse con una riñonera fucsia y unas raíces verdes, al más puro estilo Billie Eillish, que sus camareros también lucieron a juego.
El conjunto que horrorizó a Samantha
La jueza de MasterChef se ha mostrado orgullosa de casi todos sus estilismos, pero no del que lució en 2013 para la rueda de prensa de la primera edición de un programa. Con un pantalón naranja, una camiseta azul que tilda de "horrorosa" y un collar de berberechos -que sí que le gusta-, a Samantha no le gusta lo que ve: "¡Voy horrible! Vaya cambiazo".
Y es que el azul es, según nos cuenta, su más absoluto punto débil. Prefiere el rosa: "Me gusta ponerme de colores cuando voy a cosas mias. Rosa, rojo, colores fuertes... menos el azul".
Si tuviese que eliminar una prenda para siempre de la historia de la moda, elegiría los pantalones pirata con muchos bolsillos. Y se agarraría bien fuerte a sus pantalones favoritos, unos pitillos con estampado de leopardo que considera su "chándal de photocall" y que ha lucido en muchas ocasiones.
¿Sobreviven sus looks el paso del tiempo?
Samantha Vallejo-Nágera define su forma de vestir y nos da su veredicto. "Soy clásica pero tengo mi propio estilo, no sigo la moda, mezclo cosas. Me gustan los pantalones sueltos comodos, los pañuelos de flores, de colores, la raya. Me gusta cambiar de look y no ir vestida siempre igual. Estos looks sobreviven al paso del tiempo porque, aunque hay de todo, sigo siendo yo".
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