La emoción de Pepe Rodríguez al reabrir El Bohío cuatro meses después
- La crisis del coronavirus obligó a todos los hosteleros a cerrar sus negocios
- La grabación de la final de MasterChef aún se produjo en pleno Estado de Alarma
- Ana ha sido la ganadora de Masterchef
Uno de los sectores más afectados por la crisis del coronavirus ha sido el de la hostelería y eso lo saben en Masterchef. Durante meses, los bares y restaurantes han permanecido cerrados y sin llenar de manjares sus mesas. Es el caso de El Bohío, el restaurante que Pepe Rodríguez tiene en Illescas, Toledo, y que ha abierto sus puertas para acoger la final de MasterChef 8 ante la gran emoción que le suponía al chef con una estrella Michelin.
Cuando empezaron a preparar la temporada, cuenta en el programa, Pepe tenía claro que la gran final debía debatirse en su restaurante. Sería su manera de darle las gracias al programa por haberle cambiado la vida. Lo que no se imaginaba el toledano es que iba a tener que hacerlo en un Bohío cerrado y sin comensales.
Un Pepe súper emocionado al volver a entrar en su restaurante
Cuando se grabó la final de MasterChef, los restaurantes aún estaban cerrados por el Estado de Alarma que regía en ese momento. Hacía cuatro meses que Pepe no entraba en su restaurante, de ahí su emoción al volver a pisarlo. “Vaya tela. Cuatro meses sin entrar llevo. Se me cae el alma a los pies”, decía a sus compañeros, Jordi y Samanta, que se quedaron impresionados al ver la última reforma del local: “Aquí huele a dos estrellas Michelin”, dice Samanta. “Sí, para hablar de estrellas estamos aquí”, responde un desanimado Pepe ante la triste situación de la hostelería. La primera la consiguió en 1999.
La historia de El Bohío se remonta hasta antes de la Guerra Civil Española. Tal y como le vemos ahora en las imágenes, o los que tienen la suerte de poder visitarlo, se hace difícil imaginarlo como un bar de carretera en el que una cubana, la abuela Valentina, servía menús diarios a aquellos que viajaban entre Madrid y Toledo. De generación en generación, El Bohío ha cambiado de manos sin salir de la familia hasta llegar a ser lo que es hoy: el restaurante que Pepe siempre había querido tener por lo que verle así le duele más que nunca.
Así le ha cambiado la vida MasterChef a Pepe Rodríguez
“Bienvenidos al mejor pueblo del mundo, bienvenidos a Illescas. Debo confesar que hoy tengo sentimientos encontrados. Cuando Samanta, Jordi y yo preparamos esta temporada lo tuve claro: teníamos que hacer la gran final aquí, en El Bohío. ¿El motivo? Que MasterChef a mí también me ha cambiado la vida”. Así comenzaba el discurso de bienvenida a Iván, Alberto y Luna, los tres concursantes que lucharían por una chaquetilla en el combate final, pero no terminaría. Las palabras que continuaron hicieron conocer un poco más cómo ha influido el concurso en el chef.
“Cuando me llamaron para ser juez, estaba en una situación muy complicada, pero muy complicada. Los negocios son así y por más ilusión que le pongas no siempre cuadran las cuentas. Vamos, que estaba al límite. Pero bueno, ocho años después y ocho ediciones después, puedo decir con orgullo, no solo que El Bohío sigue en pie, sino que he tenido la gran suerte de poder transformarlo en el restaurante que siempre he soñado”. Buenas bonitas palabras que demuestran que gracias a MasterChef, los sueños se pueden cumplir.
“Pero el coronavirus se ha interpuesto en nuestra vida y El Bohío lleva cuatro meses cerrado”, continúa diciendo a los aspirantes, a lo que ha intentado motivar de la mejor manera posible: “vosotros vais a ser los primeros en encender los fogones. Los primeros y por desgracia también los últimos, porque por más que me duela, aún queda un rato largo para que los hosteleros podamos recuperar la normalidad en nuestros negocios”.
“Y si os cuento todo esto aspirantes no es para que estéis tristes, todo lo contrario. Una vez más, MasterChef ha sacado su varita mágica y nos ha permitido seguir cocinando sueños en mitad de una pandemia”, termina diciendo en un discurso que ha llegado a emocionar a Luna y a todos en nuestras casas: “El discurso de Pepe ha sido brutal. Tiene una humildad increíble y es un guerrero”.
Después de la prueba, Pepe no ha querido desaprovechar la oportunidad de agradecer a Luna, Alberto e Iván que las cocinas del Bohío se hayan vuelto a encender gracias a ellos: “Quiero que sepáis que para mí ha sido un orgullo reabrir el Bohío, aunque hayan sido solamente unas horas, con vosotros tres al mando de los fogones”.
Pepe y todos los integrantes de MasterChef tienen un especial cariño a este restaurante, por eso, para terminar la prueba, el toledano ha querido decir el grito de guerra juntos a todos los duelistas de MasterChef Junior: “¿Cuál es el mejor restaurante del mundo? El Bohío”
El menú y su reapertura
“Qué pena que no esté Juana para conocer El Bohío, ¿verdad?” decía Samanta a los tres finalistas. Pero no se preocupen. Tanto Juana como todos pueden disfrutar de nuevo de los manjares que Pepe tiene en su menú, pues las puertas del restaurante han vuelto a abrirse y ya pueden hacerse reservas en su página web.
Platos como los que Iván, Luna y Alberto preparan en la dura prueba de exteriores con elaboraciones míticas del restaurante como la gamba roja o uno de los postres estrella del restaurante, El Asiático.
Iván jugaba en casa
El primero en encender los fogones ha sido Iván: “Inaugura la cocina del Bohío después de cuatro meses apagada”, le ha dicho un emocionado Pepe al concursante.
Pero había algo más detrás. Como han bromeado durante el programa, jugaba en casa. El gallego ha sido el caballito ganador del miembro del jurado durante todo el concurso, e incluso le ha invitado a formarse en las cocinas donde hoy ha conseguido su chaquetilla para el combate final con Andy y Ana.