Alberto y Luna: "Nos queremos un montón, pero tampoco hemos puesto etiquetas a nada"
- Los dos aspirantes han quedado en la cuarta y quinta posición del concurso
- La pareja recuerda sus mejores momentos en MasterChef con RTVE Digital
- No te pierdas todo lo que han contado con este video
Luna y Alberto han terminado MasterChef después de la gran final en la que Ana ha sido la vencedora de la edición. Pero la aventura de verdad empieza ahora para ellos.
RTVE Digital ha tenido una cita con la pareja de moda para hablar de su paso por el programa, de cómo les ha cambiado la vida, han repasado sus mejores momentos y también han hablado de su relación.
Una vez finalizado el concurso, Alberto tiene sensaciones muy buenas sobre su paso por el programa: “Se puede ver un Alberto bastante diferente al del principio”. Además de sacar su parte más sentimental, también ha sacado todo lo que sabe de cocina, y ahora quiere dedicarse a ello. “Me quedo con cambio que he hecho a nivel personal, porque hace cinco o seis meses no me habría imaginado nunca que yo sería una persona así, más abierta”, termina diciendo a lo que añade Luna: “Yo he conocido a sus amigos y lo que me han dicho es que este hombre parece otra persona. Está irreconocible. Dicen que de repente abraza y besa, y antes no lo hacía”.
¿Cómo se conocieron?
Todos pensamos que Luna echó el ojo a Alberto en el primer cocinado de MasterChef, pero no, fue un día antes. Ella misma nos lo cuenta en el vídeo que abre la noticia: “El primer día nos juntaron a todos en hotel, e hicimos dos rondas de presentación, pero antes de eso estábamos todos juntos”. Ahí fue donde se fijó en un moreno de Barcelona muy guapo que él, de lo nervioso que estaba ese día, ni sabía que estaba la canaria: “Yo iba tan a mi bola que no me fijé ni en esta chiquilla” recuerda el catalán.
Tanto Luna y Alberto recuerdan cómo fue esa priemera prueba en el que a él le dicen que no entra en MasterChef, pero que luego Luna es la encargada de darle el delantal con una segunda oportunidad. Este es el momento que el cuarto clasificado siempre recordará del programa: “Cada vez que lo veo se me ponen los pelos de punta, como de emoción del momento. Lo voy a recordar siempre”. “Yo me olvidé de mi hermano, me olvidé de todo el mundo. Solo buscaba a Alberto”, cuenta Luna, dando a entender que para ella también es un momento muy especial.
“Él es de fuego lento y yo de ron y flambear”
Ahora se quieren mucho, pero no siempre ha sido así. Luna ha intentado conquistar a Alberto desde el primer momento, él no quería saber de ella: “Al principio creo que le daba miedo a este niño porque ni me miraba. Se me resistía, pasaba de mí en canoa, no sé cómo explicarte. Y de repente, pues eso, maravilloso”, narra la de Lanzarote.
“Yo siempre he sido de ir poco a poco”, le recuerda él en la conversación. “Él es de fuego lento y yo de ron y flambear”, añade Luna con esa metáfora culinaria. Alberto cuenta además su primera impresión de la canaria: “Yo al principio pensaba qué le pasa, habla como raro, debe estar actuando. Pero no, te das cuenta que es como es”.
“Tampoco hemos puesto etiquetas a nada”
Y así surgió el amor que se confirmó en con un esperado beso en la gran final. ¿Pero por qué no lo vimos antes? “Surgió así, no había habido la ocasión, ni el momento más emotivo o sentimental. Él es bastante tímido y para que me haga una cobra… Pero ya la final sí, me lanzo y que sea lo que dios quiera. Y quedó bonito”, nos cuenta la pareja.
Todo ha sido tan natural y lo han dejado fluir que… ¿Y ahora qué pasa con la pareja? “Tenemos una relación súper bonita y súper especial, nos queremos un montón, pero tampoco hemos puesto etiquetas a nada”, nos cuentan en la entrevista que puedes ver en vídeo al principio de esta noticia, aunque, entre risas, han dicho que tienen una conversación pendiente.
“Pero es lo bonito, nos llevamos súper bien y al final tanto tú como yo venimos de estar con relaciones largas y es disfrutar el momento muy bonito. Al final es eso, dejar fluir y que surja” responde Alberto. Luna está pasando ahora unos días en Barcelona, pero ahora es él quién irá a conocer Lanzarote, y después estarán juntos en Madrid. Deben recuperar el tiempo que han pasado separados por el Estado de Alarma sin mirar más allá del futuro, disfrutando el momento.
Con planes de futuro entre fogones
Lo que tienen claro es que planes empresariales de futuro sí que no harían. No, lo sentimos por los seguidores de la pareja, pero no montarían un restaurante los dos: “No juntos no, sería imposible”. Eso sí, nos dicen cómo se llamaría: Lunerto.
En cambio, los planes de futuro por separado están bastante claros. Jordi, con unas bonitas palabras que han hecho llorar anoche durante la emisión a Alberto, ya le ha dicho que tiene las puertas del ABaC abiertas, pero él aún no se ve preparado para unas cocinas de ese nivel. Quiere empezar desde abajo: “He hablado con un par de amigos míos que tienen restaurante, y mi intención ahora es aprender en la cocina, porque al final no dejamos de ser amateurs. Primero aprender con ellos y cuando crea que tenga el nivel adecuado, porque entrar en la cocina de Jordi son palabras mayores, hablaré con él y a mí me encantaría trabajar ahí.
Luna, que se siente muy feliz y agradecida, también quiere formarse. “Seguir aprendiendo, seguir evolucionando y lo que quiero es unir la parte de cocina, con mis recetas saludables. A lo mejor me hago un curso de nutrición, que me gusta muchísimo. Y quiero llegar a escribir un libro de recetas ricas en buen humo, como digo yo”, dice la canaria, y añade que también quiere crear eventos en los que se pueda integrar el yoga, la meditación y shows de cocina.
La buena relación que tienen con los jueces
Luna y Alberto nos han contado la relación especial que tienen con Samanta, Pepe y Jordi. “Yo me llevo el corazón que tiene esta gente, la calidad humana, cómo nos han arropado. Es verdad que nos han dado caña, que han sido súper rectos y estrictos, pero esa manera de estar a nuestro lado, me voy con eso. Yo a Pepe le quiero con locura, bueno a los tres”, cuenta Luna a RTVE Digital.
“Hasta que no los llegas conocer en persona no te das cuenta de cómo son. Un simple gesto como el de Jordi, cuando me lo encontraba muchas veces entre pasillos, cogía y me hacía un gesto que a lo mejor el espectador no ve, y son con lo que te quedas”, añade Alberto, que cuenta que Samanta los llamó cuando estaban confinados en la casa: “Fue súper guay para nosotros”.