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Este retrato de Isabel II lo hizo una artista española, y este fue el gran reto al que se enfrentó

  • La autora pudo ver la reacción de la monarca al descubrir la obra por videollamada
  • Tardó siete meses en pintar el cuadro y dice que le sorprendió el humor y calidez de la reina

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Miriam Escofet, durante el proceso de creación del retrato de Isabel II.
Miriam Escofet, durante el proceso de creación del retrato de Isabel II.

Viajamos a 2020. Ese año, la artista española Miriam Escofet dio a conocer su última obra y lo hizo bajo la atenta mirada de la reina de Inglaterra, Isabel II. Se trata de un retrato de la monarca británica, de 94 años, que fue encargado por la Oficina de Asuntos Exteriores y Commonwealth (FCO) de Reino Unido como "tributo al duradero servicio de Su Majestad". "Retratar a la reina ha sido un honor. Nunca en mi vida me lo podía imaginar", ha expresado la autora en una entrevista en exclusiva para RTVE Digital. "Pintar un retrato es un proceso muy íntimo durante el que se crea un vínculo entre el artista y la persona que está pintando. Por eso era importante para mí ver la reacción de su majestad. Ella estaba feliz y sonreía ampliamente al ver el retrato".

El acto de presentación del retrato tuvo lugar por videollamada y fue organizado por Sir Simon McDonald, subsecretario de Estado permanente de la FCO y jefe del Servicio Diplomático. También asistieron al evento Sanjibita Tariang (de la Alta Comisión Británica en Kolkata, India) y Aletheia Bligh-Flower (jefa conjunta de salud global de la FCO).

Retrato de la Reina Isabel II, de Miriam Escofet. Miriam Escofet

Escofet dijo que estaba nerviosa a la hora de destapar su obra, pero después se relajó e incluso compartió bromas con la soberana. "En la taza de té del cuadro pinté las insignias de la FCO. Su majestad comentó que no había té en la taza y yo respondí que había sacrificado el té por el simbolismo. Fue un intercambio gracioso", ha señalado. Precisamente, el sentido del humor de Isabel II es uno de los aspectos de su carácter que más sorprendió a Miriam Escofet durante el tiempo que compartió con ella:

Quería representar a la persona que hay detrás de la cara icónica

"Al conocer a la reina por primera vez, me sorprendieron varias cualidades. En primer lugar, su resplandor, pero también su agudeza, su sencillez, su humor y su calidez [...] Y este era el mayor reto a la hora de pintar la cara más conocida del mundo. Quería representar a esa persona privada que hay detrás de la cara icónica".

Detalle de la taza de té en el retrato de la reina Isabel II. Miriam Escofet

Una obra de arte cargada de simbolismos, para la que la artista ha empleado siete meses y dos sesiones con la jefa del estado británico. La primera toma de contacto tuvo lugar en el Castillo de Windsor en julio de 2019, aunque Escofet ya había visitado la residencia anteriormente para hacerse una idea de la composición del lugar y decidir qué elementos incluir en el retrato. La segunda se produjo en el Palacio de Buckingham y se centró en captar las expresiones faciales.

La reina intenta tranquilizarte y puedes entrar en conversación con ella sin dificultad

"Tiene mucha experiencia en ser retratada y se entrega completamente a lo que el artista requiere. Por supuesto, hay una cierta precaución y reserva por su parte, que es de esperar. Pero también intenta tranquilizarte y puedes entrar en conversación con ella sin dificultad", ha señalado la retratista.

Boceto del retrato de Isabel II, pintado por Miriam Escofet M. E.

El retrato de Isabel II, con lupa

Los meses de confinamiento le sirvieron para estar centrada 100% en este proyecto sin distracciones del exterior. Pero ¿por dónde se empieza a pintar un cuadro de la Reina de Inglaterra? La autora reveló que siguió su técnica de siempre, empezando a pintar el fondo y elementos clave que forman el espacio pictórico. Cada detalle nos da información sobre la protagonista del cuadro, elaborado con una técnica lenta y laboriosa, donde la luz y la profundidad tiene especial relevancia. Un ejemplo de esos elementos que definen la personalidad de Isabel II son las flores, que según Escofet, son una alegoría visual muy sutil del tiempo y hace referencia a su largo reinado.

Detalle de las flores en el retrato de la reina Isabel II. Miriam Escofet

El vestido lo escogió la pintora atendiendo principalmente al color, que complementa los tonos dorados de la silla. "Además el tejido de la prenda tenía una textura muy interesante. Me encanta pintar texturas y materiales", ha añadido. Detrás de la monarca aparece parte del retrato de la Reina Charlotte con su perro (de Thomas Gainsborough, 1781) que muestra la pasión de su majestad por los perros. Los perros en las pinturas simbolizan fe y lealtad, atributos que también posee la reina a juicio de la experta.

Miriam Escofet, durante el proceso de creación de la obra. M. E.

Una artista hiperrealista

Miriam Escofet nació en Barcelona en 1967 pero con tan solo 12 años se mudó con su familia a Inglaterra, donde se graduó en Diseño 3D por la Brighton School of Art. Su obra ha evolucionado a lo largo de los años pero tienen un nexo común: describen el espacio, volumen, atmósfera a través de una pintura hiperrealista.

"An Angel at my table", retrato pintado por Miriam Escofet. Miriam Escofet

Ha exhibido en galerías de Reino Unido y en países de toda Europa, como Francia, Italia o España. En varias ocasiones ha sido candidata a llevarse el prestigioso galardón BP Portrait Award, hasta que se alzó con él en 2018 por la obra "An Angel at my table" (Un ángel en mi mesa), en el que retrató a su madre. "Ganar el premio fue increíble y clave de mi carrera. Además, conseguirlo con el cuadro de mi madre lo hizo aún más especial porque es una obra muy personal para mí. Y fue el motivo por el que me eligieron para pintar a la reina".

Miriam Escofet y su madre posan frente al retrato "An Angel at my table". Miriam Escofet

En cierta medida cree en el dicho de "Nadie es profeta en su tierra", aunque su caso es diferente ya que ha vivido la mayor parte de su vida en Inglaterra. Este hecho ha sido fundamental para desarrollarse como profesional ya que considera que Londres ofrece más oportunidades a los creativos y es uno de los centros de arte más importantes del mundo.

Sin embargo, ha apuntado que, aunque en nuestro país no tenga tanta fuerza desde el punto de vista del comercio del arte, "en España hay grandes pintores y una historia y patrimonio impresionantes. Y con eso gana prestigio y reputación".Entre sus aspiraciones no está la de pintar rostros famosos por el hecho de su popularidad, sino caras que reflejen el carácter del sujeto: "La fama y el renombre a veces pueden ser obstáculos para lograr un buen retrato". Pero puestos a elegir, nos ha contado que siempre le llama la atención el científico y naturista británico, David Attenborough: "Sería un sujeto fantástico para un retrato. No sólo porque tiene una cara muy interesante, sino por toda la alegoría y la narración que se podría incorporar en el cuadro".

Sería fabuloso hacer una versión moderna de Las Meninas

Y, ¿se ve pintando a los reyes españoles? Escofet ha subrayado es retratar a un monarca es un honor, pero también supone una tarea arriesgada ya que no siempre resulta un éxito. Eso sí, piensa que "sería fabuloso hacer una versión moderna de Las Meninas".