Lindsay Lohan: caída y recuperación de una 'chica mala'
- Lindsay Lohan se vio inmersa en las dinámicas de Hollywood desde niña, el rostro más popular de los años 2000
- Cuando sus problemas de adicción y de conducta salieron a la luz, la industria la despachó como 'juguete roto'
- Irreconocible, agradecida y reconciliándose con su pasado: así ha cumplido 34 años
Empezó su carrera como modelo cuando tenía tres años, y cuando cumplió diez ya era prácticamente una veterana: en 1998 protagonizó Tú a Londres y yo a California y entró en el universo Disney por la puerta grande, considerada por el público y la crítica como la gran promesa del entretenimiento. Apareció junto a Chad Michael Murray en Freaky Friday y consolidó su estatus de icono adolescente en Chicas malas, uno de los clásicos imperecederos de los años 2000. Y, tras más de quince películas y decenas de apariciones televisivas, el estilo de vida de Hollywood se le vino encima.
La segunda mitad de la década fue explosiva para Lindsay Lohan: una carrera musical fallida, problemas con su familia y las peores críticas a su vida personal y su aptitud fílmica dieron un giro a la actitud de la prensa. En medio de una espiral de drogas, accidentes y tribunales, era constantemente escrutada y descalificada, y ella reaccionaba: sacando pecho y multiplicando los excesos ante su atenta mirada, retaba a la agresiva atención mediática mientras entraba y salía de rehabilitación.
Fue víctima de su pareja, el millonario ruso Egor Tarabasov, que aparecía pegándola en unas grabaciones que se hicieron públicas. Y, poco después de cumplir los treinta, decidió 'desaparecer' y abandonar los Estados Unidos: “Mi pasado tiene que permanecer en el pasado", declaró al The New York Times. "La gente tiene que soltarlo y dejar de mencionarlo porque no está... se ha ido. Está muerto”.
Ahora, prepara su vuelta a las pantallas después de ganarse la vida como empresaria. ¿Qué ha pasado con Lindsay Lohan?
Fábrica de dinero para Disney
De niña, su rostro apareció en más de cien anuncios y en una serie de televisión antes de convertirse en la promesa Disney. The Parent Trap ('Tú a Londres y yo a California') logró una recaudación millonaria y se convirtió en la comedia infantil más icónica de la década. Interepretando el doble papel de dos gemelas separadas, que se encuentran fortuitamente y conspiran para reconciliar a sus padres, ganó su primer premio de popularidad y un contrato para hacer tres películas más: Life-Size ('Una auténtica muñeca') y Get a Clue ('Jóvenes periodistas'), a las que siguió el éxito de Freaky Friday.
Titulada Ponte en mi lugar en España, fue puesta en valor por varios críticos profesionales y sigue siendo, aún hoy, el mayor éxito comercial de su carrera: la lanzó a los MTV Movie Awards y propició otro rol protagonista en Disney y su primera película independiente fuera de la compañía: Mean Girls ('Chicas malas'), la cinta firmada por Tina Fey que protagonizó junto a Lizzy Caplan, Amanda Seyfried y Rachel McAdams.
Quince años después, Chicas malas sigue siendo un 'clásico moderno' de culto: lemas como "Los miércoles nos vestimos de rosa" se imprimen sobre artículos de merchandising y su fecha señalada, el 3 de octubre, se conoce informalmente como el Día Internacional de la película. Lohan ganó tres premios Teen Choice, firmó otros contratos millonarios y se hicieron sobre ella reportajes y muñecas: era la niña dorada de Hollywood.
Transición adulta y caída libre
En el año 2007 protagonizó, junto a Chris Pine y la banda británica McFly, la película -y extraña maniobra comercial- Devuélveme mi suerte, que supuso su primer fracaso y una nominación a la peor actriz. Tomó nota, y a partir de entonces trató de labrarse un nombre en películas más adultas junto a personalidades notorias: trabajó junto a Meryl Streep, Sharon Stone o Jane Fonda, grandes mitos de Hollywood que sólo tuvieron buenas hacia su presencia, su personalidad y su talento como actriz.
Pero, en su vida privada, se encontraba ya en el centro del huracán. Según la biografía de los integrantes de McFly, la actriz ya consumía cocaína en el rodaje de Devuélveme mi suerte. Y, según su padre, fue en este set donde sufrió su primera sobredosis. En el rodaje, llegaba tarde, armaba escándalos o se olvidaba de sus frases, convirtiendo el trabajo en "un infierno" para los miembros del equipo y en un desagüe del dinero de los productores, que extraoficialmente la culparon del fracaso comercial.
Chris Pine (Wonder Woman, Star Trek) describió trabajar con Lindsay Lohan en este periodo como "Un verdadero ciclón de locura, como estar alrededor de los Beatles. Era fascinante de ver, y con perspectiva también un momento de claridad en mi vida: pude ver lo maravilloso que era lo que estábamos haciendo mientras era consciente, también, de todos sus peligros".
Hizo cameos televisivos, apariciones en revistas y películas, y de todos sus espacios profesionales tenía que espantar a la prensa: fue detenida por conducir borracha y por llevar cocaína, y los juzgados la enviaron seis veces a rehabilitación. Su padre también tenía un historial carcelario, principalmente por cuestiones de fraude, y su explosión corrió paralela al divorcio de sus padres. Hasta una entrevista con Oprah en 2014, Lohan seguiría negando su adicción al alcohol: decía que sus pasos por clínicas tenían que ver con "buscarse a sí misma" y su necesidad de pasar tiempo a solas, aunque su vida personal iba en caída libre.
Siempre habló de la atención mediática como un fastidio indeseado, pero nunca pudo evitarlo: salía de fiesta con Britney Spears, una amistad que se hizo pedazos, y rompió todos los records de ventas de Playboy cuando apareció en su portada, disfrazada de Marilyn Monroe. Siguió entrando y saliendo de rehabilitación mientras interpretaba papeles en línea con las actitudes turbulentas que representaba, como el biopic de Elizabeth Taylor, Liz & Dick, donde se puso en la piel de la actriz.
Recuperación, lejos de Estados Unidos
Tras su entrevista con Oprah, un recorrido en profundidad por toda su vida, dejó los Estados Unidos para trabajar en Europa: hizo obras de teatro, películas y televisión en Bélgica y en el Reino Unido. Y, a mediados de 2016, se filtró un vídeo que mostraba una agresión de su novio, el millonario ruso Egor Tarabasov, con el que estaba viviendo en Londres: "Por favor. Casi me mata", le decía ella por el balcón a un vecino.
Tras este episodio de violencia de género, Lindsay Lohan dejó atrás el mundo del espectáculo: se mudó a Dubai, donde trabajó como empresaria de fiestas, y después a Grecia, donde abrió un 'beach club' que sería objeto de un breve reality de la MTV. En Europa, ha hecho su aparición en varias entregas de premios, fiestas y eventos de moda, también en nuestro país.
En julio del año pasado formó parte del jurado de un talent australiano, y se ha mantenido en relativa oscuridad hasta este verano, cuando pretendía hacer su retorno a la gran pantalla en un rodaje que se vio truncado por la crisis del coronavirus. Por su actvidad de estos últimos meses, parece que se está reconciliando con su pasado: durante el confinamiento participó en el reencuentro del elenco de Tú a Londres y yo a California, y se ha mostrado interesada en participar en un 'reboot' de Chicas malas.
El pasado 2 de julio cumplía 34 años y declaraba encontrarse, por fin, en un lugar tranquilo de su vida: “Es mi cumpleaños y he tenido un día realmente bonito”, decía al principio del video que compartió en Instagram. “Estaba pensando en cuántos cumpleaños extravagantes he tenido, y en la suerte que tenemos de estar rodeados de las personas que nos quieren y las personas que queremos, y lo simple que es el secreto", decía la actriz, conmovida por la situación global. “Ahora tengo 34 años y estoy muy feliz y agradecida de tener buenas personas en mi vida, y espero compartir eso con otros en mi trabajo y en todo lo que haga de aquí en adelante”.
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