Baños de sonido, el poder del Gong
- Jessica Alba, Brad Pitt, Gisele Bündchen y Richard Gere disfrutan de la magia del Gong.
- La onda del gong "permite llevarte, mental y espiritualmente, a un estado de calma", dice Inma Blanquer
Los actores Ricard Gere, Jessica Alba y Brad Pitt y la modelo Gisele Bündchen ya han caído rendidos a la magia del Gong. Un instrumento único que permite alcanzar un profundo estado de meditación y que se utiliza como terapia, ya que su sonido y su vibración provocan un estado de profunda relajación. "Los seres humanos somos fundamentalmente agua y a través de este elemento se transmite el sonido. "Permite llevarte mental y espiritualmente a un estado de calma, armonía y paz, consiguiendo hallar en silencio muchas respuestas”, dice la doctora Inma Blanquer, responsable de Assari.
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Los baños de sonido tienen muchos adeptos, también en España. El Gong es un instrumento sagrado y ancestral que, según los expertos, tiene su origen en el sureste de Asia. Los primeros datan del 500 a.C. pero hasta la década de los 70 del siglo XX no alcanzaron popularidad en Occidente. Los primeros llegaron a EE.UU. cuando Yogi Bhajan democratizó el Kundalini Yoga, práctica antes solo reservada para los maestros. Se usó como instrumento de música, sobre todo en festejos señalados de carácter religioso y ritos funerarios pero ahora se aprecia más como fuente de energía para la sanación interior.
Los hay de distintos materiales y depende cómo se golpee, y con qué se haga, emite una gran variedad de tonos en un espectro continuo de sonido, lo que produce una onda de vibración que conecto con la energía mental y la física. Es decir, masajea el cuerpo a la vez que el sonido acaricia la mente y los sentidos. Esa onda es la que utilizan los profesionales para obtener beneficios para las llamadas enfermedades del primer mundo: reduce el estrés mental y emocional, y además invita a una profunda relajación que templa el sistema nervioso, elimina toxinas y canaliza la energía a la vez que la potencia.
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Dejarse llevar por la vibración es como un baño, cambiando las olas por las ondas. Son muchos los que aprecian que no haya contacto físico con otras personas, ni tampoco con elementos como el aceite o el agua. Solo las ondas, viajando desde el gong al cuerpo para que se traslade a un estado de intensa relajación. "La experiencia es como estar envuelto en una burbuja donde te fundes dentro del campo de sonido que abarca todo el 'ahora'. Físicamente se percibe la vibración en todo el cuerpo, tanto a nivel osteomuscular, como en los diferentes sistemas e incluso el celular", dice la doctora Blanquer.