Concha Piquer: el arte en vena y la copla por bandera
- Concha Piquer tenía voz prodigiosa y una personalidad fuerte
- Trabajó en Broadway y volvió con un gran éxito
- Se casó con el torero Antonio Márquez después de ser su amante
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Su nombre se conoce en todo el mundo y casi siempre le precede un "Doña", Concha Piquer es una de las artistas más grandes de la canción. Y aunque hay dudas y un eterno enfrentamiento con Rocío Jurado por el título, cierto es que la cantante es una mujer de bandera con un voz arrolladora. Lo hemos podido ver esta semana en el documental de Lazos de sangre, donde hemos recordado los momentos más importantes de su carrera.
De Valencia a Broadway
Concha Piquer nació en Valencia en 1908, en aquel momento nadie se imaginaba que se convertiría en una de las mejores cantantes de la copla española. Pronto comenzó sus estudios de canto y con tan solo 11 años debutó en el Teatro Segueros de Valencia. Su ciudad la vio en su gran estreno, pero tuvo que irse a Nueva York para terminar de triunfar.
El composito Manuel Penella la contrató para la representación de su ópera El gato montés en la ciudad neoyorquina, donde Piquer cantó en el entreacto conquistando a una gran parte del público. Así comenzaría su andadura en tierras estadounidenses, una aventura que duraría cinco años y en la que tendría trabajos de gran envergadura. Durante esos años siguió actuando en musicales y probó suerte en el cine, donde tuvo un papel en El cantor de jazz (1927), la primera película sonora de la historia. Tras su regreso a España también hizo grandes películas como La Dolores (1940) o Filigrana (1949).
La más grande de la copla
Sin embargo, donde obtuvo más éxito fue en su papel como cantante de copla, supo llevar a lo más alto este género español. Miguel Poveda sitúa en ella el origen del propio estilo, "Concha es la madre de la copla, la raíz". Incluso Lorenzo Caprile, reconocido admirador del género afirma que es "todo un mito" para los que les gusta la copla.
No nos extraña, canciones como Ojos verdes y Romance de la otra consiguieron un gran éxito precisamente por su interpretación. La primera ni siquiera fue compuesta para ella, pero no fue hasta 1937 cuando ella la grabó cuando se convirtió en todo un éxito. Romance de la otra consiguió muchos comentarios precisamente por su temática. Fue una canción que dedicó a Antonio Márquez, hablando de su relación durante el tiempo en el que fueron amantes. Fue toda una reivindicación de la mujer adelantada que era.
"Cantaba y se movía el suelo", así de rotundo suena Fernandisco que resume el sentimiento que producía en toda España la artista.
Rivalidad con Rocío Jurado
En 1961 una joven Rocío Jurado aparecía en el panorama musical e intentaba eclipsar a Concha Piquer, si lo consiguió o no, es algo que todavía está en duda, pero el "pique" entre ambas por conseguir el título de "la mejor" era más que evidente. Un enfrentamiento en el que Rocío Jurado afirmaba en entrevistas "ser más larga que Concha Piquer" dando comienzo estos pequeños rifirrafes. El turno entonces era de Concha Piquer o incluso de su hija, Concha Márquez, que salían al paso con frases como "A mí nadie me ha pisado el poncho" o "Se referiría a que es más larga de pie".
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