"Marcos Luengo es el que mejor corta", palabra de Sonsoles Díez de Rivera.
- El asturiano Marcos Luengo firma un elegante ejercicio en el que resaltan el corte y el color
- Dolores Cortés juega a los contrastes de tejido y color en su nueva colección de baño
- Todo lo que ocurre en la pasarela puedes verlo en el especial de moda de RTVE Digital
Viajamos al Valencia de los años 30 para prestar atención a la arquitectura racionalista y en concreto al Balneario de las Arenas. Cemento y agua inspiran a Dolores Cortés, que ha orquestado una colección de baño que nada entre dos aguas, el estilo marinero y el estilo arquitectónico. Vemos primero un conjunto de piezas que hacen guiños a la historia de la moda de baño pero siempre con ese toque de modernidad, en el tejido y en el patrón, que imprime cortés a sus colecciones.
Luego entran piezas más nocturnas, sofisticadas y osadas, sobre todo por los "destellos con laminados y detalles de plásticos con efecto tornasol". Líneas puras y formas geométricas de carácter Constructivista con detalles y guiños al Art Déco establecen una dicotomía de estilos artísticos. Los colores también juegan al contraste, desde los azules 'navy', blancos y rojos de estilo marinero hasta los naranjas, amarillos, rosas, malvas y plata que llevan bordados 3D que simulan los reflejos del agua.
"Es el que mejor corta y trabaja muy bien el color", dice Sonsoles Díez de Rivera, la clienta y amiga de Cristóbal Balenciaga, sobre Marcos Luengo. Esto es más que un halago, es casi una bendición. Ella siempre ha vestido con trajes de costura y ahora ese hueco que por desgracia dejó Elio Berhanyer lo llena Luengo, uno de los diseñadores preferidos de la reina Letizia. "Fue muy ilusionante ver su trabajo la primera vez y esta colección me ha parecido una maravilla. Además del color y el corte, me han gustado los linos, los cortes en la espalda, el vestido túnica en tono gris, la blusa de lino...". Recita casi de memoria lo que acaba de ver, como si hubiera grabado el desfile.
La colección de Marcos Luego es una belleza, un regalo para la vista en este pabellón ferial ensombrecido por las medidas de seguridad e higiene. Las prendas contrastan por los tejidos. El modista hace un fabuloso trabajo con los linos, reduciendo la intensidad de las prendas con un patrón casi minimalista, que no soso, y acertando con una deliciosa carta de colores. Naranja suave, buganvilla, verde agua, gris.... Las prendas superiores tapan por delante y destapan, con una discreta y elegante abertura, por detrás. Vemos vestidos de una aparente sencillez que llevan unas coquetas mangas hechas con maestría y otros que llevan los tirantes anudados en el hombre con una sensual lazada.
Los chalecos largos llegan casi al suelo y contrastan con las fabulosas cazadoras de aire masculino. Hay mucho juego de superposiciones, un trabajo bien hecho que aporta un plus de sofisticación a la propuesta realizada "en sedas tejidas en forma de crepé, satén y gasa para los looks de líneas fluidas. Pero no todo es perfecto. Los estampados, obra del artista Alexander Zuleta, sobre sedas de Milán rompen la bella monotonía de la bandera de tejidos mate, lo mismo que las camisas en organza de seda con mangas abullonadas y aires barrocos. Las flores de organza aplicadas en los hombros, caderas y cintura roban protagonismo a las prendas. Un error. Están tan bien hechas, por dentro y por fuera, que no necesitan llamadas de atención ni adornos.