Chanel rinde homenaje a las 'influencers' de los años 60
- Virginie Viard, la directora creativa, rinde tributo a las actrices del cine francés de los 60
- La casa celebra un desfile inclusivo en el que destaca la top Jill Kortleve
- París salda, por fin, su deuda con Gabrielle Chanel y le dedica la primera retrospectiva
Brigitte Bardot, Anna Karina, Romy Schneider, Jean Seberg y Jeanne Moreau... Las estrellas del cine francés de los 60 inspiran la nueva colección de Chanel. Virginie Viard, la directora creativa que tomó el relevo a Karl Lagerfeld, se inspira en esa inmortalidad, casi sagrada, de las protagonistas de las películas para celebrar la juventud eterna, lo atemporal, lo que no muere. Porque la moda, como el cine, tiene el poder de atrapar el tiempo, de permitir que las prendas, como las protagonistas de las historias, no envejezcan.
Esta colección es un homenaje a las musas de la casa, a aquellas que tanto Gabrielle Chanel como Karl Lagerfeld vistieron en la ficción y en la vida real. “Estaba pensando en las actrices en el photocall, en la alfombra roja, ese momento en el que los fotógrafos las llaman: sus caras un poco distraídas, su actitud un poco fuera de sincronía con los atuendos que están usando. Y luego están los fanáticos esperándolos detrás de las barreras, este lado muy vivo del cine que pasa más allá del cine, eso es lo que me gusta ", cuenta Virginie Viard.
Junto a los icónicos trajes de tweed crudo y negro se pasean jeans con pinceladas fluorescentes, vestidos fluidos, camisetas estampadas, pantalones capri, vestidos largos estampados con florecitas en blanco y negro, conjuntos bordados con lentejuelas, trajes cortos bermudas y capas de asimetría ...
Destaca la cazadora perfecto, que ahora se actualiza con otros tejidos, como el tweed. Y es ese contraste de códigos el que hace que la colección sea fascinante, porque Viard pone en valor lo clásico, porque en la moda como en el cine, cualquier tiempo pasado fue mejor. Blancos y negros con la base de una colección que se rinde al rosa. ¡No hay más concesiones al color! En esta ocasión la paleta cromática es concisa, rotunda, poderosa.
El cine está muy presente en el desfile y en la colección y en el desfile, presidido por un letrero gigante que recuerda al mítico letrero de Hollywood. Y en las prendas vemos detalles relevantes, como los estampados de las camisetas con la cuenta atrás ( 5, 4, 3, 2, 1... acción) y los guiños a los armarios de esas actrices francesas, estrellas de los 60 y 70, chicas influyentes que saltaban de la gran pantalla a las revistas de sociedad y, por supuesto de moda. Y en muchas ocasiones vestidas por la maison. Eran rebeldes, viviendo y vistiendo. "El mundo de Chanel evoca muchas imágenes, todo un inconsciente vinculado al cine”, concluye Virginie Viard.
Las superposiciones y las asimetrías, que vemos en distintas prendas, recalcan ese espítiru rebelde con causa, el que la firma hereda de su fundadora, la gran Gabrielle Chanel.
Y esa rebeldía está también en la colección. Vemos pantalones que se vuelven transparentes de la rodilla al tobillo, chalecos masculinos y unas ganas enormes de enseñar piel. El top bra, en todas sus versiones, recorre la colección y también los tops que se abren por delante invitando al juego de la seducción. Los vemos en negro, muy sencillos, que intentan pasar desapercibidos bajo prendas del mismo tono. Pero también en blanco radiante, y radiantes, decorados con delicados bordados de paillettes y cristal, convertidos en prendas-joya. ¡Ojo, sin enseñar el ombligo, que es una ordinariez! ¿Cómo? Con pantalones y faldas de talle muy alto.
La nueva chica Chanel no se rige por lo establecido. Se salta las normas y se sale de lo normal. Por eso vemos modelos con tatuajes, blancas, negras, delgadas, normales... Es sin duda uno de los desfiles más inclusivos de la casa y en el casting ha destacado Jill Kortleve, la famosa top que está renovando los obsoletos cánones de belleza.
Este martes 6 de septiembre termina la Semana de la Moda de París y con ella el maratón de pasarelas. Una temporada atípica marcada por la pandemia, las restricciones y el salto a los contenidos digitales por parte de las firmas, tanto las pequeñas como las grandes. Estos meses tienen que servir para reflexionar si este modelo, tal y como lo conocemos, funciona y tiene vigencia en una sociedad cada vez más conectada al teléfono. A esa ventana al mundo que abrimos cuando queremos y cerramos menos de los que debemos.